por Fayerwayer
19 de julio de 2025
El cerebro detrás de personajes icónicos como Freezer y la saga de Cell no le hacía caso a la continuidad. Kazuhiko Torishima, su editor legendario, ha soltado una bomba que hará explotar la cabeza de más de un fanático: Akira Toriyama priorizaba la emoción del público por encima de la coherencia interna de su propia obra. ¿Un genio caótico o un visionario que entendió lo que realmente importaba para mantener la llama de Dragon Ball encendida por décadas?
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Akira Toriyama, el maestro indiscutible detrás de Dragon Ball, creó uno de los universos más influyentes y queridos en la historia del manga y el anime. Millones crecimos con las aventuras de Goku, Vegeta y compañía, maravillándonos con sus transformaciones y batallas épicas. Sin embargo, no es secreto que, a veces, la continuidad narrativa o el “canon” de la serie podía ser... flexible, por decirlo suavemente. Hoy, la razón de esa flexibilidad se ha desvelado desde la fuente más autorizada: Kazuhiko Torishima, el legendario editor de Toriyama durante los años dorados de Dr. Slump y las primeras sagas de Dragon Ball.

La confesión del editor: “Pensaba solo en los fans”
En una reciente revelación que ha sacudido el fandom global, Torishima, conocido por su influencia directa en la creación de villanos como Freezer y la evolución de personajes, confesó que Akira Toriyama tenía una forma muy particular de trabajar. Según sus palabras, el mangaka “ignoraba el canon y pensaba solo en los fans”. [fuente: ETC.cl]
“Akira Toriyama no se preocupaba tanto por la coherencia interna de su propio universo si creía que un giro en la trama o la aparición de un nuevo personaje iba a sorprender y emocionar a los lectores. Él vivía por y para la reacción de sus fans.” — Kazuhiko Torishima, ex editor de Akira Toriyama.

Esta declaración arroja luz sobre la genialidad (y quizás el caos controlado) detrás de la mente de Toriyama. Mientras otros creadores se aferran rígidamente a cada detalle de su Lore, el padre de Dragon Ball estaba dispuesto a sacrificar la continuidad si eso significaba un power-up más sorprendente, una nueva fusión impensable o la resurrección de un personaje que los fans adoraban. Fue esta filosofía la que dio origen a giros que hoy son icónicos, como la llegada de Trunks del futuro o la explosión de nuevos niveles de Super Saiyajin que no estaban planeados originalmente.
Un legado forjado en la emoción, no en la lógica
La “ignorancia” del canon de Toriyama, lejos de ser una debilidad, podría ser una de las claves de la longevidad y el éxito masivo de Dragon Ball. En un mundo donde los fans analizan cada detalle y exigen una coherencia milimétrica, Toriyama se atrevió a priorizar la experiencia emocional. Él entendió que la verdadera magia de su obra residía en la capacidad de sorprender, emocionar y hacer que los lectores saltaran de sus asientos con cada nuevo capítulo.

Esta aproximación, centrada en el impacto y la diversión del lector, permitió a Dragon Ball mantenerse fresco y dinámico durante décadas, adaptándose y evolucionando constantemente.

Quizás, si Toriyama hubiera sido un esclavo de sus propias reglas, el universo de Dragon Ball no sería tan expansivo, inesperado y, sobre todo, tan amado. La revelación de Torishima nos da una perspectiva fascinante sobre un genio creativo que, al parecer, confiaba más en su intuición para conectar con el corazón de sus fans que en la lógica inquebrantable de un universo de ficción.