por ComputerHoy
24 de junio de 2025
Este verano puede ser de récord y el aire acondicionado se ha convertido en el mejor aliado para combatir los días de más calor. El inconveniente de este sistema es la facilidad con la que puede disparar la factura de la luz.
Las personas optan por otros aparatos con los que enfriar el hogar como los ventiladores de techo o utilizar la típica estrategia de encender y apagar el aire acondicionado. Si pretendes ahorrar unos euros este verano, esta no es la mejor opción.
La mayoría de las personas tienden a pensar que ahorran dinero al apagar el aire acondicionado o la calefacción durante un tiempo y volver a encenderlo para mantener la temperatura de la estancia. La ciencia ha demostrado ahora que sucede justo el efecto contrario.
¿Apagar y encender el aire acondicionado o dejarlo encendido al mínimo?
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El aire acondicionado funcionando a la mínima potencia consumirá cerca de un 50% menos. Los expertos aseguran que el mayor ahorro se consigue dejando el aire encendido con un bajo consumo.
La ciencia ha encontrado una explicación a este truco. Los aires acondicionados son más eficientes manteniendo una temperatura estable con un consumo de casi la mitad si es alta. Estos sistemas gastan más energía cuando tienen que enfriar la casa en verano.
Si activas y desactivas el aire continuamente, el sistema tiene que trabajar para enfriar la estancia repetidas veces. Este truco no solo no ayuda a ahorrar en la factura, sino que supone un gasto considerable debido a un incremento en el consumo.
A esto hay que sumar otros factores que pueden influir en la eficiencia de un aire acondicionado. El tamaño de la estancia, la antigüedad del aparato, su ubicación o la temperatura seleccionada pueden afectar al consumo.
La temperatura a la que se coloca el aire es uno de los factores que más reduce la eficiencia. Los expertos aseguran que cada grado que desciende la temperatura, se incrementa un 8% el consumo de energía. Si quieres ahorrar con el aire acondicionado, lo más inteligente es regular el termostato a una temperatura estable y dejar que se enfríe de manera progresiva.
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