12 de junio de 2025
Estamos a punto de afrontar una nueva subida de las temperaturas tras unos días de respiro. Pero no nos engañemos: estamos en pleno verano y el calor ha venido para quedarse. Por eso, nada mejor que preparar la casa para conservar el frescor interior y evitar que el calor entre desde el exterior, todo ello sin necesidad de hacer obras y con una inversión mínima.
En otras ocasiones hemos analizado por dónde se escapa el calor en invierno; ahora toca pensar justo al contrario: detectar y proteger los puntos por donde se cuela el calor del exterior. El objetivo es claro: mantener el ambiente fresco en casa, reducir el uso del aire acondicionado y ahorrar en la factura eléctrica.
A continuación, repasamos los mejores trucos y soluciones prácticas para mejorar el aislamiento de la vivienda sin hacer reformas, con ideas sencillas, eficaces y asequibles. Una misión que puedes asumir fácilmente con los consejos que te mostramos a continuación.
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Aísla bien la casa

Una forma muy eficaz de evitar que el aire frío se pierda y entre el calor del exterior es colocar burletes (son unas pequeñas piezas de plástico que se ponen en la puerta o en la ventana) o juntas adhesivas en puertas, ventanas y cerramientos. Estos elementos ayudan a sellar rendijas por donde suele escaparse el frío y entrar el calor.
El hueco de la persiana es otro lugar candidato, a ver cómo se pierde el frío y entra el calor en casa. La ventaja es que acabar con este problema es fácil: en este caso no es necesario realizar obra y se puede sellar el piso de una forma muy sencilla. Se pueden aislar gracias a unos kits económicos fabricados en aluminio y burbujas de polietileno diseñados para aislar térmicamente el cajón de las persianas. La instalación es fácil: basta con abrir la caja de la persiana, cortar el material a medida, cubrir el hueco y fijarlo, ya sea grapándolo o con un adhesivo incluido en el kit.
Además, mantén siempre bien cerradas puertas y ventanas mientras el aire acondicionado está en funcionamiento. Así evitarás enfriar zonas innecesarias y conservarás mejor la temperatura en las estancias ocupadas.
También puedes utilizar toldos, cortinas o estores, que actúan como barreras térmicas adicionales. Si quieres ir un paso más allá, apuesta por cortinas térmicas o estores reflectantes, que bloquean eficazmente el calor exterior y ayudan a mantener el interior fresco. Otra opción interesante es instalar láminas solares en los cristales, que reducen la entrada de calor sin sacrificar la luminosidad natural.

En cuanto a la gestión de persianas y toldos, lo ideal es bajarlos durante las horas de mayor exposición solar (mediodía y tarde), y aprovechar los momentos de menor temperatura exterior, como primera hora de la mañana o la noche, para ventilar la casa y liberar el calor acumulado.
Para quienes buscan una solución más completa, es posible mejorar el aislamiento térmico de la vivienda mediante la instalación de lana de roca, corcho o paneles aislantes en techos y paredes exteriores. Aunque esta medida requiere mayor inversión, sus beneficios en eficiencia energética y confort son notables.
Reduce fuentes de calor internas

Es fundamental reducir el uso de aparatos que generen calor, especialmente durante las horas más calurosas del día. Evita utilizar el horno, la vitrocerámica o la plancha en esos momentos, ya que elevan innecesariamente la temperatura interior.
También conviene apagar televisores, monitores y ordenadores cuando no estén en uso, incluso si no están en modo de espera. En cuanto a la iluminación, si aún utilizas bombillas halógenas o de bajo rendimiento, considera sustituirlas por LED, que consumen menos y no emiten tanto calor. Mientras tanto, apaga cualquier luminaria no necesaria, ya que las fuentes de luz tradicionales también contribuyen al calentamiento del ambiente.
Decoración y materiales

Otro aspecto a tener en cuenta es la decoración, ya que también puede contribuir a reducir la temperatura interior. Optar por colores claros y materiales frescos y aislantes en elementos como cortinas, alfombras o tapices ayuda a mantener los espacios más frescos y confortables.
Si te gustan las plantas, puedes aprovechar su potencial decorativo y funcional utilizando plantas trepadoras o colocando macetas cerca de las ventanas más expuestas al sol. Puedes usar jardines verticales y plantas en fachadas que actúan como una barrera natural que proporciona sombra y reduce la cantidad de calor que entra en la vivienda.
No desperdicies el aire acondicionado

Para que el aire acondicionado funcione de forma eficiente y no consuma más energía de la necesaria, es fundamental realizar un buen mantenimiento y comprobar que el equipo se encuentra en óptimas condiciones. Uno de los aspectos clave es revisar el estado de los filtros, asegurándose de que estén limpios antes de ponerlo en marcha al inicio del verano y revisándolos cada tres o cuatro semanas durante su uso.

Otro elemento esencial es la ubicación del termostato, que debe estar alejado tanto de fuentes de calor (como hornos o ventanas con sol directo) como de corrientes de aire, ya que ambos factores pueden alterar la medición real de la temperatura ambiente y afectar al rendimiento del sistema.
A la hora de usar el aire acondicionado, también es importante no enfriar más de lo necesario. La temperatura recomendada oscila entre 24 °C y 26 °C, ya que ajustarla por debajo de esos valores no solo incrementa el consumo eléctrico, sino que puede generar incomodidad térmica. Si el equipo lo permite, es recomendable utilizar la función “eco” o “modo ahorro energético”, que optimiza el funcionamiento sin comprometer el confort.
Aprovecha los ventiladores
Si cuentas con ventiladores, ya sean de techo o de pie, puedes utilizarlos como apoyo para mejorar la distribución del aire frío generado por el aire acondicionado. Esto permite refrescar el ambiente de forma más uniforme sin necesidad de reducir en exceso la temperatura del equipo.
Además, si tu aire acondicionado dispone de modo “swing”, actívalo: esta función permite que las lamas del split se muevan y repartan el aire de forma más eficiente por toda la estancia.
Estas son medidas básicas y económicas que ayudan a mejorar el confort térmico y el aislamiento interior. No obstante, los mejores resultados se obtienen con intervenciones más profundas, como aislar el techo, instalar ventanas con rotura de puente térmico o reforzar las paredes con sistemas de aislamiento térmico, aunque estas soluciones implican una mayor inversión inicial.
En Xataka SmartHome | Encender el aire acondicionado justo cuando tienes más calor no es la mejor idea. Estos son los principales motivos
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La noticia
Las mejores formas de frenar una ola de calor sin hacer obras y mantener la casa fresca
fue publicada originalmente en
Xataka Smart Home
por
Jose Antonio Carmona
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