por ComputerHoy
20 de julio de 2025
Se podría decir que ahora mismo Microsoft siente que está en la cima y desde ahí es complejo ver lo que ocurre abajo. Parece que el final de Windows 10 y el anuncio de Windows 12 es como si de algo natural, sin tener demasiado en cuenta las repercusiones, se tratase.
El problema es que para quienes usamos estos sistemas en el día a día —en casa, en la oficina, en el colegio o en un negocio— las cosas no son tan fáciles como los de Redmond quieren hacer ver.
La noticia ya lleva bastante meses circulando y no es otra que la de que Windows 10 dejará de recibir actualizaciones y soporte oficial el 14 de octubre de 2025. Eso significa, básicamente, que tu ordenador no morirá al día siguiente, pero sí quedará vulnerable, sin parches de seguridad, y poco a poco empezará a quedarse fuera de todo.
Y si estás pensando en pasarte a Windows 11 o esperar directamente a Windows 12, la realidad es que puede que tu equipo no cumpla con los requisitos. Porque ahora no basta con tener un ordenador decente, Microsoft exige aspectos clave como chips de seguridad TPM 2.0 o procesadores relativamente nuevos.
Entonces, sí, desde la cima parece muy cómodo lanzar el mensaje de que hay que avanzar. Que hay que dejar atrás lo viejo, que toca abrazar el futuro, que Windows 12 está en camino con mejoras de inteligencia artificial integradas, con funciones más modernas, con esa promesa de productividad sin esfuerzo que tanto gusta vender.
Pero ¿y toda la gente que sigue usando Windows 10 porque simplemente funciona? ¿Qué pasa con los colegios que no pueden renovar sus ordenadores cada cinco años? ¿O con los autónomos que bastante tienen con sobrevivir al día a día como para pensar en cambiar de equipo?
Microsoft desconecta Windows 10 y empuja a millones a actualizar
Siendo sincera, Windows 10 no es una antigualla. Salió en 2015 y fue, de hecho, el sistema con el que Microsoft prometió cerrar el ciclo: "el último Windows", decían. Iban a actualizarlo continuamente, sin necesidad de lanzar nuevas versiones. Y lo hicieron durante un tiempo.
Pero claro, todo cambió cuando apareció Windows 11 en 2021, con una estética más limpia, más minimalista, y una fuerte dependencia de hardware más moderno. Lo que en teoría era una evolución natural se convirtió, en la práctica, en una barrera para cientos o más bien millones de usuarios.
Y ahora, por si todo esto fuese poco, se habla de Windows 12 como si ya fuera el nuevo estándar. Aún no tiene fecha oficial, pero se filtra por todas partes con voces que afirman que llegará en 2025 después del fin de Windows 10. Comentan que vendrá con IA integrada, mejoras de rendimiento, más seguridad, más conexión con la nube. Todo, la verdad, es que suena muy bien… para quienes puedan pagarlo. Para el resto, lo que llega es más bien una sensación de abandono.
No han faltado voces muy críticas que acusan a Microsoft de practicar una obsolescencia programada de manual. Expertos y organizaciones de consumidores coinciden en que, dado que Windows 10 y Windows 11 comparten una base técnica muy parecida, la compañía podría haber prolongado el soporte unos años más.
Lo cierto es que todo esto no es solo una cuestión de nostalgia. No es que la gente no quiera cambiar. Es que muchas veces no puede. Cambiar de sistema operativo ya no es solo cuestión de instalar un programa.
Ahora implica tener un ordenador compatible, tiempo para adaptar configuraciones, posible pérdida de programas o dispositivos antiguos que dejarán de funcionar. Y eso sin contar con el aprendizaje necesario para usar el nuevo sistema con soltura. Porque sí, por más intuitivo que sea, todo cambio tiene una curva de adaptación.
Y ya ni hablemos de las empresas. Para un entorno doméstico, puede que actualizar uno o dos equipos sea asumible. Pero qué pasa con una oficina que tiene 30 o 50 ordenadores. El coste no es algo que se deba pasar por alto, y muchas veces no es urgente desde el punto de vista del funcionamiento diario. Es decir, Windows 10 sigue siendo estable, fiable, y más que suficiente para la mayoría de tareas que se hacen en muchas oficinas hoy en día.
Windows 12 llega, pero ¿cuántos podrán subirse al tren?
La respuesta está en la estrategia de Microsoft, y en cómo se ha reconfigurado todo el sector. Ahora todo gira en torno a la nube, al uso de datos, a la integración con IA. Y para eso, las compañías quieren sistemas más cerrados, más modernos, más alineados con sus nuevos horizontes en el negocio y ciertamente no es algo negativo, depende de cómo lo mires.
Pero lo cierto es que ya no ganan tanto vendiéndote el sistema operativo como ofreciéndote servicios, suscripciones, extensiones. El modelo económico ha cambiado.
Por eso, lo que para Microsoft es simplemente 'el fin de una versión', para millones de personas es un problema real. Lo peor es que este tipo de decisiones tienden a asumirse como 'es lo que hay', como si la obsolescencia fuera algo escrito por ley. Y no lo es.
Ahora bien, también hay que decirlo, Windows 12 pinta interesante. Las filtraciones y anuncios hablan de un sistema más centrado en la productividad inteligente. Pero insisto que no todo el mundo está en ese punto. No todos tienen ordenadores con chips de última generación. No todos necesitan que una IA les sugiera cómo escribir un correo.
Muchos usuarios quieren que su ordenador funcione, que no dé problemas, que sea estable y que no les obligue a cambiar de equipo porque sí. Y eso, hoy por hoy, se lo sigue ofreciendo Windows 10.
En este contexto, algunos optarán por alternativas. Hay quienes están empezando a mirar con otros ojos a Linux, por ejemplo. No es la solución para todos, pero en algunos casos permite extender la vida útil de equipos que Windows ya no soporta. Otros tal vez aguanten con Windows 10 más allá del 2025, sin soporte, tomando precauciones. Algunos, claro, pasarán a Windows 11 o 12, porque pueden, porque quieren, o porque no tienen más remedio.
Pero lo que no deberíamos hacer es aceptar sin más esta lógica que convierte en viejo algo que aún sirve. La realidad no cabe duda de que no está arriba sino abajo, donde las decisiones tienen impacto y donde cambiar de sistema operativo no es solo hacer clic en 'Actualizar'. A veces, lo mejor es simplemente lo que funciona.
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Etiquetas: Actualizaciones, Microsoft, Sistemas operativos, Windows 11, Windows 10