por Hobby Consolas
26 de mayo de 2025
Aunque Arnold Schwarzenegger tiene la versión más querida de Conan, ninguna iteración ha conseguido capturar todos los matices del personaje de Robert E. Howard.
Los músculos de Arnold Schwarzenegger ya eran conocidos en todo el planeta gracias a su prolífica carrera como culturista, pero el insaciable apetito de metas del Roble Austríaco le hizo recalar en Hollywood, donde inició su trayectoria como actor, algo que habría terminado pronto de no ser por Conan, el bárbaro.
La aclamada película de fantasía sacó buen provecho del colosal físico de Arnold Schwarzenegger para dar forma a uno de los mejores relatos del género, basándose en el popular personaje creado por Robert E. Howard en 1932.
En lo físico, Arnold Schwarzenegger era el Conan perfecto, y las películas dirigidas por John Milius y, posteriormente, Richard Fleischer, hicieron que la fuerza bruta del personaje luciese como nunca.
Pero ¿y los demás matices que conforman a Conan de Cimmeria? Las películas pasan de puntillas por aspectos como la formación filosófica y estratégica de Conan, haciendo que la descomunal fuerza parezca la única virtud que necesita para despachar a todo infeliz que se cruce en su camino.
Conan aún no ha sido retratado con un 100% de precisión
Tal y como recuerdan en Screen Rant, este no es un problema exclusivo de la versión de Arnold Schwarzenegger de Conan, el bárbaro. Jason Momoa tuvo el mismo problema en el remake de 2011, y Ralf Moeller también en la serie alemana Conan, el aventurero.
Eso mismo lo podemos extender a las iteraciones en animación que hemos tenido del personaje, lo que nos lleva a las novelas de Robert E. Howard como único lugar para entender que Conan era todo un estratega.
Tampoco acostumbramos a ver cómo el cimmerio hacía gala de una agilidad que se antoja imposible para alguien con su físico, algo que Howard sí describe en sus escritos, y otro de los motivos por los que aún no se ha captado fielmente al personaje en pantalla.
Nuestro querido Arnold Schwarzenegger ya no está como para encarnar de nuevo a Conan, el bárbaro en la gran pantalla, pero puede que algún día tengamos a alguien capaz de heredar la espada y, de paso, hacer relucir las demás virtudes de un personaje que no solo depende de la brutal fuerza física para imponerse.
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