por Hobby Consolas
22 de junio de 2025

Es mejor no encariñarse demasiado con una saga que esté arrancando en cine o televisión, pero si está basada en novelas al menos podrás conocer su final.
He tenido la extraña ventaja de no encontrarme entre el fandom de La rueda del tiempo. Un día, casi por accidente, vi parte del primer capítulo de la serie, pero me dio pereza adentrarme en una nueva saga de fantasía cuyo universo desconocía hasta que Amazon Prime Video lanzó su adaptación literaria para televisión.
La gente no hablaba maravillas sobre La rueda del tiempo cuando se estrenó, y siempre te animaban a acudir a las novelas para tener una visión más completa sobre aquel universo, aunque con el paso de las temporadas parece que fue ampliando su base de fans y puliendo su fórmula.
Y ahora ha sido cancelada, dejando todos sus frentes abiertos, traicionando a quienes la siguieron desde el principio; aunque con la herida aún reciente mucha gente todavía confía en que acabe recibiendo, aunque sea, un cierre digno. Por mi parte, yo me he ahorrado una decepción.
Una amenaza que siempre va a estar ahí
La cancelación de las series a las que te enganchas es un riesgo inevitable al que te vas a enfrentar como decidas empezar una producción desde sus inicios, cuando todavía no ha llegado a su conclusión.
Es una incertidumbre que nunca podrás salvar a no ser que optes por seguir el camino seguro de comenzar tan sólo series que ya hayan finalizado y, en el mejor de los casos, cuenten con buenas reseñas asegurando que han tenido un buen recorrido, sin alargarse con demasiado relleno o traicionado al material original en caso de haberlo.
Yo he sufrido esta misma traición en los últimos meses con series de diferentes plataformas que me parecían prometedoras: como Kaos de Netflix o Los héroes del tiempo de Apple TV+, que no pasaron de sus primeras temporadas, o Nuestra bandera significa muerte de Max, que se quedó a las puertas de recibir la tercera.
Pero en aquellos casos la cancelación venía acompañada por la seguridad de que nunca podría conocer algo cercano a la conclusión de aquellas historias, puesto que no se basaban en ninguna obra preexistente como es el caso de La rueda del tiempo.
Un género maldito desde hace años
Recuerdo con mucha frustración cuando vi la película de La brújula dorada (2007), que terminaba con Lyra Belacqua y Iorek Byrnison embarcados en un globo rumbo a nuevas aventuras.
Era un cierre que prometía una continuación no sólo porque la película te dejara con aquel final abierto sino porque tenías el respaldo de la saga literaria de Philip Pullman en la que se basaba como prueba de que había algo más que contar después de aquello.
Pero, al igual que ocurre con las series, el rendimiento en taquilla y la recepción general por parte del público y la crítica son factores condicionantes para el desarrollo de las secuelas, por lo que nos quedamos sin recibir una segunda parte de esa cinta inconclusa.
Años después, sin que me hubiera acercado a las novelas, pude resarcirme de aquella espinita clavada cuando Max estrenó su serie de La materia oscura, y así descubrí por fin qué pasaba después de aquel viaje en globo que tan fuerte se había grabado en mi memoria con el fuego de la traición.
Si hubiera optado por leer las novelas de La materia oscura, no habría tenido que esperar más de diez años para ver una serie que tal vez nunca hubiera llegado a realizarse, al igual que me ocurrió también en el caso de Eragon (2006) por esa misma época.
La cinta cerraba con la imagen de un nuevo dragón que apuntaba hacia la continuación mediante una secuela basada en las novelas de Christopher Paolini que nunca llegó a materializarse, pero que ahora tal vez acabe llegando a Disney Plus en formato de serie televisiva.

Un año antes, con Las crónicas de Narnia: El león, la bruja y el armario (2005), hubo algo más de suerte, ya que la cinta sí contó con una continuación, e incluso con una tercera entrega, pero jamás se llegaron a adaptar las siete novelas de C.S. Lewis a la gran pantalla.
Y ahora Greta Gerwig nos va a traer su nueva versión de la obra de C.S. Lewis para Netflix, aunque nos encontramos de nuevo ante la misma incógnita: ¿se quedará el proyecto a medias o llegaremos a ver La última batalla?
El miedo está ahí, pero para mí es diferente en esta ocasión. Estoy tranquila, me da igual cómo salga el proyecto, si me cuentan el resto de las novelas o no. El motivo es que esta saga sí se encuentra entre las que he leído, y ya no tengo esa intriga que sí se me generó La brújula dorada.
Conozco lo que pasó antes y lo que pasó después de los acontecimientos de El león, la bruja y el armario, qué les depara a sus protagonistas, así que ha desaparecido en mí la urgencia que podían ocasionarme los ejemplos previos. Ahora sólo siento una curiosidad tranquila por descubrir cuál será el nuevo enfoque.
Una serie, o una saga cinematográfica en ciernes, nunca te va a garantizar su continuación y con ello pueden llegar las decepciones seguidas por esperas interminables si tan sólo te aferras a las adaptaciones que se hagan de ellas en lugar de optar por la versión escrita.
Claro que siempre está la otra cara de la moneda… algún que otro George R. R. Martin que planee publicar de forma póstuma su obra después de que la hayamos visto finalizar en la pequeña pantalla.
Las opiniones expresadas en este artículo son las del autor y no tienen por qué coincidir necesaria o exactamente con la posición de Henneo Magazines o Hobbyconsolas.
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