por BioBioChile
20 de julio de 2025

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Lima intenta operar vagones obsoletos del sistema Caltrain de EEUU. La donación de 45 vagones y 10 locomotoras implicó un desembolso de 224 millones de dólares en Perú, generando críticas por la antigüedad y deterioro de los trenes, así como por incidentes técnicos y desacuerdos institucionales que han rodeado este proyecto. Las comunidades afectadas por el tren en Lima también expresan preocupaciones por falta de información y riesgos para sus viviendas.
Una ruta avanza a toda máquina, la otra sigue en el andén. A más de un año de que Chile alcanzara un hito ferroviario sin precedentes, Perú lidia con locomotoras averiadas, tensiones políticas y comunidades en riesgo que aún esperan una solución real.
La comparación entre los avances ferroviarios en Chile y la polémica que envuelve el proyecto del tren Lima–Chosica en Perú refleja dos realidades opuestas en Sudamérica.
Mientras el sistema chileno tiene en marcha, desde hace buen tiempo, un tren moderno y de alta velocidad que alcanza (en teoría) los 160 kilómetros por hora, en la capital peruana, el municipio liderado por Rafael López Aliaga intenta poner en operación vagones retirados por obsoletos del sistema Caltrain en Estados Unidos.
Un hito en Chile
En enero de 2024 se marcó un momento histórico para el transporte en Chile. Con la presencia de la ministra secretaria general de Gobierno, Camila Vallejo, el ministro de Transportes, Juan Carlos Muñoz, y el presidente de EFE, Eric Martin, se dio inicio a la primera etapa del servicio expreso entre Santiago y Curicó con trenes BMU. “Esta inauguración del primer viaje en tren rápido nos tiene que llenar de orgullo”, declaró Vallejo.
Conectando ambas ciudades en solo dos horas, y considerando que por primera vez un tren comercial chileno alcanzaba los 160 km/h, Juan Carlos Muñoz destacó que “Chile nuevamente se pone a la vanguardia en transporte con trenes que nada tienen que envidiar a los que se utilizan en Europa”.
Estos trenes, con capacidad para 236 pasajeros, ofrecen asientos reclinables, accesibilidad universal, cafetería y tecnología de información a bordo.
Perú y un polémico proyecto
Este mes de julio, el municipio de Lima recibió un lote de 45 vagones y 10 locomotoras procedentes de California, dadas de baja en Estados Unidos. El alcalde López Aliaga los presentó como una solución rápida y económica para mejorar la movilidad entre Lima y Chosica.
“Propongo una marcha blanca con pasajeros, saliendo de Chosica hacia Desamparados y de ahí al Callao”, expresó durante una reciente ceremonia simbólica en la capital.
Sin embargo, la realidad ha sido distinta. La donación, lejos de representar un alivio presupuestal, implicó un desembolso de 224 millones de dólares en logística, adecuaciones, seguros y transporte. A esto se sumaron críticas sobre la antigüedad y el deterioro de los trenes, algunos con más de cuatro décadas de uso.
Durante la exhibición de los vagones, López Aliaga reveló: “Yo también he sido denunciado penalmente. Hoy me ha caído otra denuncia más”. En ese contexto, aseguró que no le preocupa: “Ya estoy curtido, ya tengo cuero de chancho. A mi edad y circunstancias, me resbala (la demanda). Sigan denunciando penalmente, no me preocupa, señores”.
Críticas técnicas y ambientales
Las advertencias no tardaron en llegar desde distintos frentes. El senador californiano Scott Wiener cuestionó la exportación de trenes contaminantes hacia países como Perú: “Exportar contaminación a países con menos regulación no es una solución real”.
A su vez, ingenieros especializados señalaron que las unidades donadas requieren de modificaciones complejas, piezas descontinuadas y circulan en una infraestructura ferroviaria que no está en condiciones de soportarlas.
Ferrovías Central Andina, titular de la concesión del Ferrocarril Central, informó que solo podrá operar un tercio de la flota donada, y exclusivamente entre Lima y Huaycán.
Además, el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) advirtió que “no existen estudios de demanda actualizados, ni ingenierías de detalle, ni análisis de impacto ambiental”. El ministro de esa cartera, César Sandoval, fue enfático: “No se puede operar ningún servicio regular ni experimental sin estudios de ingeniería, homologación técnica, trabajos de adecuación de vía y seguridad”.
Incidentes y tensiones
A las críticas se sumaron incidentes técnicos. El pasado 14 de julio, uno de los vagones fue reportado como descarrilado en su traslado hacia el Parque de La Muralla. “Se descarrila el coche 4008, siendo encarrilado a las 17:40 Hrs.”, indicó Anderson Meza Galindo, gerente de Seguridad de Ferrovías Central Andina, en un oficio.
🇵🇪 | Trasladan a Lima el nuevo sistema de trenes para uso de pasajeros en la capital, y durante su viaje inaugural uno de los vagones se descarrila. pic.twitter.com/tDC7wcFc0l
— Alerta News 24 (@AlertaNews24) July 15, 2025
La regidora Roxana Rocha, por su parte, negó que se tratara de un descarrilamiento y lo calificó como “un exceso llamarlo así”.
El conflicto entre la Municipalidad de Lima y el MTC escaló al punto de motivar una mesa técnica multisectorial programada para el próximo martes 22 de julio.
“El señor politiza el tema”, dijo el ministro Sandoval sobre el alcalde capitalino, y agregó: “Decir que la marcha blanca se hace cuando acaba la obra, decir que necesitamos doble vía, las cuatro estaciones, expresar que se necesita 13 paraderos y ver las condiciones de subsidio, la señalización en los cruces no es política”.
Impacto social
El proyecto ha generado incertidumbre también en comunidades vulnerables como Gambetta Alta, en el Callao, por donde está presupuestado que circule el tren. Decenas de familias viven a escasos centímetros de las vías.
Entre casas de madera ubicadas a pocos centímetros de la vía ferrea, pasó el lunes el Tren de Lima rumbo a la estación Monserrate. ¿Dónde? Gambeta, Callao
👉 https://t.co/AhUSwzWUpS pic.twitter.com/DSHA33EozC— Ronny Isla & Suiza (@Ronny_Isla) July 15, 2025
“Nuestras casas están a medio metro del tren. No hay muros, señalización, ni alguien que nos diga qué hacer”, contó un vecino. La norma técnica exige una franja de 20 metros libres a cada lado de la vía, lo que no se cumple en esta zona.
A pesar de la situación, las familias no han recibido información oficial sobre reubicaciones, mitigación de riesgos o planes sociales. “No pedimos quedarnos si estamos mal, pero al menos que nos avisen”, dijo una madre de familia.
¿Tren para exhibición?
El municipio limeño exhibió las unidades en el Parque La Muralla, pero aún no existe un cronograma viable ni autorización oficial para operar.
La Autoridad de Transporte Urbano (ATU) reiteró que “no existen condiciones mínimas para poner en servicio estos trenes en 2025 o 2026 si no se remedia la precariedad de la red ferroviaria y se sustituye parte del material rodante”.
Este viernes, en tanto, la Contraloría peruana planteó dudas sobre la data del mantenimiento de los trenes, advirtiendo placas que señalan “2002” cuando la municipalidad informó que eran de 2020, lo que se suma a la falta de pruebas de funcionamiento y una insuficiente capacidad de almacenamiento en Aduanas de Callao.
Mientras en Chile los trenes BMU prestan servicio regular, desde inicios del 2024, con altos estándares, en Perú el futuro del tren Lima–Chosica se mantiene rodeado de dudas, fallas técnicas, desacuerdos institucionales y cuestionamientos sobre su verdadera viabilidad.