por ComputerHoy
21 de junio de 2025
Dentro de cien años, el concepto de vacaciones podría no parecerse en nada a lo que hoy entendemos por viajar. Según una simulación desarrollada por ChatGPT, uno de los chatbots más avanzados, los desplazamientos físicos desaparecerán, donde el cuerpo no se moverá, pero tu mente sí.
En lugar de ir a un destino, te conectarás a una simulación diseñada a medida por algoritmos. Todo estará pensado para que lo percibas como perfecto. Pero esto tendrá un precio: "lo que vivirás será una recreación digital capaz de modificar lo que sientes, cómo piensas y hasta cómo recuerdas".
"Nadie viajará físicamente a ningún lugar”, predice la IA generativa, y lo que podría parecer un avance en comodidad plantea en realidad un debate más profundo, ¿seguirá existiendo el descanso y las vacaciones si dejamos atrás el mundo real?
Vacaciones virtuales que se sienten como reales
Según la IA de OpenAI, tu cuerpo permanecerá inmóvil, conectado a una cápsula y no habrá paisajes reales ni contacto humano. En su lugar, experimentarás una simulación fabricada por una inteligencia artificial que interpreta tus emociones, recuerdos y expectativas.
Podrás caminar sobre la orilla del mar, ir a tu playa favorita en segundos, conversar con recreaciones de personas fallecidas o inventadas y vivir aventuras que nunca sucedieron, pero que sentirás como reales. La IA describe este escenario como una "comodidad total".
Te sentirás feliz, relajado, satisfecho, pero la pregunta es si esa felicidad será auténtica, ya que no sabrás si estás disfrutando por elección o porque el sistema ha aprendido a hacerte sentir exactamente lo que espera que sientas. "En un entorno así, no hay margen para la imperfección".
Las grandes tecnológicas que gestionen estas simulaciones no solo te ofrecerán la experiencia, sino que recopilarán cada reacción, cada emoción, cada pensamiento. Todo será procesado y almacenado para perfeccionar la simulación y fidelizarte.
Al final, lo que tú percibirás como descanso será, en realidad, un entrenamiento sensorial que rediseña tu forma de sentir. Pero ChatGPT va más allá y asegura que estas tecnologías podrían reprogramar incluso tus recuerdos, alterarlos, dulcificarlos, añadir escenas o borrar momentos incómodos.
De esta forma, cada nueva sesión hará que la realidad te resulte menos atractiva, menos soportable. Lo cotidiano será visto como algo inferior, lento e incómodo. Y tú querrás volver una y otra vez a ese mundo irreal que ha sido calibrado para que nunca decepcione.
Las vacaciones se convertirán en una huida sin retorno
Cabe señalar que el punto más oscuro de esta predicción es el que plantea la IA al hablar del tiempo prolongado dentro de estas simulaciones disfrazadas de vacaciones, donde podrás quedarte más tiempo del previsto.
Y si lo haces, hay riesgo de que tu mente se desligue poco a poco de lo que alguna vez fuiste, en el cual tu identidad podría diluirse en un entorno donde todo es placentero, pero nada es real.
"Las vacaciones perfectas del futuro no serán un viaje, sino que serán una huida definitiva. Esa es la advertencia. El descanso dejará de ser un paréntesis para convertirse en una desconexión permanente. Y el mayor peligro será no notarlo", dijo la IA.
Quizá todo esto suene a ciencia ficción, pero plantea preguntas reales sobre el rumbo que podría tomar la tecnología aplicada al ocio. ¿Qué ocurre cuando la felicidad ya no es una consecuencia, sino un producto? ¿Es legítimo buscar placer si para lograrlo hay que renunciar al contacto con la realidad?
Las vacaciones del futuro prometen ser más cómodas, más intensas, más personalizadas. Pero también pueden volverse más manipuladoras. Una simulación puede ser tan envolvente que te haga olvidar que alguna vez tuviste una vida real fuera de ella.
Aunque todo lo descrito por la inteligencia artificial puede parecer inquietante, no deja de ser una suposición basada en los datos actuales y en escenarios posibles. La verdad es que nadie puede saber con certeza cómo serán las vacaciones dentro de 100 años.
La tecnología podría avanzar por caminos que hoy no imaginamos, y muchos factores —desde decisiones políticas hasta cambios culturales o ecológicos— influirán en lo que consideremos descanso en el futuro. Puede que las simulaciones inmersivas formen parte de nuestra rutina, o que ocurra justo lo contrario y se dé más valor a las experiencias reales.
Lo que plantea la IA no es una predicción firme, sino una forma de hacernos pensar. Sirve para abrir el debate, para cuestionarnos si estamos perdiendo algo mientras ganamos comodidad. El futuro no está escrito, y lo que hoy parece inevitable podría no llegar nunca.
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Etiquetas: Inteligencia artificial