por BioBioChile
26 de mayo de 2025

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En el Hospital II Luis Negreiros Vega, en el Callao, Perú, Consuelo Tristán, de 74 años, recupera la movilidad de su brazo izquierdo gracias a una prótesis 'biónica' tras sufrir una fractura compleja. Los médicos optaron por implantar una prótesis reversa de hombro, diseñada exclusivamente para ella. Esta intervención, liderada por el doctor Víctor Bolívar, marcó un hito en el hospital y en la vida de Consuelo. Bolívar también ha realizado cirugías innovadoras, como salvar la pierna de una joven con un tumor agresivo utilizando aloinjertos. Estas proezas médicas demuestran el potencial del sistema de salud peruano cuando se combina experiencia y tecnología avanzada.
Una intervención inédita en el Callao marcó un hito en la medicina pública peruana: una paciente de 74 años se convirtió en la primera peruana en recibir un implante biónico de hombro, una prótesis de alta tecnología traída desde el extranjero.
La escena parece sacada de un episodio de ciencia médica de vanguardia, pero ocurrió en el Hospital II Luis Negreiros Vega, en el Callao, provincia constitucional de Perú. Consuelo Tristán, una mujer de 74 años dedicada al cuidado del hogar y de sus nietos, fue sometida a una intervención quirúrgica que le devolvió la movilidad del brazo izquierdo tras sufrir una compleja fractura. La solución llegó gracias a un implante ‘biónico’.
“Estoy agradecida porque la operación ha salido bien. Puedo mover la mano con normalidad. Casi no sentí nada. Los doctores han sido muy amables”, expresó emocionada la septuagenaria luego de la operación.
Todo comenzó con una caída en su vivienda, que provocó una fractura osteoporótica del húmero. El daño fue tan severo que las técnicas convencionales no ofrecían soluciones efectivas. La opción de reparar el hueso con placas y tornillos fue descartada desde un inicio, debido a que los fragmentos estaban pulverizados. Frente a este escenario, los especialistas del servicio de Traumatología de ese hospital del Callao tomaron una decisión poco común pero altamente efectiva: implantar una prótesis reversa de hombro.
El dispositivo, considerado uno de los más modernos del mundo en su tipo, fue traído desde Estados Unidos exclusivamente para el caso de la señora Consuelo. La cirugía estuvo a cargo de un equipo multidisciplinario liderado por el doctor Christian Iturria y coordinado por el traumatólogo Víctor Bolívar.
“El equipo de traumatólogos operó a la paciente, que pasó de tener una fractura compleja a tener un hombro biónico, diseñado para que vuelva a realizar sus actividades funcionales”, explicó Bolívar.
Hito quirúrgico
Este hito quirúrgico marcó un antes y un después en la vida de Consuelo, quien logró recuperar el movimiento de su brazo afectado y volver a su rutina diaria. La prótesis instalada fue especialmente diseñada para responder a las necesidades de movilidad de una persona de su edad, lo que la convierte en la primera peruana con un implante de estas características en el hombro, según los médicos que participaron de la intervención.
El hospital Negreiros, perteneciente al Seguro Social de Salud (EsSalud), se ha consolidado como uno de los centros más activos en intervenciones traumatológicas en el país. Solo entre enero y abril de 2024, se realizaron más de 300 procedimientos quirúrgicos en esta especialidad. La colocación del ‘hombro biónico’ no solo se suma a estas cifras, sino que destaca por la complejidad y el resultado exitoso de la operación.

El ‘Doctor Huesos’
Uno de los protagonistas de esta proeza médica es Víctor Bolívar Mendoza, coordinador del Servicio de Traumatología del hospital. Su trayectoria en medicina reconstructiva ha sido reconocida tanto por sus pares como por sus pacientes. BioBioChile conoció que, en los pasillos del centro médico, muchos lo conocen como el ‘Doctor Huesos’, un apodo que refleja su especialidad y la admiración que despierta.
Entre los numerosos casos que Bolívar ha atendido destaca el de una joven de 22 años con un tumor agresivo en el fémur, a quien logró salvarle la pierna durante la primera ola de la pandemia en Perú. En lugar de amputar, aplicó una técnica poco habitual en el país: la implantación de aloinjertos, fragmentos óseos extraídos de cadáveres. “Antes solo se colocaban prótesis o se amputaba la extremidad. Ahora salvamos la articulación con injertos óseos de donantes”, explicó el especialista.
Perú no cuenta con un banco nacional de huesos, lo que obliga a importar estos fragmentos desde países como Estados Unidos y Colombia, encareciendo el proceso. A pesar de ello, el especialista ha logrado realizar estas intervenciones con éxito, demostrando que con voluntad, pericia y recursos adecuados es posible evitar amputaciones que antes se consideraban inevitables.
Cirugías milagrosas
Otra paciente que recibió una segunda oportunidad gracias a su trabajo fue Bertha Cisneros, una voluntaria de la Cruz Roja que sufrió un accidente en Huarochirí. Ella enfrentó una grave infección ósea y estuvo al borde de perder la pierna izquierda. Tras dieciocho cirugías y el uso de materiales como cristales bioactivos y autotrasplantes óseos, los especialistas liderados por Bolívar lograron reconstruirle la extremidad.
“Decidimos hacer varias operaciones: primero limpiamos el hueso, reparamos la piel y dimos tiempo para que los tejidos blandos se regeneren. Luego, con ayuda de los cristales bioactivos y un trasplante del peroné, formamos una nueva estructura ósea”, relató el médico.
Este tipo de cirugías, aunque poco frecuentes en hospitales de nivel II, muestran el potencial que tiene el sistema público de salud peruano cuando se combina experiencia profesional con tecnología avanzada. En el caso de Consuelo Tristán, la colocación del ‘hombro biónico’ no solo evitó complicaciones futuras, sino que también devolvió la independencia a una mujer que necesitaba seguir cumpliendo con sus labores cotidianas.
El equipo de traumatología del Hospital II Luis Negreiros Vega ha sabido ganarse un lugar dentro del mapa sanitario nacional. La experiencia acumulada, el compromiso con sus pacientes y la incorporación de soluciones tecnológicas importadas les ha permitido marcar la diferencia en situaciones límite.
Consuelo ahora puede moverse sin restricciones, cuidar a sus nietos y realizar sus tareas con normalidad. Su historia es testimonio de que la medicina de precisión también tiene lugar en hospitales peruanos y que, cuando la ciencia y la humanidad se encuentran, el resultado puede cambiar una vida.