por ComputerHoy
25 de mayo de 2025
Utilizar el móvil es una auténtica tortura para nuestro cuello y nuestra columna vertebral. Un hombre de 25 años lo ha demostrado de forma extrema, hasta el punto de que no puede enderezar la testa. Le han diagnosticado el Síndrome de la Cabeza Caída, un caso único en el mundo.
Sujetamos en móvil con nuestras manos, y eso nos obliga a doblar el cuello y bajar la cabeza para que nuestros ojos puedan ver la pantalla. ¿Que pasaría si mantuviésemos esta posición 15 horas al día durante años? Puedes verlo en la foto de apertura de la noticia: la columna completamente doblada, y una vértebra saliendo por la parte posterior del cuello.
En esta trágica historia se juntan dos de los males de nuestro tiempo: el bullying y la adicción al móvil.
Qué es el Síndrome de la Cabeza Caída
Según consta en el informe médico publicado en la revista ScienceDirect, este anónimo japonés de 25 años era un niño muy alegre y sociable, pero sufrió "un grave bullying" (acoso escolar) en el colegio, por parte de sus compañeros.
Comenzó a saltarse las clases y dejó de salir con sus amigos. Se pasaba de 12 o 15 horas diarias jugando con el smartphone, encerrando en su habitación.
Al mantener la cabeza agachada tantas horas al día, durante años, provocó que la columna se fuese doblando, hasta el punto de que una de las vértebras le sobresalió por la parte de atrás del cuello.
Esto provocaba enormes dolores al joven y, lo que es peor, le impedía tragar correctamente. Así que apenas comía, comenzando a perder peso rápidamente.
Con el tiempo, los músculos del cuello perdieron fuerza debido a la presión de la columna doblada, y ya no podía levantar la cabeza.
Los médicos le han diagnosticado el Síndrome de la Cabeza Caída, que sufren personas con lesiones neuronales o drogadictos. Pero es la primera vez que se diagnostica por la adicción al móvil.

ScienceDirect
Los médicos intentaron enderezarle el cuello con un collarín, pero los dolores eran insoportables, sí que tuvieron que desistir.
Finalmente, la única solución fue pasar por el quirófano. Como se puede ver en la foto superior, le limaron la vértebra que sobresalía y le colocaron un implante que mantiene el cuello enderezado.
Tras varias operaciones y un año de ejercicios, el joven ya puede mover la cabeza con normalidad. Ha iniciado una terapia de adicción al móvil, y está reconduciendo si vida.
Es una historia con final feliz, pero también una serie advertencia: la combinación del bullying y el aislamiento a través del móvil, es una combinación muy peligrosa. Hay que controlar a los niños y adolescentes, y comprobar que no sufren ninguna de las dos cosas.
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Etiquetas: Smartphones, Salud, Familia