Importantes avances en la investigación revelan nuevos antecedentes sobre la trágica muerte de Francisco Albornoz, químico farmacéutico de 21 años, quien fue hallado sin vida el martes tras estar desaparecido desde el 23 de mayo.
Ese viernes 23 de mayo, Francisco, con domicilio en la comuna de Santiago y conocido por su círculo como “Panchito”, se habría reunido con dos hombres tras coordinar un encuentro sexual.
Los ahora detenidos fueron identificados como Christian Alexander González Morales, médico ecuatoriano de 31 años, y José Miguel Baeza Cortés, chef chileno de 41 años. Ambos han sido señalados como principales sospechosos por su implicancia directa en los hechos.
Las indagatorias, a cargo de la Fiscalía Oriente, confirmaron que los imputados fueron las últimas personas que vieron con vida a Francisco.
Además, según los antecedentes recabados, fueron quienes trasladaron su cuerpo hasta la región de O’Higgins, arrojándolo desde el mirador Lo Moscoso, en un intento por ocultar el crimen.
El cuerpo del farmacéutico fue hallado en San Fernando, a más de 100 kilómetros del Metro Plaza Egaña, en Ñuñoa, donde fue visto por última vez.
La nueva estremecedora hipótesis acerca de la muerte del joven de 21 años
Según consignó La Tercera, uno de los de los detenidos, Christian Alexander González Morales, deslizó que esa noche habrían consumido altas cantidades de drogas y que Francisco podría haber fallecido producto de una sobredosis. Sin embargo, esta hipótesis ha sido descartada preliminarmente por los peritajes forenses.
De acuerdo a la información conseguida tras el trabajo de los peritos, el joven fue arrojado al lecho del río Tinguiririca cuando aún se encontraba con vida, lo que contradice las primeras versiones entregadas por uno de los involucrados.