por ComputerHoy
24 de mayo de 2025
Hace un tiempo, Bjarne Stroustrup, el creador de uno de los lenguajes de programación más influyentes del mundo, dejó una advertencia que muchos pasaron por alto: "intentar ser demasiado listo suele complicar la escritura de código".
Con esa frase apuntaba a un problema que hoy considera más grave, que es una forma de aprender que prioriza la rapidez y la apariencia frente al conocimiento real. Esta vez, su mensaje ha sido más directo, donde ahora ha declarado que no puedes aprender a programar por internet.
Stroustrup no se refiere a la tecnología en sí, sino a cómo se ha instalado una idea errónea, que basta con seguir unos tutoriales para dominar una disciplina. En su opinión, esa mentalidad está creando una generación de programadores que ejecutan instrucciones sin entender lo que están haciendo.
Cuando alguien como Bjarne Stroustrup alza la voz, conviene escuchar, y es que este científico de la computación no solo desarrolló C++, uno de los lenguajes más usados en el mundo, sino que también ha sido testigo de cómo la informática ha cambiado en las últimas cuatro décadas.
Su trabajo ha sido clave para sectores como la inteligencia artificial, los sistemas operativos o los videojuegos y ha recibido múltiples reconocimientos importantes en el campo de la informática a lo largo de su carrera.
Por ello, no habla desde la nostalgia, sino desde la experiencia de haber construido herramientas que aún hoy siguen en el centro de la industria, y es por ello que en su reciente intervención ha sido claro: internet está lleno de contenido útil, pero también de materiales erróneos y desactualizados.
La facilidad para acceder a esta información ha creado una ilusión de dominio que, en muchos casos, no se corresponde con la realidad. Según él, la programación no puede aprenderse únicamente con vídeos o cursos acelerados, no, se necesita mucho más.
Afirma que hace falta construir una base sólida, comprender estructuras, algoritmos, memoria y lógica. De lo contrario, muchos jóvenes desarrolladores acaban repitiendo patrones sin entenderlos, lo que les deja mal preparados para enfrentar problemas reales en el mundo laboral.
Lo fácil no siempre es lo mejor
Cabe señalar que Stroustrup no se opone al uso de herramientas modernas ni a lenguajes más accesibles, sino que su preocupación tiene que ver con cómo se enseña y cómo se aprende. Plataformas que prometen aprender a programar "en 20 horas" han convertido un oficio complejo en un producto rápido de consumir.
Muchos empiezan con frameworks que simplifican tareas, pero esconden los fundamentos. Así, el riesgo no es que los nuevos programadores sepan menos, sino que crean que ya saben lo suficiente, y en este punto comienza el verdadero problema.
Frente a este panorama, el experto recomienda una vuelta a lo esencial, como lo es estudiar con métodos, practicar con problemas reales y leer libros técnicos como A Tour of C++ o Principles and Practice Using C++, que él mismo ha escrito como guías de referencia.
Asimismo, lo que cuestiona es la falta de profundidad con la que se abordan los contenidos, ya que la programación exige tiempo, reflexión, pero sobre todo comprensión. Y esas cualidades no encajan bien con la lógica de los tutoriales rápidos y los vídeos cortos, muchos de los cuales están en YouTube.
Montaje/Unplash
Aprender a programar, como cualquier disciplina, no es solo cuestión de repetir lo que alguien hace en pantalla, sino que es necesario entender por qué se hace, qué otras formas existen y qué consecuencias tiene cada decisión. De lo contrario, el resultado puede ser un profesional funcional, pero sin criterio ni autonomía.
En este contexto, C++ representa para Stroustrup una prueba de que el conocimiento profundo sigue siendo necesario. Su lenguaje, aunque más exigente que otros más recientes, sigue siendo fundamental en ámbitos donde el rendimiento y el control marcan la diferencia.
C++ obliga a entender cómo funciona la máquina, cómo se gestionan los recursos, cómo se construyen estructuras eficientes. Y eso, más que una barrera, es una oportunidad para formar programadores con una visión completa del software.
El mensaje de Bjarne Stroustrup no es un reproche a los jóvenes que quieren saber lenguajes de programación en poco tiempo. Es una advertencia dirigida a todos los que forman parte del ecosistema del desarrollo: estudiantes, docentes, plataformas de formación y empresas.
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Etiquetas: Desarrolladores