por Fayerwayer
19 de junio de 2025
Científicos de la NASA y el observatorio ALMA confirmaron en 2025 que una extraña neblina orgánica, rica en hidrocarburos, actúa como escudo atmosférico y enfría el planeta más allá de lo previsto. El hallazgo podría reescribir lo que sabemos sobre atmósferas planetarias en zonas heladas del sistema solar… y más allá.
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Plutón, el planeta enano más famoso, es muchas cosas: un símbolo astronómico, un sobreviviente del cinturón de Kuiper y, desde 2015, un objeto de fascinación científica tras el paso de New Horizons. Pero hay un misterio que lleva años desconcertando a los astrónomos: ¿por qué Plutón es mucho más frío de lo que debería ser?

¿Qué es esta neblina? Una atmósfera de moléculas orgánicas
En junio de 2025, un equipo internacional liderado por la NASA, en colaboración con el radiotelescopio ALMA (Atacama Large Millimeter/submillimeter Array, en Chile), publicó una respuesta sorprendente: la culpa no es del hielo… sino de una neblina orgánica que rodea el planeta enano y altera sus propiedades térmicas de forma extrema.
Desde que la misión New Horizons voló cerca de Plutón en 2015, los científicos saben que su atmósfera está compuesta en gran parte por nitrógeno, con pequeñas cantidades de metano (CH₄) y monóxido de carbono (CO).

Pero más allá de estos gases conocidos, New Horizons detectó un misterioso resplandor azulado: una capa extendida de neblina compuesta por hidrocarburos complejos como etano (C₂H₆), acetileno (C₂H₂), y cianuro de hidrógeno (HCN). Estos compuestos se forman por acción de la luz solar sobre el metano, generando reacciones fotoquímicas en cadena.
En palabras simples: Plutón fabrica smog orgánico que flota en suspensión.
¿Cómo enfría Plutón esta neblina?
Uno de los datos más desconcertantes de los últimos años ha sido el perfil térmico de Plutón: Según modelos atmosféricos, su temperatura debería oscilar entre -180 °C y -200 °C a nivel del suelo.
Sin embargo, las mediciones hechas desde 2015 a 2025 indican que la temperatura baja hasta –230 °C o menos. La diferencia no podía explicarse por los gases conocidos. Aquí es donde entra en juego el nuevo descubrimiento.

“La neblina orgánica de Plutón está absorbiendo radiación solar y reemitiéndola en longitudes de onda que escapan al planeta sin calentar su superficie”, explicó Dr. Xianyu Tan, astrofísico planetario de la NASA en el informe oficial.
La clave: ALMA midió la reemisión térmica
Con el uso de ALMA, los astrónomos midieron directamente las emisiones de radio y submilimétricas de Plutón. Lo que encontraron fue inesperado:
La atmósfera no solo no atrapaba calor: lo rebotaba.
Los compuestos orgánicos absorbían parte del espectro solar y luego reemiten esa energía en bandas de radiación que escapan fácilmente al espacio.
Este fenómeno —conocido como “cooling by haze”— es totalmente opuesto al efecto invernadero terrestre.
¿Dónde más se ha visto algo así?
La presencia de neblinas fotométricas frías no es exclusiva de Plutón. Se han observado en:
- Titán, la luna de Saturno, donde también hay nubes de hidrocarburos.
- Tritón, la luna de Neptuno, que comparte muchos paralelismos con Plutón.
- Ciertos exoplanetas fríos, detectados por el telescopio James Webb, donde se ha inferido presencia de nubes orgánicas o de silicatos que enfrían el planeta.
Pero lo de Plutón es especial por una razón: es el primer cuerpo planetario donde este efecto se ha confirmado con precisión directa.

Lo que viene: nuevas misiones y objetivos
NASA y ESA ya planean el regreso a Plutón y el cinturón de Kuiper. Las misiones propuestas incluyen:
Trident II (NASA): un orbitador que estudiaría Plutón, Caronte y posibles lunas menores, con espectrómetros infrarrojos.
KuiperExpress (concepto ESA): un telescopio móvil dedicado a observar atmósferas de objetos TNO (trans-Neptunianos).
ALMA Upgrade 2030: con más resolución y sensibilidad, ideal para mapear neblinas a distancia.
El descubrimiento de la neblina orgánica que enfría Plutón cambia radicalmente lo que sabíamos sobre atmósferas planetarias. Este fenómeno no solo explica por qué Plutón es más frío de lo esperado, sino que nos ofrece un vistazo hacia un mundo donde las leyes climáticas funcionan de otra manera.
La ciencia planetaria no vuelve a ser la misma: donde antes veíamos un planeta enano olvidado, ahora tenemos un laboratorio climático de frontera, que podría esconder las claves para entender climas extremos en todo el universo.