Ni divierte ni se parece tanto a Uncharted. He visto La Fuente de la Eterna Juventud y claramente no es la peli de aventuras que me esperaba encontrar

Creo que fuimos muchos los que, hace solo unos meses, no pudimos dejar de ver a Nathan Drake en el personaje interpretado por John Krasinski (The Office) en el tráiler y en las primeras imágenes de La Fuente de la Eterna Juventud. La cinta de acción, aventura y búsqueda del tesoro, dirigida por Guy Ritchie para Apple TV+, jugaba bastante bien esta carta y más de uno veía más rasgos de Uncharted en su desarrollo que en la propia adaptación cinematográfica del videojuego de Naughty Dog, protagonizada por Tom Holland. Sin embargo, tras ver este fin de semana esta cinta, puedo decir que el actor de Spider-Man puede respirar tranquilo.

Una película que engaña un poco al principio

A decir verdad, La Fuente de la Eterna Juventud (Fountain of Youth en versión original) empieza bastante bien, con una larga secuencia de acción donde Luke Purdue (Krasinski) roba un cuadro carísimo a una banda criminal en Tailandia y se ve obligado a huir en moto por las calles de Bangkok para luego luchar en un tren y salvar el pellejo. Es algo que perfectamente podríamos ver en Indiana Jones (o la mencionada Uncharted), y que permite a su estrella sacarnos una sonrisa. Pero esto es solo un espejismo de la historia sorprendentemente poco divertida y poco inspirada a la que haremos frente desde ahí, con un número indeterminado de personajes fácilmente olvidable y un guion tan carente de ritmo como de sorpresas en el que el prota debe reclutar a su hermana (Natalie Portman) y viajar por medio mundo para encontrar el legendario lugar que bautiza la producción.

Me decía hace un rato mi compañero Chema Mansilla que La Fuente de la Eterna Juventud es como si a National Treasure (La Búsqueda) le hubieran metido una "skin" de pago de Uncharted, y estoy bastante de acuerdo con la comparación. La superproducción de Apple tiene ese toque familiar y "buen rollero" centrado en la resolución de puzles y decodificación de pistas históricas por el que la saga de los productores de Piratas del Caribe terminó siendo apreciada, y huye mucho más de esa apuesta desenfrenada por la acción (aunque su prólogo y la vestimenta de Krasinski digan lo contrario) que pudimos encontrar en Uncharted, así como en otros clásicos del género como la serie de Indiana Jones. Pero National Treasure tenía algo que La Fuente de la Eterna Juventud no: a Nicolas Cage. El actor de Leaving Las Vegas era bastante carismático en su papel de Ben Gates, mientras que Krasinski aquí, pese a ser un actor bastante habituado a la comedia, no parece encontrar su sitio y sus bromas, que no son pocas, se sienten a veces forzadas y despreocupadas, llegando a hacer que en ocasiones lo despreciemos por ser un engreído sin brújula moral alguna, y no precisamente por lo que diga su hermana.

Sin personajes carismáticos hay poco que hacer

Y es que pese a todo, consigue destacar. Y lo logra porque le ponen alrededor un grupo de secundarios bastante cliché y pobremente desarrollados que aportan muy poco a la trama, empezando por la hermana interpretada por una Natalie Portman extrañamente apática. Según la sinopsis de La Fuente de la Eterna Juventud en Apple TV+, Luke Purdue necesita a su hermana, "más lista que él", para poder completar con éxito su misión; sin embargo, a lo largo del desarrollo de la trama su papel queda un poco más reducido a un constante "esto no está bien" pero te sigo porque sí, con un "te lo dije" clásico al final. Su propio hijo es más importante para hacer avanzar el hilo argumental que ella misma, teniendo quizás el momento más interesante de todo el largometraje.

Del resto de personajes poco se puede añadir: tenemos a los clásicos expertos que resuelven todo a poco que hagas las preguntas adecuadas que están un poco como NPC, a un villano bastante previsible desde la primera vez que habla, y a varios grupos de "enemigos" genéricos que siguen la pista a los "buenos" por uno u otro motivo y que deberían haber sido sacrificados por el bien de la narración, a excepción de Eiza González como Esme, la única que parece sentirse a gusto en este film. Hace de una especie de guardiana protectora al servicio de una orden misteriosa que seguramente sería más importante en una secuela que no sé si llegaremos a ver, pero que atestigua el interés en hacer de esto una franquicia.

Si bien no es mi género favorito, como alguien que creció de pequeño viendo películas como Indiana Jones, Tras el Corazón Verde y, más de mi época, La Momia, soy de los que no dudan en darle una oportunidad a quienes quieren buscar resucitar el género, pero uno empieza a cansarse de ver tantos intentos fallidos por hacerlo. La Fuente de la Eterna Juventud es uno de ellos, un quiero y no puedo con algunos bonitos escenarios que pasará desapercibido para el gran público, de hecho se ha estrenado directamente en streaming en lo que sin duda ha sido una sabia decisión de Apple, por la carencia de momentos memorables, personajes carismáticos y, en definitiva, por un guion sin mucho encanto.

Y es una pena porque creo que había ingredientes para poder hacer algo mejor. No me entra en la cabeza que alguien como Guy Ritchie, que demostró su buen hacer a la hora de hacer comedias de acción entretenidas en The Gentlemen: Los señores de la mafia o la bilogía de Sherlock Holmes, no haya sido capaz de dar forma a esta película de aventuras. Y si él no ha sido capaz, quizás este guion estaba condenado desde el primer minuto de desarrollo. Una lástima.

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