por Hipertextual
25 de junio de 2025
El Universo Cinematográfico de Marvel estrena al fin su nueva serie, Ironheart. La Casa de las Ideas saca a la luz por fin un título que llevaba años en desarrollo y que ha sufrido inesperados retrasos por el reajuste de la franquicia en esta Saga del Multiverso. Tres años después de debutar en Black Panther: Wakanda Forever, la joven Riri Williams regresa como sucesora de Iron Man para protagonizar su propia serie. Un proyecto con el que la compañía queire seguir profundizando en su universo post-Tony Stark.
La historia de Ironheart, protagonizada por Dominique Thorne, sigue a una joven genia inventora decidida a dejar huella en el mundo que vuelve a Chicago, su ciudad natal. Aunque tiene una peculiar y brillante idea para construir armaduras al estilo de Iron Man, su ambición la llevará a mezclarse con el misterioso y cautivador Parker Robbins, también conocido como "el Encapuchado". Al hacerlo, se verá envuelta en situaciones muy peligrosas que involucrarán lo que ella siempre pensó que era imposible, tecnología y magia.
Ironheart
Aunque Ironheart presenta una premisa muy interesante al involucrar tecnología y magia, como historia de orígenes se queda algo coja. Varios de los personajes no acaban de conectar pese a la entrega de su reparto, y sus motivaciones no se trazan con particular acierto. Además, al extenderse durante seis episodios de ritmo irregular y con poca acción, por momentos resulta más aburrida de lo que debería. Habría funcionado mejor en un formato más corto y compacto como película para streaming.
Poco a lo que agarrarse
La sensación que predomina al ver los seis episodios de Ironheart es la de ver un gran potencial que nunca explota, como si no llegases a sentirte del todo involucrado en lo que ves. La serie intenta presentar a una nueva heroína que ya brilló en el poco tiempo del que dispuso en Black Panther 2 y cuya actriz, Dominique Thorne, es todo carisma y entrega. Además, emplea dos elementos de lo más atractivos como son el legado de Tony Stark y el enfrentamiento entre tecnología y magia. Sin embargo, peca de un fallo que condena al proyecto.
Pese a contar con esas dos vertientes interesantísimas, no logra indagar en ellas de tanto como esperamos. El nombre de Tony aparece referenciado al principio únicamente para marcar distancia con él. Posteriormente, vuelve a recordarse al héroe más grande del UCM con algunos guiños que no desvelaremos. Pero en ningún caso se profundiza en el asunto, o no al menos de una forma que afecte a Riri en particular. En cuanto a la batalla tecnología-magia, es un mundo que casi no se aborda a excepción, y de una forma ligera y superficial, del desenlace de Ironheart.
Todo lo demás resulta un relleno con buenos mimbres pero por momentos aburrido. La historia central de Riri y sus conexiones con el Encapuchado y el resto de criminales se vuelven interesantes u olvidables de una escena a otra. De hecho, el villano es de los más sosos que se han visto nunca en la franquicia. Algunos secundarios sí cuentan con algo más de recorrido, incluso aportando un alivio cómico agradecido dentro de la seriedad del proyecto.
Pero el conjunto no despunta en exceso por un guion flojo. No solo eso, sino que además en la propia Riri se plantea una postura moral demasiado ambigua para una heroína marvelita, pero no en el buen sentido. Al final, ciertas decisiones claramente reprobables y a las que no pone remedio hacen que sea difícil empatizar con ella. De una heroína se espera que se haga mejor, más íntegra y honorable, pero Riri no lo hace.
Una historia demasiado larga
Uno de los aspectos que menos ayuda es que la historia de Ironheart dura casi 5 horas cuando, en realidad, no debería pasar ni de un tercio de ese tiempo. En un formato mucho más condensado, como una película para streaming o incluso uno de los especiales de Marvel, todo habría funcionado mucho mejor. Pero al estirar el chicle, el ritmo resulta más inconsistente. No es que sea terrible. De hecho se deja ver sin problemas, tiene escenas memorables, se aprecia el riesgo por contar algo distinto e incluso trata con acierto temas complejos como el duelo. Pero no acaba de emocionar tanto como debería.
Hay demasiados tramos de la serie, como algunas subtramas secundarias, que son sucesiones de escenas puramente dramáticas, de los personajes hablando unos con otros sin que realmente pase nada. La acción está muy contenida y llega a cuentagotas. Aunque cuando lo hace hay que reconocer que son escenas de nivel que suben el listón general de Ironheart. De pronto los episodios aceleran y encuentran su gancho, además, con muy buenos efectos especiales, bastante por encima de muchas otras producciones recientes del estudio. Ojalá haber visto más en estos seis episodios.
Lo mejor de Ironheart es que la serie va de menos a más. Especialmente el último episodio es el que más va a interesar a los fans, estableciendo nuevos caminos muy sugerentes para el futuro del UCM. En este caso sí que se trata de un capítulo de un nivel mucho más alto para los estándares esperados, con dosis bien equilibradas de drama y acción. Pero, claro, no puede sostenerse toda una serie solo por un episodio y sus promesas para el futuro. Porque, de hecho, el final ni siquiera es del todo satisfactorio para Riri. Deja con ganas de saber más sin tener nada claro que el cierre de la historia vaya a llegar.
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En resumen, Ironheart, aunque es correcta y arriesgada, se establece como una de las series más irregulares del UCM. A ratos es divertida e intrigante pero por momentos aburrida y sosa. Cojea mucho en el lado de los personajes -muchos muy olvidables, incluyendo su triste villano- y en un guion con inconsistencias que se estira más de la cuenta. Lo compensa con las (pocas) escenas de acción de las que dispone y los buenos efectos especiales, recordando a los mejores momentos de Marvel en ese aspecto. Y también con un último capítulo notablemente mejor que el resto.
