por La Tercera
8 de junio de 2025
El domingo 18 de mayo se encendieron las alarmas en Chile Vamos. Esa noche, la encuesta Cadem por primera vez registró un empate en 17 puntos entre Evelyn Matthei y José Antonio Kast. El líder republicano había adelantado la campaña y se había acercado peligrosamente a la exedil. Era la hora de ajustar las piezas e ingresar también a la arena electoral.

Los pasos más relevantes se dieron esta semana, con la inscripción de la precandidatura de Matthei el lunes en el Servel y su proclamación la noche del miércoles en Alto San Francisco. Pero, en la interna, la mira del bloque compuesto por la UDI, RN y Evópoli está puesta en los escenarios que se avecinan.
El temor real -aunque poco confesado- es que Kast empiece a superar en los sondeos a la exalcaldesa, tal como lo advirtió Arturo Squella, presidente de los republicanos, al augurar que “es algo de tiempo que Kast supere a Matthei y pase al primer lugar”. Esto, junto a un factor más preocupante: que en su ruta a La Moneda termine por sumar el apoyo de Johannes Kaiser, abanderado del Partido Nacional Libertario, quien -aunque está cuarto en las encuestas- es el único que tiene la manija para desequilibrar, en parte, la presidencial de la derecha en la primera vuelta.
Su presencia en la papeleta es funcional a Chile Vamos, tanto como lo fue para Kast su irrupción en el radar político, porque corrió las cercas hacia una derecha más extrema, dejando al abanderado republicano en una posición más moderada.
“Si termina bajándose a favor de Kast, obviamente nos impacta”, admite una fuente parlamentaria de Renovación Nacional.
Hasta ahora, el análisis en las reuniones telemáticas que sostienen los voceros los domingos y en la cita de los lunes entre la exalcaldesa y los presidentes de los partidos es que Kaiser va a llegar sí o sí a imprimir su nombre en el sufragio de noviembre. No ven a estas alturas, por los reiterados “no” a bajar su postulación, que termine restándose, debido a los costos políticos que ello podría significar para su sector. Una decisión que esperan se mantenga inamovible, pues les permite, como contrapartida, neutralizar a Kast -debido a que comparten un nicho similar- y, con ello, obtener el ticket para el balotaje de Matthei.

De ahí que la estrategia de Chile Vamos hacia Kaiser haya experimentado un giro, expresado en un frenazo a las críticas.
De los presidenciables de derecha, el abanderado libertario es el único -por su rol de diputado- que habita el Congreso, al que llegó en marzo de 2022. “Si hasta hace poco solo recibía en estos pasillos presiones y guadañazos para que se bajara, hoy los parlamentarios de Chile Vamos lo saludan incluso con guantes de seda”, grafica un parlamentario de la bancada de Kaiser.
Varios fueron los encontrones hasta mayo. La propia Matthei se involucró en algunos, como cuando puso en duda las opciones presidenciales del diputado. “No me pongo siquiera en ese escenario, porque no creo que él llegue a segunda vuelta”, sostuvo el 10 de marzo, en momentos en que Kaiser crecía en las encuestas.
“Le gano a Evelyn Matthei en primera vuelta”, fue la instantánea respuesta del diputado.
Los impasses no quedaron ahí. Un mes después, la exedil afirmaría que “en política mucha gente tiene que comerse muchos sapos”, en referencia a una eventual nominación de Kaiser como ministro si ella lograba llegar a La Moneda.
“Que me deje fuera del menú“, fue la tajante respuesta del parlamentario en su cuenta X.
“No me voy a bajar”
A principios de febrero, Kaiser ya se empezaba a elevar como un fenómeno político. Un mes antes había logrado desplazar a Kast del segundo lugar y su popularidad -con sus drásticas propuestas en reducción del Estado y su posición antivacunas (en estos días por la ley de aborto habló que en vez de matar a la guagua hay que fusilar al violador)-, seguía en un alza que parecía indetenible, al punto que muchos lo empezaron a catalogar como el “Boric de la derecha”.
Su decisión en ese minuto era participar en una presidencial solo si lograba un piso entre 18 y 20 puntos -cifras que luego modificó entre 15 y 20-. Esto llevó, especialmente a los republicanos, a suponer que iba a terminar bajándose. Pero su inesperada alza en los sondeos y la presión para que desertara de la carrera cambiaron las cosas.
“En la medida en que las condiciones se mantengan tal como están en este momento, yo no me voy a bajar. Si cambian para peor, yo no me voy a bajar, y si cambian para mejor, tampoco me voy a bajar”, sentenció Kaiser el 29 de abril, marcando el giro en su decisión.
En el Partido Nacional Libertario confidencian que la evaluación interna fue que el partido no podía fortalecerse sin contar con el rostro de Kaiser en esta presidencial. Necesitaban -dicen- tener un candidato propio, que recorriera con esas banderas el país, y no ir a la saga de los republicanos, colectividad de la que muchos habían migrado con públicas recriminaciones.
Una de ellas fue la diputada Gloria Naveillán (PNL), quien se alejó acusando al partido de Kast de funcionar como una secta, tras haber sido marginada de la bancada por apoyar el quinto retiro de los fondos previsionales. Para la parlamentaria, la figura de Kaiser es clave en esta contienda, por los principios que defiende. “Lo hemos dicho hasta el agotamiento: Kaiser no se va a bajar; va a seguir marcando una diferencia y va a dar una sorpresa en noviembre”, afirma.
Junto a lo anterior, en el PNL llegaron al convencimiento de que tampoco podían restarse de la presidencial teniendo en cuenta que se convirtieron en la segunda colectividad más grande del país, con 47.694 militantes, por detrás del Frente Amplio, que cuenta con 61.074, de acuerdo a los registros del Servel al 30 de abril pasado.
Otro de los factores que pesaron -aseguran- fue la presión republicana. No fue bien evaluado que justo dos semanas después de la firma de un preacuerdo parlamentario, Arturo Squella, presidente del Partido Republicano, afirmara que “si se baja Kaiser, indiscutiblemente Kast pasa a ser la candidatura más competitiva”.
La molestia fue tal que respondieron oficialmente, vía comunicado, afirmando que “a nosotros no nos gusta la política ficción, nos gusta la realidad”.
La última vez que Kaiser insistió en que llegará a los comicios de noviembre fue el 26 de mayo, en Tolerancia Cero, un día después de ser ratificado como presidente del partido en las elecciones internas de esa colectividad. “Ahora vamos a ver cuántos pares son tres moscas en materia de cuánto pesa cada uno en primera vuelta. ¿Cuál es el problema? Si aquí, por lo demás, supuestamente no pesamos nada”, sentenció.
En el Partido Nacional Libertario se asegura que la presión de los republicanos para separarlos de la carrera ha sido intensa. Incluso, a través de bots en redes sociales.
Pero desde esa tienda lo desmienten. El diputado republicano Agustín Romero, uno de los más cercanos a Kaiser, precisa que las conversaciones son por el acuerdo parlamentario. “No estamos pidiéndole que se baje, sería una falta de respeto. Él tiene su candidatura, sus líneas y sus ejes, y nosotros la nuestra. Esto de andar pidiéndole ‘bájate, bájate’, no corresponde”.
La puerta a esa posibilidad -beneficie a quien beneficie o perjudique a quien perjudique- está cerrada según el comando del libertario. Su vocero, el diputado Cristián Labbé, es categórico: “No existe ninguna posibilidad de que Kaiser se baje. Me da la impresión de que los mismos adherentes al Partido Republicano hacen correr esa voz para fortalecer a su candidato, pero lo importante acá es decir bien claro: no vamos a aguantar presiones y Johannes va a llegar al final”.
El foco de Chile Vamos
En el círculo de Matthei relatan que -apenas se tomó la decisión de no ir a primarias, tras los rechazos de Kast y Kaiser- la instrucción de la exalcaldesa fue enfocarse en la primera vuelta.
“No vamos a mirar hacia el lado, nuestro foco es nuestra campaña”, les dijo a los presidentes de sus partidos base.

Por ahora hay cierta tranquilidad. Sus cálculos apuntan a que el descenso del diputado en los sondeos de opinión hoy genera un menor impacto a la opción Matthei que hace algunos meses. Y porque, además, el desglose de las cifras da cuenta que no todo el caudal de adherentes de Kaiser se iría al abanderado republicano.
“En los últimos meses las distintas encuestas demuestran que Matthei sigue manteniéndose en la pole position en la primera vuelta y sigue ganando en todas las mediciones en la segunda. Y que los votos de Kaiser se reparten entre distintos candidatos; una parte la recibe Kast, otra Matthei, pero el principal beneficiado es Franco Parisi (PDG)”, sostiene Guillermo Ramírez, presidente de la UDI.
La baja participación en las elecciones internas del 24 y 25 de mayo del Partido Nacional Libertario también ha sido puesto sobre la mesa de análisis. Esto, porque de un total superior a los 50 mil militantes, solo votaron 6.502, es decir, un 14% del padrón. Un hecho que pondría en cuestión su capacidad movilizadora.
“No sabemos si Kaiser sigue hasta el final o si no sigue; tampoco qué pasa con las candidaturas de las que se habla menos. Todavía hay muchas variables que nadie puede predecir muy bien sus efectos. Lo único importante es que Evelyn Matthei no está haciendo campaña mirando a ninguna de estas personas, sino que mirando a la ciudadanía y es la que tiene las mejores opciones para llegar a La Moneda”, sostiene Rodrigo Galilea, presidente de RN.
La visión la comparte el diputado Diego Schalper (RN), para quien “la pregunta que se tiene que hacer el elector de derecha es si está dispuesto o no a embarcarse en un proyecto que puede perder en segunda vuelta”. Punto que complementa Paulina Núñez, senadora RN, para quien “si la oposición juega mal el primer tiempo, no gana el partido”.
Lo concreto, dice el diputado de Evópoli, Francisco Undurraga, es que “nosotros contamos hoy con la mejor opción para llegar con Matthei al gobierno, con un proyecto de orden, progreso y esperanza que garantiza gobernabilidad”.
Hasta ahora, los proyectos políticos de las derechas no conversan y eso es motivo de inquietud. “Nosotros tenemos que terminar con la política de todo o nada, porque esa política termina siempre en nada. Y cuando tú planteas una política tan extrema, en el fondo eso hace imposible gobernar”, advierte Ximena Ossandón, diputada RN.
Esto, mientras Kast sigue jugando sus fichas -con planes y anuncios concretos programáticos- para lograr el apoyo de la derecha y de aquellos sin pertenencia política.
En medio de esta disputa por la hegemonía del sector, Matthei apunta también al mundo independiente, al centro político y a los sectores más duros -entre los que se encuentran los seguidores de Kaiser- que la acusan de encabezar a una derecha débil y hasta “cobarde”. De ahí que la ex edil estampara -para unos y otros- un mensaje en el eslogan que lanzó en su reciente proclamación: “Con valentía para gobernar” y ”con cercanía para escuchar”.
