VER RESUMEN

Resumen generado con una herramienta de Inteligencia Artificial desarrollada por BioBioChile y revisado por el autor de este artículo.

Ken Smith, originario de Derbyshire, cansado de la sociedad, se convirtió en ermitaño en las Tierras Altas de Escocia. Construyó su hogar cerca del solitario lago Treig y tras sobrevivir a una agresión brutal, decidió vivir en armonía con la naturaleza. Después de 40 años en aislamiento, su vida cambió tras un derrame cerebral en 2019, pero sigue en su cabaña gracias a la ayuda de un cazador local.

Un día, Ken Smith, se cansó de vivir en la sociedad. Originario del condado de Derbyshire, deambuló por los paisajes más inhóspitos del mundo, para luego construir su hogar en las Tierras Altas de Escocia.

Asombrado por la soledad del lago Treig —en gaélico, “el lago de la muerte”—, Smith construyó una cabaña a la orilla de un empinado valle.

Sin duda, este paisaje le causó una enorme impresión a este ermitaño que, con más de 70 años, aún vive de espaldas a la civilización.

La casa de Smith se encuentra a 16 kilómetros al este de Ben Nevis, y a pocas horas de Corrour, la estación de tren más remota de Gran Bretaña. Con estas coordenadas, igualmente el hombre se las ha ingeniado para sobrevivir en medio de la naturaleza salvaje.

La decisión de Kevin Smith

Ken comenzó a trabajar a los 15 años, ayudando a construir estaciones de bomberos en su condado natal. Además, en 1963, se puso a trabajar plantando árboles. Aunque en ese momento, empezó a tener una tensa relación con sus compañeros de trabajo. “Los chicos con los que vivía eran matones despiadados, especialmente con los recién llegados o con las personas que consideraban un poco diferentes del resto”, recogió The Telegraph.

Todavía más, en 1974, Smith sufrió la violencia extrema, ahora a manos de una pandilla de skinheads, que lo golpearon hasta dejarlo inconsciente, causándole una hemorragia cerebral.

Con 26 años, Smith estuvo en coma por 23 días, teniendo una milagrosa recuperación.

“Dijeron que nunca me recuperaría. Dijeron que nunca volvería a hablar. Dijeron que nunca volvería a caminar, pero lo hice. Fue entonces cuando decidí que nunca viviría en los términos de nadie más que en los míos”, afirmó en el documental de BBC Escocia The Hermit of Treig (“El ermitaño de Treig”) filmado por Lizzie McKenzie que le siguió sus pasos para entender las razones de su drástica decisión.

Superado este trance, en la mente de Ken fue creciendo una necesidad de vivir en armonía, un sentimiento profundo de querer estar ligado a la naturaleza. “Pensé ¿dónde está el lugar más aislado de Gran Bretaña?”, expresó en el documental.

Así pues, descubrió que en su interior necesitaba tener una nueva forma de vida, después que la muerte de su madre le hiciera cuestionar su posición en la sociedad. De hecho, el hombre a esa altura se preguntaba si valía la pena dedicar su cuerpo y mente a pagar el arriendo y las cuentas.

Afortunadamente, encontró la respuesta después de un viaje a Canadá.

La nueva vida de Ken Smith

Son más de 40 años de Ken Smith viviendo en absoluta soledad. Una situación que el inglés reconoce no lo pensó dos veces. Según comentó al documental, por una casualidad, se encontraba explorando las Tierras Altas de Escocia, cuando motivado por la muerte de sus padres, supo que deseaba vivir en las tierras escocesas.

“Estuve dando vueltas y seguí cada bahía y cada cumbre donde no hubiera una casa construida. Cientos y cientos de kilómetros de nada. Miré al otro lado del lago y vi este bosque”, recordó.

Smith encontró que las orillas del lago Treig, le permitía pescar con total tranquilidad, ajeno a las “molestias” de la civilización. Es así como su principal recurso es la pesca con mosca, además en el terreno donde construyó la cabaña, Ken hizo una parcela para cultivar sus propias verduras.

Igualmente, Smith se transformó en un experto en realizar vino con savia de abedul. “Si quieres aprender a vivir una vida independiente, lo que tienes que hacer es aprender a pescar”, reflexionó sobre su vida salvaje.

Sin embargo, en febrero de 2019, Ken sufrió un derrame cerebral en medio de la nieve escocesa. Gracias a que la documentalista que grabó su vida, le dejó un GPS, Ken Smith pudo pedir ayuda, a través de un SOS que se envió automáticamente a un centro de respuesta en Houston, Texas.

Pues bien, el hombre después de estar hospitalizado en la ciudad escocesa de Fort William, volvió a vivir a su cabaña. El jefe de cazadores de la zona, que cuida el bosque donde vive Ken, le deja comida, según consignó BBC Mundo.

“La gente en estos días ha sido muy buena conmigo”, afirmó Ken, que planteó que su futuro no le preocupa. “No vinimos a la tierra para siempre. Me quedaré aquí hasta que lleguen mis últimos días, definitivamente. He tenido muchos incidentes, pero parece que los he sobrevivido a todos”, expresó.

“Seguramente me enfermaré de nuevo en algún momento. Algo me sucederá que me llevará un día como a todos los demás. Pero espero llegar a los 102 años”, cierra Ken.