por Publimetro
4 de julio de 2025
Luego de los resultados de la primaria oficialista, donde la exministra del Trabajo y Previsión Social, Jeannette Jara, obtuvo más del 60% de los votos, han surgido una serie de encuestas de cara a las presidenciales de noviembre próximo.
La más reciente, corresponde a la dada a conocer por la empresa Black & White, cuña dueña es Paola Assael, amiga de Sebastián Sichel, actual alcalde de Ñuñoa.
En el sondeo, la candidata del oficialismo superaría a los demás abanderados en caso que las elecciones fueran el próximo domingo con un 39%, seguida de José Antonio Kast del Partido Republicano con un 25%, Evelyn Matthei de Chile Vamos con un 18%, Johannes Kaiser del Partido Libertario con un 9%, Franco Parisi con un 5% y un 4% declaró no estar seguro.
De igual forma, la encuesta arrojó que ante una eventual segunda vuelta presidencial entre Jara y Kast, el candidato republicano obtendría el 54% de los votos. Mientras que si el balotaje fuera entre Jara y Matthei, la exalcaldesa de Providencia alcanzaría el 57%.
Los cuestionamientos a Black & White
En marzo pasado, la encuestadora Black & White (B&W) estuvo en el ojo de la polémica luego de dar un sondeo a Johannes Kaiser como ganador de la primera vuelta presidencial con un 25% de las preferencias, en momentos en que todas las consultoras ubicaban a Evelyn Matthei a la cabeza de los sondeos.
En la ocasión, el experto en marketing político y académico de la Universidad Diego Portales (UDP), Cristián Leporati, sostuvo que las encuestas de opinión son parte de las campañas electorales y estrategias de comunicación política, algo que–a su juicio– “queda de manifiesto con la agencia de comunicaciones B&W y su encuesta a lo largo del tiempo”.
Asimismo, la Asociación de Investigadores de Mercado y Opinión Pública (AIM), planteó a través de un comunicado, que hubo “errores” metodológicos en esa encuesta. Además, indicaron que han observado “una proliferación de encuestas de opinión pública que circulan sin aparentes mecanismos efectivos que permitan, por un lado, asegurar a los ciudadanos la objetividad de la información proporcionada y, por otro, descartar que se trate de piezas encubiertas de propaganda política”.