por Xataka
6 de junio de 2025
Cuando era pequeña, había una niña en mi clase que hacía algo que nos producía entre risa y repulsión: se comía la naranja con piel. Sin pelarla, sin dividirla en gajos, la mordía entera como si fuera una manzana, y todos la mirábamos incrédulos. Recuerdo que me parecía algo extraño, y creo que alguien le dijo que no se comía así, a lo que ella no hizo caso. Hoy me pregunto si, sin saberlo, aquella niña no estaba más cerca de la verdad que el resto de nosotros.
Una tendencia popular. En los últimos años, comer frutas con piel, como el kiwi, se ha convertido en una tendencia viral en las redes. Todo explotó cuando Jenna Ortega, la actriz que da vida a Miércoles, subió una historia comiéndose un kiwi sin pelar. En cuestión de días, miles de usuarios se han atrevido a hincarle el diente a la piel de esta fruta, pero ha resultado que está recomendado por algunos expertos.
La ciencia detrás. Según un análisis de Heathline, las cáscaras de frutas y verduras suelen concentrar más nutrientes que la pulpa. El ejemplo que utiliza es una manzana cruda, que, con la piel, contiene unos valores nutricionales mucho más altos, como un 115% más de vitamina C. Otra referencia que hace es con una patata hervida, si se mantiene la piel puede suponer un 115% más de potasio.
El punto más importante, es que las cáscaras contienen gran parte de la fibra total de la fruta o verdura. Además, esa fibra, especialmente la llamada fibra viscosa, ayuda a reducir el apetito al ralentizar el vaciado gástrico y estimular hormonas que promueven la saciedad, según un estudio.
Hay mucho más. En cuanto a los antioxidantes, como ha subrayado en su columna el médico Mahammad Jube, se encuentran mayoritariamente en la piel. Estos compuestos ayudan a combatir el daño celular y a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer.
Todo pelado. Si hasta ahora siempre se ha pelado, es en parte por su textura o sabor. En el caso de la piel del kiwi puede resultar áspera, la del cítrico amarga, y la de algunas calabazas demasiado dura. Sin embargo, también influye el miedo a los pesticidas. Como han explicado en una investigación, los residuos de pesticidas pueden encontrarse en frutas cultivadas tanto de manera convencional como orgánica; la mayoría se queda en la piel exterior. Lavar las frutas elimina en promedio un 41% de esos residuos, mientras que pelarlas puede eliminar el doble.
¿Se puede con todas las frutas y verduras? No todas las pieles son iguales. Algunas, como la de la manzana, uva, ciruela o berenjena, son perfectamente comestibles y nutritivas. Otras, como las del melón, piña, aguacate o papaya, son demasiado duras o fibrosas. Healthline ofrece una lista útil para distinguir entre pieles comestibles y no comestibles.
En el caso del kiwi, que muchas personas estarán rechazando, como ha detallado Cleveland Clinic, sí es posible comerse su piel, y es una fuente rica en fibra y vitamina E, aunque se recomienda lavarla bien y, si se desea, elegir variedades de piel más fina como el kiwi dorado. Sin embargo, hay que destacar que frutas como el durián o el níspero japonés tienen pieles o partes que pueden resultar indigestas o tóxicas si se consumen en exceso por sus compuestos, como los glucósidos cianogénicos, según The Conversation.
No estaba tan errada. Hoy sabemos que muchas pieles de frutas no solo son comestibles, sino también ricas en nutrientes. Que el rechazo hacia ellas tiene más que ver con costumbre, textura o percepción que con una razón objetiva. La ciencia lo respalda, pero el hábito pesa. Quizás no se trata de comérselo todo, sino de mirar dos veces antes de tirar lo que damos por descartado.
Imagen | PXHere
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La noticia
Durante años pelamos frutas por costumbre. Parece que estábamos tirando lo mejor según la ciencia
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Xataka
por
Alba Otero
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