por T13
3 de agosto de 2025


Lo que comenzó como una solución eficaz para el tratamiento de la diabetes tipo 2 y luego como una herramienta popular para bajar de peso, hoy está revelando un rostro menos glamoroso, literalmente.
La llamada “cara de Ozempic” (u “Ozempic face”, como se ha popularizado en redes sociales) es uno de los efectos secundarios más notorios que están experimentando quienes han bajado peso rápidamente con medicamentos como semaglutida (Ozempic) y tirzepatida (Mounjaro).

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Se trata de un fenómeno estético que incluye mejillas hundidas, piel flácida, pérdida de volumen facial y un aspecto envejecido del rostro, todo como consecuencia de la rápida reducción de grasa subcutánea.
Este cambio no es provocado directamente por el medicamento, sino por la pérdida acelerada de grasa corporal, incluida la del rostro.
Según la endocrinóloga Vinni Makin, de la Cleveland Clinic, este tipo de efectos son comunes en personas que han perdido peso de forma muy rápida, ya sea por fármacos, cirugía bariátrica o cambios extremos de estilo de vida.
“El rostro puede mostrar hundimiento de ojos, flacidez en la línea mandibular, aparición de arrugas y una estructura ósea más marcada”, explicó. En el caso de adultos mayores, este efecto puede ser aún más evidente debido a la menor reserva natural de grasa facial.
Ozempic y los efectos secundarios de usar fármacos para bajar de peso
Pero la “cara de Ozempic” no es el único cambio físico inesperado que reportan quienes usan este tipo de medicamentos.
En Reino Unido, por ejemplo, se ha comenzado a hablar de la “lengua de Ozempic” (“Ozempic tongue”), una alteración del gusto y sequedad bucal que ha afectado a pacientes incluso después de suspender el tratamiento.
En un testimonio publicado por The Independent, una mujer relató cómo perdió el apetito por alimentos que solía disfrutar, como el café, los tomates o el pescado, y experimentó un persistente sabor metálico en la boca.
“No es algo grave, pero sí desconcertante. Simplemente, ya no disfruto lo que antes me encantaba”, escribió.
Otros efectos reportados por especialistas incluyen sensibilidad dental, boca seca, pérdida de volumen en labios y, en algunos casos más graves, visión borrosa o alteraciones visuales.
Además, existe el llamado “efecto rebote”: una proporción importante de quienes dejan de tomar el medicamento recuperan rápidamente el peso perdido, o incluso más, lo que representa un nuevo desafío en términos de salud y autoestima.

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“La pérdida de peso rápida tiene un costo, especialmente en la apariencia facial, pero puede ser mitigado si se avanza con calma y bajo supervisión”, señaló la doctora Nyla Raja, dermatóloga entrevistada por The Daily Mail.
En paralelo, algunos pacientes han comenzado a explorar tratamientos estéticos para contrarrestar estos cambios: desde rellenos dérmicos hasta procedimientos no invasivos como microneedling o radiofrecuencia.