La Corte Suprema de Estados Unidos (EE.UU.) autorizó, de manera temporal, que el gobierno pueda reanudar la deportación de migrantes en situación irregular hacia terceros países.
La medida fue solicitada por la administración del presidente Donald Trump, en medio de un proceso judicial que está actualmente en curso.
La decisión, emitida en una sentencia sin firma y sin disidencias públicas, deja sin efecto un fallo previo de un juez federal que había impedido la deportación de tres migrantes.
El juez de primera instancia argumentó que los afectados debían tener la posibilidad de impugnar su traslado a un país considerado inseguro y ajeno a sus antecedentes personales.
Sin embargo, la Corte Suprema decidió restablecer la potestad del Ejecutivo para aplicar este tipo de expulsiones mientras continúa el litigio.
Un precedente con implicancias mayores
Aunque la sentencia no se refiere al fondo del caso, sienta un precedente importante en el debate migratorio que ha marcado buena parte del gobierno de Trump.
La decisión podría abrir la puerta a que más personas sean enviadas a terceros países —una estrategia que ha sido criticada por organismos de derechos humanos— mientras sus solicitudes de asilo o apelaciones aún no han sido resueltas.