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Resumen generado con una herramienta de Inteligencia Artificial desarrollada por BioBioChile y revisado por el autor de este artículo.

La expresidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner inició su prisión domiciliaria tras la condena por administración fraudulenta. A pesar de las expectativas de una caravana peronista, la exmandataria fue notificada en su casa sin tener que presentarse en el tribunal. En medio de protestas y apoyo, CFK grabó un mensaje desde su departamento, reafirmando su participación política. Cristina ahora debe cumplir con restricciones en su vivienda, incluyendo el uso de tobillera electrónica y supervisión constante.

“Vamos a volver”, arengó la expresidenta condenada por corrupción en un mensaje grabado desde su domicilio y transmitido a los manifestantes peronistas que se movilizaron esta semana. Qué puede y qué no hacer en los próximos seis años.

Con audio a la militancia, tobillera electrónica en proceso y preocupada por su salida al balcón, la expresidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner empezó a cursar los más de 2.100 días de prisión domiciliaria que le quedan por delante, luego de la condena ratificada por la Corte Suprema de Justicia por el delito de administración fraudulenta en perjuicio del Estado.

El peronismo se había preparado para montar una caravana desde la zona de Constitución, precisamente en la calle San José al 1.111, hasta la Plaza de Mayo -frente a la Casa Rosada-, pero la “mística” quedó truncada cuando el martes se le notificó a la exmandataria sobre el inicio de su pena domiciliaria, sin necesidad de presentarse ante el Tribunal Oral Federal N°2 de Comodoro Py, el que la juzgó y sentenció originalmente en 2022.

Así, mientras CFK cumplía sus primeras horas encerrada en su coqueto semipiso, la feligresía K, sectores de la izquierda y organizaciones sociales se congregaron en Plaza de Mayo el miércoles al mediodía. Además de banderas partidarias, se veían pancartas celestes y blancas con el propósito de extender el reclamo por la “proscripción” de su jefa más allá del color político.

Con diferencias suspendidas para la postal de unidad, referentes justicialistas como el gobernador bonaerense Axel Kicillof, el excandidato presidencial Sergio Massa -el que perdió ante Javier Milei en 2023- y el dirigente piquetero Juan Grabois se mostraron estelares en la jornada, junto a una fuerte presencia de La Cámpora, el brazo combativo “juvenil” que creció de la mano de CFK en el poder.

Entonces, los miles de manifestantes hicieron silencio para escuchar a la líder, quien grabó un audio desde su departamento y fue retransmitida por los parlantes. Además de repetir su conocido rechazo al plan económico de Milei, arengó a la tropa con el latiguillo “Vamos a volver”.

“¿Por qué si dicen que yo estaba acabada, que nadie me quería, por qué no me dejaban competir? (…) Yo aquí presa en San José 1.111 sin siquiera poder salir al balcón. Menos mal que no tengo macetas con plantas porque ni siquiera las podría regar, qué sé yo. Gente ridícula si las hay. ¿Y saben por qué no me dejan competir? Porque saben que pierden”, lanzó la expresidenta y desató la euforia peronista.

Como se especula desde que salió el fallo de la Corte y la esquina de su inmueble se convirtió en un punto de peregrinación, Cristina confirmó que seguirá siendo la voz y la lapicera del Partido Justicialista de cara a las elecciones legislativas de este año: “Desde donde me toque estar, desde la trinchera que sea, voy a seguir haciendo todo lo que esté a mi alcance para estar ahí junto a ustedes, como ustedes siempre han estado también junto a mí”.

La vida de Cristina presa: un departamento espacioso, tobillera electrónica y la llegada de Lula

La exjefa de Estado sabe que cada movimiento, aun el más sigiloso detrás de la cortina de su ventana en la esquina de San José al 1.111, es seguido a cada minuto por la televisión. Como muestra obvia, sus salidas al balcón, sonriente y jocosa, empezaron a volverse comunes, mientras las quejas de los vecinos tomaron fuerza ante los ruidos, las banderas, los olores humanos, algún que otro corte de tránsito y la venta de choripanes en la calle.

Cristina, a través de su equipo de abogados, presentó un escrito ante el TOF 2 para que le aclare qué cosas puede hacer en su domicilio, ya que uno de los puntos del fallo judicial sostiene que ella debe “abstenerse de adoptar comportamientos que puedan perturbar la tranquilidad del vecindario y/o alterar la convivencia pacífica de sus habitantes”.

“¿Puedo salir o no al balcón de mi casa? Parece joda, pero no… Por eso le preguntamos al Tribunal que aclare, por favor, qué comportamiento se encuentra prohibido”, publicó la expresidenta en su cuenta de X, en la que podrá seguir activa para comunicarse desde el encierro.

Lo que no podrá hacer Cristina es recibir las visitas que desee. Sí, como indica la notificación del TOF 2, podrán entrar y salir sus familiares directos (sus hijos Florencia y Máximo Kirchner), el equipo judicial, la custodia policial y el médico de cabecera. Pero el resto deberá tener autorización de la Justicia.

En el régimen dispuesto, la viuda de Néstor Kirchner deberá permanecer en el domicilio que fijó ante el tribunal. No podrá ausentarse salvo en casos excepcionales de fuerza mayor, que deberá justificar debidamente (por ejemplo, una salida al hospital que lo requiera).

Con casi 200 metros cuadrados, el departamento elegido para su estadía está en el 2D de un edificio antiguo de estilo señorial, con puerta de hierro forjado negra, hall de ingreso con paredes de mármol y un ascensor clásico de época. El semipiso tiene techos altos (más de cuatro metros), con pisos originales de pinotea, cuatro habitaciones, un entrepiso con escalera y amplios ventanales. A modo comparativo, una unidad similar en el mismo edificio fue publicado recientemente por la inmobiliaria Mariana Stange Real Estate a 295.000 dólares.

La exmandataria tiene la obligación de abstenerse de incurrir en conductas que perturben la tranquilidad del vecindario o que alteren la convivencia pacífica con los demás residentes de la zona.

Por decisión del tribunal, la Dirección de Control y Asistencia de Ejecución Penal será la encargada de supervisar el cumplimiento de las condiciones impuestas y deberá informar cada tres meses sobre los resultados de dicho control, instancia en la que se evaluará el nivel de acatamiento de la condenada a las pautas fijadas.

Todo el tiempo, Cristina deberá portar la tobillera electrónica, un dispositivo que la defensa había rechazado, ya que, por su condición de expresidenta, ella cuenta con custodia permanente de fuerzas federales.

Tras un informe de viabilidad próximo a realizarse, el sistema que se instalará en el domicilio de Constitución requiere de una base de radiofrecuencia, que permitirá detectar cualquier intento de salida del perímetro autorizado. Se utilizarán dos celulares conectados al sistema de vigilancia: uno, que puede sonar en cualquier momento y Cristina deberá responder sí o sí, y otro que realiza el control satelital permanente. Si se viola el perímetro, se emitirá una alerta inmediata al sistema judicial y penitenciario.

En la imagen, Cristina Fernández y el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva.
En la imagen, Cristina Fernández y el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva | ARCHIVO: EFE

Más allá de las intervenciones en redes sociales y el material que grabe y envíe a la militancia, Cristina no estará tan sola en lo inmediato. Es que el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva visitará en Buenos Aires a su colega ideológica a principios de julio, en coincidencia con su participación en la Cumbre del Mercado Común del Sur (Mercosur), tal como adelantó en AM 750 el diputado del Partido de los Trabajadores Paulo Pimenta.

“Lula también fue preso; muchos compañeros y compañeras que conozco se manifestaron por su liberación. Tenemos una relación histórica, un compromiso de lucha en común. Y creemos que Cristina está siendo víctima de una persecución política”, declaró el exministro brasileño, anticipando los tiempos por venir.