por Hobby Consolas
23 de junio de 2025

Bandai Namco celebra el 45 aniversario de Pac-man con una propuesta muy diferente al resto de la franquicia. Shadow Labyrinth es un juego oscuro de supervivencia.
La serie Secret Level de Prime Video resultó algo decepcionante porque no sacaba todo el partido que debía a los videojuegos en los que se inspiraba, pero dio la sorpresa con el corto Circle, que daba un giro muy siniestro al entrañable Pac-Man. Más tarde, descubrimos que todo era una maniobra para promocionar el juego Shadow Labyrinth, que ahora nos ocupa.
A tiempo para celebrar el 45 aniversario de Pac-Man, Shadow Labyrinth está a punto de llegar a PS5, Xbox Series X/S, Switch, Switch 2 y PC.
Al igual que pasaba en el corto, la historia del juego es deliberadamente críptica y sombría. Encarnamos a una persona sin identidad, cubierta con una capucha.
En un misterioso y amenazante entorno, una figura flotante idéntica a la del icónico "comecocos", parece ayudarnos para escapar de unos escenarios laberínticos y oscuros.
El juego mantiene en todo momento un desarrollo 2D tradicional, primero con un poco de plataformeo (salto, salto doble) y luego algo de acción, gracias a una potente espada que nos encontramos y cuyos tajos podemos optimizar con fintas y mejoras de nivel.
Como hemos dicho, este juego es un metroidvania, así que no tardamos mucho en encontrar zonas a las que no podemos acceder, pero están marcadas con bloqueos de algún tipo. Está claro que hemos de ir ganando habilidades poco a poco para poder llegar a ellas.
Con cada enemigo eliminado y zona explorada vamos consiguiendo unas pequeñas "píldoras" que actuarán a modo de moneda de cambio cuando nos encontremos con extraños comerciantes por el camino, los cuales ayudarán a esas subidas de nivel que comentábamos.
En cuanto a esas habilidades, una de las más reconocibles es también muy definitoria de la inspiración del juego: al contactar con algunos tramos, podemos transformarnos en Pac-Man (bueno, aquí dice que se llama Puck, para el que entienda la meta-referencia) y correr por esas paredes e incluso por el techo.

En este estado, podemos saltar para "imantarnos" a otras paredes comunes o atacar temporalmente. No tardamos mucho en tener encontronazos con duros jefes finales a los que hay que ir agotando la barra de resistencia antes de mermarle la salud de verdad.
Nuestro misterioso personaje puede resistir muy pocos impactos y, si morimos, regresaremos al último checkpoint que hayamos desbloqueado, desde el que también podemos efectuar viajes rápidos a otros puntos equivalentes del mapeado. Pero claro, también podemos tirar de parries para los enemigos más correosos.
Y, combinados con los misteriosos poderes de Puck, podemos llevar a cabo ataques devastadores e incluso transformarnos en una especie de caballero/mecha descomunal. Incluso llegamos a tener la habilidad de devorar como algo habitual, que sirve para eliminar enemigos más rápido, pero también para conseguir recursos de crafteo.
Para no perdernos, hemos de consultar a menudo el mapa y detectar qué zonas aún no han sido visitadas. ¿Habrá que acceder a ellas transformados en Puck? ¿Quizá con ese otro misterioso ente llamado GAIA?
Al margen del desarrollo, muy marcado por enemigos de pautas muy concretas y escenarios llenos de verticalidad, destaca el misterioso argumento, en el que vemos aparecer en ocasiones figuras con intenciones y origen desconocido.
Y, aunque no es tan sangriento como el corto que os comentábamos antes, sí tiene cierto punto macabro, ya que al derrotar a los jefes hemos de "comérnoslos" como un Pac-Man sombrío y monstruoso para heredar sus habilidades y poder así acceder a otros tramos del mapa.
También llama la atención un apartado visual que juega mucho con las sombras y con unos diseños 2D a base de "módulos" que se mueven independientemente, un poco al estilo de Ghosts 'n' Goblins Resurrection. Cuando toca enfrentarnos a los monstruosos y enormes jefes, el efecto visual impacta.

Al menos, a diferencia de este último juego, aquí la dificultad parece bastante asumible por ahora, aunque está claro que estamos ante los primeros compases de un juego que promete ser grande y complejo, a medida que vayamos asimilando nuevas habilidades y entremos en terrenos más pantanosos.
Por ahora, Shadow Labyrinth parece bastante conservador en cuanto a los cánones jugables de los metroidvania, pero su ambientación (ese concepto de "comer o ser comido" si queremos sobrevivir) y un buen ritmo nos tienen enganchados en estos primeros compases.
¿Por qué hemos de transformarnos en el depredador definitivo? ¿De donde provenimos en realidad? ¿Qué son estas extrañas civilizaciones cuyas reliquias encontramos a medida que escapamos de nuestra prisión? El 18 de julio, resolveremos los misterios a ritmo de waka-waka (nada que ver con Shakira).
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