por Xataka Android
24 de junio de 2025
Una de las tecnologías que más están evolucionando en los smartphones es la de la carga de las baterías. A falta de lograr una autonomía capaz de aguantar varios días, la carga rápida se ha coronado como la solución de los fabricantes para que la batería del móvil deje de ser un problema.
Sin embargo, en algunos casos este reclamo es simplemente una estrategia de marketing y, en realidad, esa carga rápida prometida no es tan buena como dice la marca.
Por eso, como usuarios es importante que sepamos distinguir qué nos ofrecen en la teoría y cómo podemos obtener los valores máximos en la práctica.
La importancia de los vatios cuando hablamos de carga rápida
Hoy en día, el concepto de “carga rápida” es uno de los más utilizados por las marcas a la hora de presentar sus móviles. Tiene sentido: es un concepto fácil de entender, con un beneficio claro y, al no existir unos parámetros mínimos a partir de los cuales se puede hablar de carga rápida prácticamente cualquiera puede incluirlo en su discurso.
Porque, ¿a partir de cuántos vatios se considera carga rápida? Aunque no existe un dato “oficial” como tal, todo lo que supere los 10W o 15W ya se puede considerar así. Y claro, no es lo mismo un móvil con 18W que uno con 240W. La diferencia entre uno y otro es abismal.
Por lo tanto, la primera pista para reconocer si nuestro próximo móvil va a cargar realmente rápido o solo nos están intentando vender la moto es leer el dato de los vatios (W). Los vatios son la medida de unidad de potencia que nos habla del consumo o la entrega de energía de un dispositivo.
Y aquí resultaría obvio decir que, por ejemplo, un Poco F6 Pro, con sus 120W va a cargar más rápido que un Vivo X200 Pro con 90W. En el día a día, no tiene por qué ser así y te explico el motivo.
El lío de los protocolos, los cargadores y los cables
En el tema de la carga de las baterías hay que tener en cuenta que cada fabricante ha desarrollado sus propios protocolos. Por ejemplo, Vivo tiene Flash Charge, OnePlus usa Dash Charge, Oppo utiliza SuperVOOC, Xiaomi emplea Turbo Charge, Honor cuenta con SuperCharge… Y así un largo etcétera.

El caso es que, más allá de la nomenclatura, cada teléfono regula de manera distinta el ciclo de carga. Es el motivo por el que puedes ver datos teóricos dispares del tiempo total de carga de diferentes móviles que, a priori, tienen el mismo pico de carga. Además, también es la explicación a por qué la mayoría de los móviles cargan más rápido desde niveles bajos de batería y parecen sufrir un frenazo a partir de determinado porcentaje.
Por otro lado, también hay que tener en cuenta que no todos los cables y cargadores sirven para cargar a la misma velocidad. Esto, a nivel medioambiental, es un traspiés importante. Si bien la Unión Europea se ha esforzado en exigir un puerto de carga universal (el USB-C), y realmente nos las prometíamos muy felices, las exigencias de la industria nos llevan por otro camino.
El reglamento europeo permitía a los fabricantes decidir si incluir o no el cargador en la caja de sus móviles (el cable sí es obligatorio), algo que se estimó en su momento que podría suponer un ahorro de 26 millones de euros al año para los consumidores y a su vez un ingreso de 48 millones de euros al año para minoristas y distribuidores.
Reutilizar nuestros cables era una idea maravillosa hasta que llegaron los diferentes protocolos de carga de los fabricantes. Y es que, para aprovechar la carga rápida de cada modelo, necesitamos usar el cable y el cargador original, ya que el dispositivo se adapta a los niveles de carga de los accesorios que estemos utilizando, y no al revés.
Y hecha la ley, hecha la trampa. Porque lo más probable es que no nos sirva de nada dejarnos embaucar por una hoja de especificaciones que nos prometa 120W si el cargador original no está incluido y no estamos dispuestos a desembolsar un extra por comprarlo.
Finalmente, también es conveniente que tengas en cuenta que estos valores difieren en función de si la carga se va a realizar por cable o de forma inalámbrica. Por ejemplo, si pretendes utilizar tu cargador inalámbrico de sobremesa de hace años varios, ni por asomo va a lograr alcanzar la velocidad máxima prometida.
Imagen de portada | Generada con ChatGPT
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La noticia
No todos los móviles que dicen tener carga rápida cargan tan rápido. Es un problema que puedes aprender a distinguir
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Noelia Hontoria
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