por Publimetro
17 de julio de 2025
En el reciente episodio del pódcast Más Que Titulares, de la periodista Javiera Quiroga, estuvo como invitado el comunicador audiovisual Tomás Leiva, locutor de Los 40 y parte del exitoso pódcast Tomás Va A Morir.
Junto a la conductora del espacio, ahondaron en la vida de Tomás, respecto al bullying escolar, sobre el TDAH, acerca de la precariedad económica y el infarto que enfrentó hace unos años, situación de donde viene el nombre del pódcast que comparte con Edo Caroe –Eduardo Carrasco– y Buffy –Alejandro Barros–.
Y sobre la precariedad económica, específicamente en sus tiempos de estudio, repasando una época en la que vivió en una bodega de un cité, el comunicador confesó que “yo creo que es lo que le toca a la gente que quiere estudiar y trabajar en este país. A mí me costó mucho estudiar... yo necesitaba trabajar para poder pagar mis estudios”.
“Estudié Audiovisual en el Duoc de San Carlos de Apoquindo, que era el único lugar donde se impartía la carrera en ese entonces”, continuó Tomás.
Luego, reconoció lo que le costaba acceder a una habitación con el ajustado presupuesto. “Pero yo no tenía plata, la verdad. El único lugar al que yo podía acceder era a una pieza. Empecé a buscar piezas accesibles; todas estaban en la zona de Independencia, Recoleta, por ahí”, señaló.
“Recuerdo que ya me tocaba entrar a estudiar y ya no podía seguir en el lugar donde yo estaba viviendo, que era un departamento. Mi hermano vivía en este cité. Yo le dije a mi hermano ‘necesito que me consigas una pieza’”, relató Tomás.
El arribo al cité
“Me acuerdo que llegué a este cité; el dueño del lugar era un arquitecto: cada pieza estaba ocupada por alguien. Cuando yo llegué tenía el afiche (del arriendo de piezas). Me dijo ‘lo que pasa es que ese afiche tiene que haber quedado ahí en la calle... intenté sacar los que más pude: no tengo nada’”, contó Leiva.
“Yo me desesperé... le dije ‘si de aquí a la próxima semana no tengo algo, cagué: voy a tener que estudiar en la calle’”, comentó.
“Para acostarme tenía que recoger un poco las patas”
“Le dije ‘¿no tení’ un lugar acá donde me pueda meter por mientras? no sé, esperaré a que alguien se vaya en algún momento’. Ahí me dijo ‘lo único que tenemos es la bodega de la bicicletas’, que era una especie como de altillo y abajo estaban las bicicletas: yo para acostarme tenía que recoger un poco las patas, porque no cabía de largo... tiene que haber sido 1.60 metros de ancho”, narró.
“Ahí viví casi un año. Cabía mi ropa, abajo en una maleta, arriba mi computador –que era el único bien (material) que yo tenía para editar– y un colchón donde yo dormía de lado. Le puse unos pósters de Dragon Ball, me acuerdo, para que no se viera tan fea”, aseveró el comunicador.
“Viví un año hasta que efectivamente se fue una de las personas y pude pasar a una de las piezas como tal. Ahí me quedé harto tiempo... hasta que casi terminé la carrera”, cerró el bloque Tomás Leiva.