por IGN España

22 de junio de 2025

Las películas de Disney han perpetuado estereotipos durante décadas, aunque muchas de sus tramas se basan en cuentos infantiles. En la actualidad se cuestionan muchos de sus personajes, escenas o mensajes que quieren transmitir, pero sólo hay un largometraje del que Disney realmente se avergüenza hasta el punto que ha intentado borrarlo de su historia. A pesar de ganar un Oscar de la Academia, Canción del Sur ha sido una gran mancha en su expediente.

Era el año 1946 cuando se estrenó Canción del Sur, una película que combinaba la acción real con la animación. Disney había experimentado con esta técnica anteriormente en Los Tres Caballeros (1944) y Canción del Sur consiguió un Oscar por la Mejor Canción Original. La cinta está basada en una colección de historias adaptadas por Joel Chandler Harris, donde el Tío Remus le cuenta las aventuras del Hermano Rabito a un niño que pasa sus vacaciones en las plantaciones de su abuela.

La crítica fue implacable con la cinta por las connotaciones racistas en la representación de la comunidad afroamericana. Desde su producción estuvo rodeada de polémica, pero Disney decidió seguir adelante y pagó al escritor por los derechos de autor, mientras que Dalton Reymond se encargaría de adaptarlo. También contrató al actor afroamericano Clarence Muse como consultor, pero no se le hizo mucho caso.

Muse sugirió representar a los personajes negros de forma digna, evitando los estereotipos sureños. Canción del Sur mostraba una vida idealizada en las plantaciones del sur de Estados Unidos, ignorando la opresión a la que se sometía a los empleados afroamericanos. Lo que el viento se llevó se enfrentó a críticas similares no hace mucho.

Los directivos de Disney se negaron a lanzar la película en formato doméstico en EEUU

El Tío Remus, interpretado por James Baskett, se muestra como un tipo alegre, despreocupado y perezoso. Su canción ganadora de un Oscar Zip-a-Dee-Doo-Dah (Siembra dulzura en España) representa ese sentimiento que nada tiene que ver con el contexto real de los años 40. El mundo estaba viviendo los últimos coletazos de la Segunda Guerra Mundial, mientras en Estados Unidos aún tenían las leyes Jim Crow que promulgaba la secregación racial. Esto impidió que el propio Baskett pudiera asistir al estreno de su película en Atlanta debido a su color de piel.

La película tiene comentarios desafortunados sobre la esclavitud y una fábula protagonizada por el Hermano Rabito que causó más controversia. El Hermano Zorro y Hermano Blas quieren cazar a Rabito, un conejo ingenuo que cae en su trampa. Utilizan unos harapos para hacer un muñeco de brea para que Hermano Rabito quede atrapado, así que parecía de nuevo una referencia negativa hacia los afroamericanos.

No obstante, hay quienes defendieron la película como James Baskett o Hattie McDaniel, que fue la primera artista negra en conseguir un Oscar. Más tarde se unió Whoopi Goldberg que quiso rescatar la película para "hablar sobre su origen y cómo surgió". Los directivos de Disney se negaron a lanzar la película en ningún formato en Estados Unidos y tampoco se puede encontrar en su plataforma de streaming con el fin de borrar uno de sus capítulos más bochornosos.