El Gabinete de Seguridad de Israel aprobó durante la noche del jueves, madrugada del viernes 8 de agosto, en horario local, el plan del primer ministro Benjamin Netanyahu para ocupar de forma completa la Franja de Gaza.
La decisión representa un nuevo punto de inflexión en el conflicto con Hamás, que ya suma casi dos años de ofensiva y decenas de miles de víctimas palestinas.
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Según la oficina del primer ministro, el Ejército israelí se alista para tomar Ciudad de Gaza, mientras promete facilitar ayuda humanitaria fuera de las zonas de combate, recogió El País.
Netanyahu aseguró que no pretende gobernar Gaza directamente, sino ceder el control a “un gobierno civil” que no promueva la destrucción de Israel. Sin embargo, no entregó mayores detalles sobre esta posible administración.
Un controvertido plan
El plan ha generado controversia dentro y fuera de Israel. El alto mando militar habría expresado reparos, advirtiendo que una ocupación total pondría en riesgo a los cerca de 20 rehenes que aún permanecen cautivos por Hamás.
A su vez, familiares de los secuestrados temen que esta medida condene a sus seres queridos. Mientras tanto, en Jerusalén, cientos de ciudadanos protestaron frente a la oficina del primer ministro exigiendo su liberación.
Desde la comunidad internacional, un funcionario jordano descartó cualquier apoyo árabe a los planes de Netanyahu, señalando que solo respaldarán lo que decidan los palestinos y que no aceptarán “limpiar su desastre”.
Por otro lado, la crisis humanitaria en Gaza sigue agravándose. La Organización Mundial de la Salud reportó que julio fue el peor mes registrado en cuanto a desnutrición infantil, con casi 12.000 menores afectados. Las autoridades gazatíes cifran en al menos 197 los fallecidos por inanición, incluyendo 96 niños, mientras Israel insiste en culpar a Hamás por apropiarse de los suministros.