por La Tercera
23 de junio de 2025
A menos de dos años de haber arribado a Chile, la marca estadounidense de gasolineras Gulf tendrá su primera estación de servicio en la Región Metropolitana.
Gulf Oil Corporation es una petrolera con 120 años de historia, que después de pertenecer a la familia estadounidense Mellon y a la gigante Chevron, en 1984 pasó a manos del grupo indio Hinduja, que adquirió las operaciones de la compañía a nivel internacional bajo el nombre de la sociedad Gulf Oil International.
En Chile, Gulf es representado por el grupo Cabal, de la familia Matijevic, que a la fecha cuenta ya con nueve gasolineras, de las cuales ellos operan dos. Han abierto locaciones en Rancagua, Viña del Mar, Pichilemu y Temuco, entre otras ciudades, principalmente a través de franquicias.
La idea en todo caso, según Tomislav Matijevic, CEO de Grupo Cabal, es continuar creciendo a un ritmo más agresivo hasta alcanzar más de 100 estaciones en un plan que considera alrededor de ocho años.
Y dentro de ese programa, la décima gasolinera estará en la Región Metropolitana, donde tienen prácticamente lista una nueva locación en la zona poniente de Colina.
Dado que Gulf es una marca muy asociada al automovilismo y a la Fórmula Uno en particular, pues es patrocinador de la escudería Williams Racing, ha desarrollado también una línea de indumentaria, destinada a un público “tuerca” que ofrecerá en algunas de sus tiendas de conveniencia incorporadas en las gasolineras denominadas Gulf Store.
“La marca que representamos es una marca de estilo de vida, muy relacionada a los autos, desde la Fórmula 1 hasta los autos de calle. Mucha gente tiene ropa Gulf o algún elemento Gulf que hoy día se venden en tiendas. Y es, de hecho, una división relevante para Gulf a nivel mundial la indumentaria: ropa muy deportiva, de motos, de autos. Y la idea es entrar también con indumentaria. Y, por supuesto, con tiendas de conveniencia de la misma marca”, comentó Matijevic.
En Cabal Combustibles tienen como socio a Micael Kohn, quien a su vez es gerente general de este brazo de negocios.

El mayor importador de buses eléctricos
Cabal, empresa nacida como fabricante de balatas para camiones y buses allá por la década del 60 en el barrio Franklin, hoy es una compañía que dejó ese rubro pero que además de la distribución de combustibles, participa en otros dos, uno de los cuales es mucho más relevante en términos de flujos: el transporte, que representa cerca del 70% de su facturación anual.
La firma es la mayor importadora de buses eléctricos del país y abastece a buena parte de los licitantes del sistema metropolitano de transporte público RED.
Sólo en la última licitación de RED, Cabal se adjudicó la venta de 895 buses eléctricos de la marca china Zhongtong, de un total subastado de 1.267 máquinas. Un negocio que equivale a una facturación de US$240 millones para la empresa chilena.
“De esos casi 900 buses, tenemos ya 300 en Chile, que comenzarán a operar aproximadamente a partir de julio-agosto”, explicó Matijevic. “El segundo lote de 300 está llegando en estos días”, agregó.

Estas máquinas abastecerán a dos nuevos operadores del sistema RED: 500 buses serán para el Consorcio Conecta, que es una sociedad entre la chilena Buses Hualpén y la empresa mexicana de transporte público ADO, y otros 400 serán para la firma colombiana Grupo América. Ambos operadores servirán a contar de este año en 32 comunas de la capital de cinco zonas de concesión que fueron licitadas luego de que se les vencieran sus licencias a sus actuales operadores.
Hoy en Santiago operan 2.500 buses eléctricos y con la reciente licitación, se llegará a más de 3.700, lo que representará más del 57% del parque de RED en Santiago.
En los próximos meses se espera una nueva licitación para la capital pero además habrá subastas de buses eléctricos para renovar las flotas en ciudades como Villarrica, Osorno y Valparaíso.
Cada bus eléctrico cuesta alrededor de 300 mil dólares y la licitación obliga a una duración de 10 años. “Todos estos buses tienen mantenciones que además son parte de la licitación; así que hay una mantención constante en los buses para que se encuentren en perfecto estado, pero además la calidad de los buses, independiente de la marca de lo que se está trayendo, está, en mi opinión, muy bien pensado para que tenga una duración de 10 años”, aseguró. “El desgaste es mucho mayor en un bus diésel”, admitió.
Cabal también representa a las marcas Irizar de España y Caio de Brasil, que son buses diésel pero destinados principalmente al negocio industrial, como mineras, o de transporte interurbano. En minería y larga distancia, por ejemplo, hay alrededor de 6.500 buses operando y anualmente se renuevan entre 600 y 800. “La venta que hacemos con Irizar, principalmente en minería y algo de ruta, en promedio son 150 a 200 buses por año. El precio promedio de un bus es de 300 mil dólares”, explicó.
El lado inmobiliario de la familia es más pequeño, pero también en expansión, centrado en lo comercial. “Lo que hacemos es comprar algunos paños, desarrollarlos comercialmente y quedar con negocios de renta, con strip centers”, dijo Matijevic. Aquí son propietarios, por ejemplo, del centro comercial de Chicureo que alberga al supermercado Tottus y la cadena de comida rápida Mc Donald’s. En Gran Avenida cuentan con otro más pequeño.