La polémica expulsión de Arturo Vidal en la derrota de Colo Colo ante Audax Italiano no fue el único hecho que marcó la agenda del pasado fin de semana en el fútbol chileno. Es que en la Segunda División también se registró un violento episodio en el marco del triunfo de Provincial Osorno por 3-0 sobre Brujas de Salamanca
El hecho ocurrió a los 12 minutos del partido tras la expulsión del volante de Brujas, Juan Pablo Miño, quien reclamó una falta previa después del primer gol de Osorno y reaccionó de la peor forma según constató el informe del árbitro Bastián Pavez.
En el documento, el juez acusó a Miño de “ser culpable de conducta violenta; El jugador se acerca al árbitro de manera agresiva para protestar una decisión arbitral, empujándolo deliberadamente con el pecho”.
“Acto seguido, le propina un cabezazo en el pómulo y, de forma simultánea, le pisa el empeine con los estoperoles, evidenciando una conducta violenta e intencional”, agregó el réferi en su informe.
De esta manera, el mediocampista argentino que fue campeón de la Primera División con Cobresal en 2015 arriesga una dura sanción, que deberá ser resuelta por el Tribunal de Disciplina de la ANFP. Ante esto, el futbolista no dudó en defenderse de las acusaciones en su contra.
“El informe me pareció muy alejado a la realidad de lo que pasó... Fui a buscarlo para reclamar por qué no cobró falta antes del gol y ahí quedamos cara a cara, pero jamás tuve la intención de pegarle un cabezazo al rostro. En ningún momento lo insulté. Además, tengo videos que muestran que nunca le pegué un cabezazo en la cara”, explicó en diálogo con el sitio PrimeraBChile.
“En casi 20 años de carrera profesional, jamás me había pasado algo así con un árbitro. Tengo carácter y personalidad dentro de la cancha, pero nunca se me pasaría por la cabeza agredir físicamente como se señala en el informe”, añadió Juan Pablo Miño.
Revisa la secuencia de la presunta agresión de Juan Pablo Miño al árbitro Bastián Pavez