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Resumen generado con una herramienta de Inteligencia Artificial desarrollada por BioBioChile y revisado por el autor de este artículo.

Cristina Fernández se mantiene en el centro de la escena política argentina, generando especulaciones sobre su estrategia para regresar al poder. Según analistas, estaría esperando un estallido social similar al de Chile en 2019 para capitalizar el descontento por la crisis económica y la desigualdad. Se plantea que Fernández busca replicar el ascenso de Gabriel Boric en Chile a través de protestas populares. A pesar de cierto optimismo en evitar la violencia social, se advierte que la situación en Argentina podría desencadenarse tras las elecciones de octubre, con medidas impopulares del gobierno de Milei como posibles detonantes.

Cristina Fernández se ha convertido en un enigma cada vez más difícil de descifrar para los argentinos. Pese a las causas y condenas en su contra, las acusaciones de corrupción y de hundir a su propio sector político tras el gobierno de Alberto Fernández, la exmandataria sigue plenamente vigente para parte de la sociedad trasandina, esperando -o quizá fabricando- su momento.

En este sentido, los periodistas y analistas políticos Carlos Burgueño y Jorge Fontevecchia, en dos columnas de opinión publicadas en el diario Perfil, apuestan porque Fernández está maniobrando en espera de un estallido social violento, similar al ocurrido en Chile en 2019, como forma de volver al poder.

“Descarta un 1989 o un 2001. Cree que el modelo de crisis que se aproxima será similar al estallido social chileno de 2019: una revuelta popular postergada, pero inevitable, nacida del ajuste prolongado y el desgaste social. Según su entorno, la motosierra de Milei encenderá la chispa, no por una corrida o hiperinflación, sino por el hartazgo de las mayorías frente a la recesión y la desigualdad”, señala Burgueño.

Por su parte, Fontevecchia añade con pesimismo: A un diplomático conocedor del conflicto de 2019 en Chile le preocupa que en Argentina “el odio que se siembra termine en violencia”.

“El jueves, el economista Luis Secco planteó en Radio Perfil que los inversores dudan de que el Presidente tenga la estructura política para llevar adelante las reformas y de la subestimación del creciente déficit de cuenta corriente en dólares –sobre el que se profundizó ayer en esta columna–; concluyó: “Yo termino muchas notas con una frase, que es una adaptación de Ortega y Gasset, que es: ‘Mientras tanto, la macro urde su venganza’”, continúa el mismo periodista.

Por su parte, Bugueño ahonda en cómo el estallido social permitió llegar al poder al presidente Gabriel Boric, proceso que Cristina Fernández confiaría en replicar.

“La situación más análoga que encuentra el kirchnerismo, con la expresidenta como mentora fundamental, son los hechos derivados de las protestas en Chile, fundamentalmente en Santiago, iniciadas el 18 de octubre de 2019 y que se conocieron con el nombre del “estallido social”; el que, entre otras cosas, provocó el nacimiento del actual mandatario, Gabriel Boric. ¿Por qué cree Cristina que ese es el modelo a seguir y a estar preparado para replicar en el país? Porque surgió, en la visión kirchnerista, de un tiempo de estabilidades macroeconómicas, pero profundas desigualdades sociales, la herencia de un modelo de respeto absoluto a lo dictatorial heredado en la economía desde la dictadura de Augusto Pinochet, y que en aquel momento estallaron en el país vecino”, asevera.

“Lo que sostiene el kirchnerismo, avalado por su máxima líder, es que algo parecido sucederá en la Argentina. En algún momento, probablemente después de las elecciones de octubre, alguna medida provocada por la motosierra de Milei generará una asonada popular que derivará en el final anticipado de su gobierno. Podría ser un nuevo incremento de tarifas de los servicios públicos, un aumento en los costos del transporte, un alza en los precios de la educación, salud o similar; o alguna declaración sobre futuras alzas de algún impuesto”, sentencia Burgueño.

Fontevecchia vuelve entonces sobre el fenómeno, pero indicando que los consensos de la sociedad argentina serían claves para evitar un estallido de violencia social como el chileno.

“Si la prisión de Cristina Kirchner arrasara cualquier posibilidad de renovación y actualización del peronismo y LLA desmembrara la capacidad electoral competitiva del PRO y sus exaliados, una parte significativa de la sociedad y del mercado demandará la recreación de un centro capaz de consensos que desarticulen hechos como los de Chile en 2019. Como escribió Burgueño, no será en 2025 pero antes de 2027”, concluye.

Burgueño sin embargo no parece tan optimista.

“No habría que esperar corralitos, planes Bonex, ahorros forzosos o similares. Simplemente hartazgos por el ajuste permanente del gobierno de Milei”, finaliza.