por T13
17 de julio de 2025


A través de sus redes sociales, Angélica Águila, una adulta mayor que se ha convertido en influencer, ha puesto en el centro de la conversación una pregunta que hasta ahora no muchos han abordado: ¿hay una edad límite para dedicarse a ser influencer?
Según su propia experiencia, la respuesta es un rotundo no. Y no está sola en esta afirmación, porque cada vez son más las personas mayores de 60 años que exploran y se desarrollan en el mundo de la creación de contenido digital.

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“Esta vieja se cree influencer, pero por qué no tengo derecho a estar en redes sociales?” fue una de las frases que enfrentó cuando comenzó este camino, según dijo en entrevista con T13.cl.
La historia de Angélica y cómo llegó a ser influencer
Desde su perspectiva, las redes representan una oportunidad que podría cambiar las vidas de muchas personas mayores. “Yo estoy viviendo mi mejor época porque no tengo responsabilidades, solo vivir. Por no atreverse se están perdiendo un tremendo nicho, ¿por qué lo vamos a regalar así? Nos dijeron que no podíamos, sí, sí podemos”, sostuvo.
“Se nos dijo que nosotros ya no teníamos cabida en este mundo digital, y yo comprobé que si se puede (...) “Yo veía a estos chicos que ganan tanto dinero a través de redes social. Partí con 400 seguidores y ya al mes tenía 12 mil seguidores”.
Su incursión en redes sociales tuvo una motivación económica. “Con mi jubilación no me da para vivir, así como hay muchas mujeres profesionales que jubilan y se convierten en pobres, entonces somos una generación pobre y tenemos esta herramienta”.
Pero no todo fue fácil. El rechazo inicial que recibió por parte de algunos usuarios fue duro, especialmente por su edad. “Al principio me dio miedo por los haters, porque eran muy pesados. Decían, ‘están llegando todas las viejas de Facebook para acá’, o ‘señora váyase a tejer, vaya a hacer el aseo a su casa’. Los de Facebook eran ataques personales”.
En esa misma plataforma, Facebook, el crecimiento fue más lento. Aun así, descubrió una gran ventaja: la posibilidad de generar ingresos. “Yo descubrí que en Facebook se puede generar ingresos, pero ahí me costó más crecer, y justamente ahí está la gente mayor”.
Los juicios externos también fueron un obstáculo que aprendió a ignorar. “Yo hacía un video y me ponía a pensar en toda la gente que me conoce, y decía ‘qué dirán’, pero el miedo no les va a facturar. Toda esa gente en la que uno pienso no les va a pagar una cuenta, ni tampoco a hacer un pedido en el supermercado, así que sáquense eso de la cabeza”.
Según ella, una de las principales barreras para que más adultos mayores se sumen a este tipo de iniciativas es el temor. “Lo que a nosotros nos marca como generación es el miedo, el miedo a echar a perder, porque muchas personas adultas no se atreven a funcionar mucho en el celular por eso”, concluyó.