por BioBioChile
20 de julio de 2025

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Vasyl, un joven ucraniano con trastorno de personalidad, fue reclutado por el ejército a pesar de sus problemas de memoria y desorientación. Su pareja, Olena, alertó al comandante sobre su condición, pero este desestimó su informe argumentando que el diagnóstico no estaba registrado en la base de datos médica militar. Miles de quejas por reclutamientos inapropiados han surgido, incluyendo casos de soldados con problemas de salud graves.
Lapsos de memoria, desorientación, confusión con números y colores: estos son solo algunos de los problemas que enfrenta Vasyl, un joven de 28 años del centro de Ucrania, a diario. De hecho, recibe atención psiquiátrica por un trastorno de personalidad desde 2015. Pero nada de eso impidió que fuera reclutado por el ejército ucraniano.
Según su pareja, Olena, Vasyl nunca ha reconocido realmente sus problemas, y es probable que tampoco lo haya hecho durante el examen médico previo al reclutamiento. Fue declarado apto para el servicio y recientemente enviado al sur de Ucrania para su entrenamiento básico.
Olena intentó explicarle esto al comandante de Vasyl. Aunque inicialmente mostró comprensión, luego desestimó el informe de 2015 de la clínica psiquiátrica que ella le llevó, argumentando que estaba desactualizado.
“¿Pero cómo eso no puede ser motivo de baja, si su condición es incurable?”, pregunta Olena.
DW tuvo acceso al informe, el cual incluye una lista de los problemas de Vasyl. Según Olena, sus síntomas empeoran bajo estrés, lo que lo convierte en un peligro no solo para sí mismo, sino también para los demás.
¿Cómo es posible que se reclute a personas con enfermedades mentales?
Existe una base de datos médica en Ucrania que los médicos militares consultan para verificar si los posibles reclutas tienen alguna enfermedad. Se llama Helsi, y en su sitio web en inglés se describe como “el sistema de información médica más popular para instituciones de salud y portal médico para pacientes en Ucrania”.
Pero el diagnóstico psiquiátrico de Vasyl no aparece en ese sistema, explica el abogado ucraniano Yevhen Tsekhmister, porque los detalles sobre enfermedades mentales solo se pueden almacenar allí si el paciente da su consentimiento.
Si el diagnóstico hubiera estado registrado, de acuerdo con la Orden N.º 402 del Ministerio de Defensa, Vasyl habría sido considerado no apto para el servicio. Esta orden establece los criterios que deben seguir los exámenes médicos militares.
Tsekhmister explica que los médicos militares solo confían en documentación oficial, ya que muchos hombres fingen trastornos psicológicos para evitar el reclutamiento.
“Si se hubiera buscado asesoría legal más rápidamente y se hubiera presentado evidencia más actualizada, Vasyl no habría sido reclutado”, afirmó el abogado.
Miles de quejas por el reclutamiento
A fines de 2024, la activista de derechos humanos Olha Reshetylova fue nombrada defensora del personal militar por el presidente Volodymyr Zelenskyy, para que los soldados y sus familias pudieran denunciar violaciones a sus derechos.
Reshetylova recomienda que las personas actualicen su historial médico en el sistema Helsi y ante el Ejército. Reconoce que la salud mental puede deteriorarse durante el entrenamiento básico. Agrega que los oficiales superiores no quieren a personas enfermas en sus unidades, por lo que, si es necesario, suelen proporcionar tratamiento.
Desde principios de este año, ha habido más de 2.000 quejas por violaciones de derechos humanos durante la movilización, según Dmytro Lubinets, comisionado de derechos humanos del Parlamento ucraniano. En total, en 2024 se registraron 3.500 quejas.
Aunque no todas están justificadas, “siempre respondemos”, dijo Lubinets. “Hay casos en que mis representantes van directamente a las juntas de reclutamiento para ayudar a los ciudadanos a hacer valer sus derechos. Gracias a nuestras intervenciones, personas enfermas han sido dadas de baja del ejército.”
Lubinets reconoce que sí se han reclutado personas enfermas, aunque no hay cifras concretas.“Eso puede suceder cuando el personal ignora los documentos médicos o la condición del individuo”, afirma.
En general, cree que se debería asignar con más cuidado a los nuevos reclutas en el ejército.
“No todos los problemas de salud te hacen automáticamente no apto. Si tienes problemas de espalda, no puedes estar en la primera línea, pero sí trabajar en una computadora”.
Soldados “sin dientes o con tuberculosis”
Un comandante de brigada ucraniano relató su experiencia con los nuevos reclutas a DW, bajo condición de anonimato:
“Tuve el privilegio de poder escoger a mis propios hombres,” dijo. “Pero algunos llegaron sin dientes o con tuberculosis, ¡y eso aún estando en el centro de entrenamiento!”.
Algunos de esos hombres ya habían sido ofrecidos a varias brigadas, pero nadie los quería, ni siquiera para cavar trincheras.
Kyrylo (nombre ficticio) es otro recluta reciente. Relata que al presentarse en la junta de reclutamiento, vio a personas sin hogar con las piernas hinchadas, drogadictos y alcohólicos. Asegura que el examen médico suele ser solo un trámite y en algunos lugares ni siquiera se realiza. Es hasta que llegan al centro de entrenamiento que se hace un chequeo más completo.
Otro soldado, Oleksandr (también bajo seudónimo), asegura que incluso vio epilépticos siendo reclutados. En 2024, relata, un hombre con esquizofrenia fue asignado a una brigada de marines tras el entrenamiento básico. Por suerte, su condición se detectó rápidamente.
“No le dieron armas y lo enviaron de regreso a los pocos días”, cuenta Oleksandr.
Tsekhmister afirma que ese tipo de casos no son raros.
“Un soldado de 1.75 metros, 38 kilos de peso, con visión deficiente, discapacidad del desarrollo y un pecho deformado, no puede caminar ni respirar con un chaleco antibalas”, argumenta el abogado, “pero está en el ejército desde 2022. Lo transfieren constantemente entre unidades u hospitales y recibe atención básica.”Pero como ninguno de sus problemas de salud por separado lo hace no apto, no puede ser dado de baja por razones médicas.
Los comandantes no pueden darle un trabajo “real”, ni tampoco dejarlo ir. La situación es especialmente crítica en unidades de infantería y logística, que se han convertido en un “vertedero” de soldados no aptos, según Tsekhmister.
“Terminan en brigadas que deben construir líneas defensivas,” señala. “Pero allí no sirven para nada.”
¿Un peligro para sí mismo y para otros?
El Comando de Fuerzas Médicas, responsable del apoyo médico a las tropas, insiste en que todo se hace conforme a las normas.
“Las evaluaciones de los médicos militares se basan en diagnósticos hechos por especialistas,” respondió el coronel Yuriy Podolyan, subcomandante del Comando Médico. “No se contempla una evaluación combinada de varias enfermedades.”
También afirmó que la Orden N.º 402 del Ministerio de Defensa cumple con la legislación nacional y los estándares internacionales.
La defensora militar Olha Reshetylova tiene otra opinión. Cree que la imposibilidad de hacer una evaluación integral muestra que algo está fallando y debe revisarse. Al parecer, el Ministerio de Defensa ya está trabajando en eso.
Mientras tanto, el entrenamiento básico de Vasyl está por terminar y pronto será asignado a una unidad. El abogado Tsekhmister está intentando organizar una segunda evaluación psiquiátrica por parte de médicos militares. Según Olena, Vasyl ya tiene acceso a armas.
“Si lo envían al frente, es un peligro para toda la unidad,” advierte Tsekhmister. “No hay forma de predecir cuándo colapsará su salud mental, ni a quién podría atacar”.