por 24Horas
24 de junio de 2025
Millones de galaxias, miles de asteroides y una nueva era para la astronomía. Desde lo alto de Cerro Pachón, en la Región de Coquimbo, el Observatorio Vera C. Rubin ya comienza a cambiar lo que sabíamos sobre el cosmos. Y lo hizo en tiempo récord: en apenas 10 horas de observaciones de prueba, logró capturar millones de galaxias, millones de estrellas y miles de asteroides desconocidos, abriendo una nueva ventana al universo.
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Este avance marca el inicio de una ambiciosa misión de diez años para explorar algunos de los grandes misterios del cosmos, como la materia oscura y la energía oscura, fenómenos que componen el 95% del universo, pero que aún no comprendemos del todo.
Ciencia de frontera desde Chile
Financiado por la Fundación Nacional de Ciencias (NSF) y el Departamento de Energía (DOE) de Estados Unidos, el Observatorio Rubin fue presentado en sociedad durante un evento en Washington D.C. Las autoridades no escatimaron en elogios: lo calificaron como una inversión en el futuro y un ejemplo de colaboración científica internacional.
Situado en uno de los cielos más despejados del planeta, el telescopio de 8,4 metros de Rubin está equipado con la mayor cámara digital del mundo, diseñada por el Laboratorio Nacional del Acelerador SLAC. Su objetivo: mapear cada rincón del cielo austral cada tres o cuatro noches, generando un registro continuo de los cambios que ocurren en el universo.
Un telescopio que ve más allá
Lo que distingue a Rubin no es solo su potencia, sino su capacidad de hacerlo todo a gran escala. En su primer año, generará más datos que todos los telescopios ópticos de la historia juntos. Su cámara LSST, del tamaño de un auto pequeño y con un peso de 2.800 kilos, captura imágenes tan amplias como 45 lunas llenas, revelando con precisión explosiones de supernovas, cometas, asteroides y fenómenos que quizás nunca antes hayamos visto.
Y eso no es todo: cada noche producirá 20 terabytes de datos, que se transformarán en una base de datos astronómica sin precedentes. En una década, sumará 500 petabytes de información, con miles de millones de objetos y billones de mediciones.
De los cielos al aula (y al oído)
El Observatorio Rubin también es un espacio para la educación y la participación ciudadana. Su plataforma en línea permite que profesores, estudiantes y público general se conecten con los datos reales del telescopio, incluso con herramientas interactivas como SkyViewer, una aplicación que permite explorar las imágenes... ¡y también escucharlas!
Gracias a una innovadora sonificación, ahora puedes recorrer el cosmos no solo con los ojos, sino también con los oídos, transformando colores y brillos de galaxias lejanas en un paisaje sonoro envolvente.
Un legado para la ciencia
Nombrado en honor a Vera C. Rubin, astrónoma pionera en el estudio de la materia oscura, este observatorio es más que un telescopio: es una puerta abierta al conocimiento y una inspiración para nuevas generaciones. Como dijo Željko Ivezić, Director de Construcción del Observatorio: “Hoy es solo el principio”.