por AdnRadio
30 de mayo de 2025
La contaminación lumínica crece en un 9,6% cada año, de acuerdo a un estudio publicado en revista Science. Los cielos de Chile también están siendo afectados por este fenómeno y se estima que un aumento del 10% del brillo del cielo significaría una pérdida del 12,07% de la capacidad original de los telescopios ópticos ubicados en el país.
Ante este problema, la Asociación de Universidades para la Investigación en Astronomía (AURA), el Telescopio Magallanes Gigante (GMT), el Observatorio Europeo Austral (ESO) y el Observatorio Las Campanas —de la Institución Carnegie para la Ciencia—, firmaron un acuerdo para crear el Consejo de Cielos Oscuros.
A través de esta alianza, las instituciones trabajarán de manera coordinada para proteger los privilegiados cielos de Chile.
Las instituciones firmantes administran algunos de los observatorios ópticos más grandes y avanzados del mundo, todos ellos ubicados en Chile: AURA está a cargo del Observatorio Cerro Tololo, Gemini Sur y el mega Observatorio Vera C. Rubin, actualmente en construcción; el Telescopio Magallanes Gigante (GMT) también en construcción será instalado en Las Campanas, donde la Institución Carnegie Science actualmente opera su observatorio; en tanto ESO opera observatorios en Paranal y La Silla y, próximamente operará el Extremely Large Telescope (ELT), en construcción en Cerro Armazones.
La importancia del cuidado de los cielos oscuros
Gracias a la calidad excepcional de sus cielos, Chile concentra hoy cerca del 40% de la capacidad de observación astronómica mundial. En las últimas dos décadas, el número de instituciones astronómicas se ha duplicado en el país, y la cantidad de personas dedicadas a esta ciencia se ha triplicado.
Además, en los próximos años se instalarán tres mega-telescopios, que estarán entre los más grandes del mundo, con una inversión total superior a los 5 mil millones de dólares. Su operación permitirá que Chile supere el 60% de la capacidad de observación astronómica a nivel global para 2030.

Sin embargo, este liderazgo está en riesgo. El aumento sostenido de fuentes de contaminación lumínica provenientes de centros urbanos, operaciones industriales y mineras, puertos y autopistas amenaza la oscuridad natural del cielo nocturno en las regiones de Antofagasta, Atacama y Coquimbo, zonas clave para la astronomía.
“La calidad y oscuridad del cielo nocturno son fundamentales para las operaciones científicas de nuestros observatorios. La preservación de los cielos oscuros del norte de Chile es una prioridad para las instituciones firmantes, ya que la continuidad de sus actividades presentes y futuras depende de ello”, señala el acuerdo.
De esta manera, mientras Chile fortalece su liderazgo en la protección de los cielos oscuros, el lanzamiento del Consejo de los Cielos Oscuros marca una nueva era caracterizada por una administración proactiva para preservar una de las ventanas más importantes de la Tierra al cosmos.