por Fayerwayer
1 de julio de 2025
En el mundo de las grandes tecnológicas, no hay espacio para compartir la cima. Este año, Nvidia y Microsoft están protagonizando una carrera palmo a palmo por convertirse en la empresa más valiosa del planeta. ¿La clave? Chips, IA y una sed insaciable de dominar el futuro digital.
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¿El premio? Llegar primero al simbólico (y muy real) umbral de los 4 billones de dólares en valor bursátil.
Nvidia pisa el acelerador... y pasa por la izquierda
Con un valor de 3.85 billones de dólares, Nvidia no solo superó a Microsoft en capitalización, sino que lo hizo tras un ascenso meteórico. Sus acciones alcanzaron un máximo histórico de 157.75 dólares a fines de junio, y lo más interesante es que su ascenso no parece haber tocado techo.
En apenas 18 meses, duplicó su valor gracias al boom de la inteligencia artificial.
Las big tech, dueñas de la cancha
No es solo Nvidia. Las cinco grandes (Apple, Microsoft, Nvidia, Alphabet y Amazon) valen juntas más de 14.5 billones de dólares, lo que representa un impactante 32% del índice S&P 500. Para comparar: en 2002, todo el mercado estadounidense valía menos que eso.
Hoy, un puñado de empresas son más poderosas que el mercado completo de hace dos décadas.
El fenómeno tiene nombre: la economía del “ganador se lleva todo”. Las empresas que controlan tecnologías clave —como la IA o la nube— se quedan con una porción desproporcionada del crecimiento económico. Y eso, aunque suena rentable, también pone nerviosos a los economistas: si una cae, podría tambalear todo el sistema.
¿Y todo esto por qué? Tres letras: I-A
La inteligencia artificial es el motor de este nuevo superciclo económico. Las empresas están invirtiendo cifras brutales en infraestructura: en 2025, se estima que el gasto llegue a los 320.000 millones de dólares.
Por cada dólar que se invierte en un chip de Nvidia, se generan entre 8 y 10 dólares a lo largo de toda la cadena tecnológica. Sí, el multiplicador es salvaje.
Y más allá de lo financiero, hay una dimensión geopolítica. El control de la IA se ha vuelto estratégico, casi como el petróleo en el siglo XX. Estados Unidos lo sabe: por eso restringe las exportaciones de chips a China, lo que ya le ha costado miles de millones a Nvidia. La tecnología ya no es solo negocio; es poder.
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¿Quién ganará esta carrera de titanes?Lo sabremos pronto. Pero algo es seguro: el futuro se programa con chips... y se pelea con cifras que marean.