por Fayerwayer
21 de junio de 2025
El plan suena futurista y ambicioso, como todo lo que lleva el sello de Tesla: lanzar una flota de vehículos autónomos sin conductor en Austin, Texas, que serán monitoreados y, si hace falta, controlados por humanos desde otra ubicación.
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Es decir, conducción remota. Pero mientras Musk asegura estar siendo “súper paranoico con la seguridad”, muchos expertos se preguntan si esto será realmente seguro o simplemente otra promesa complicada de cumplir.
¿Qué es la teleoperación?
En términos simples, la teleoperación es como manejar un robot (o en este caso, un coche) desde lejos, a través de una conexión inalámbrica. Sirve para entrenar a la IA, para vigilar su desempeño y, cuando la cosa se pone fea, para tomar el control directo.
En el mundo de los robotaxis, esto no es nada nuevo. Varias startups ya lo han implementado, aunque cada una con su propio enfoque y limitaciones. Algunas, como Waymo, permiten que los vehículos pregunten a humanos qué hacer en ciertas situaciones, pero sin que esos humanos tomen el volante de forma activa.
Otras, como Baidu en China, sí permiten una conducción remota completa, casi como jugar un videojuego.
Las limitaciones son reales (y preocupantes)
El problema con esta tecnología es bastante obvio: depende de una conexión de red. ¿Y qué pasa si esa conexión se cae justo cuando el coche está en medio de una avenida concurrida? Exacto.
Philip Koopman, un especialista en seguridad de vehículos autónomos de Carnegie Mellon, lo dijo sin rodeos: “Es una tecnología inherentemente poco confiable”. Tal vez funcione con una pequeña flota, como los 10 vehículos que Tesla planea lanzar en Austin, pero escalar eso a cientos o miles de unidades es otro cantar.
Incluso el ex CEO de Waymo opinó lo mismo: la conducción remota, con sus latencias y posibles caídas de señal, es “muy riesgosa”.
Entonces, ¿cómo lo hará Tesla?
La verdad es que el enfoque exacto sigue siendo un misterio. Musk ha dicho que los robotaxis se moverán solo por zonas “seguras” de Austin y evitarán cruces complicados. También mencionó que humanos los supervisarán remotamente y podrán intervenir si algo sale mal. Pero ¿cómo, exactamente? No está claro.
Tesla ha publicado ofertas de trabajo buscando operadores remotos capaces de acceder y controlar tanto los vehículos autónomos como sus futuros robots humanoides (sí, también van por ahí).
La idea es que si un robotaxi se queda bloqueado en una calle peatonal, por ejemplo, el teleoperador pueda “tomar el volante” desde una central.
La fecha tentativa de arranque es el 22 de junio, aunque el propio Musk ha reconocido que podría cambiar, justamente por preocupaciones de seguridad.
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¿Será esta la solución definitiva para operar coches autónomos, o una fase intermedia con más riesgos de lo que parece? Lo cierto es que el debut de Tesla en el mundo de los robotaxis será observado con lupa. Y con razón.