El botón de cámara del iPhone me parecía lo más inútil del teléfono hasta que me abrieron los ojos. Tuvo que ser un zurdo

Cuando Apple introdujo el botón de cámara en los iPhone 16 pensé que era una buena idea, pero, en la práctica, para mí terminó siendo un botón inútil. Por la posición, no me encuentro cómodo utilizándolo, justo lo mismo que me comentaron compañeros y amigos. Hasta que uno cambió mi manera de verlo: el citado botón facilita el disparo de selfies para los zurdos.

Algo que siempre me gustó de los Sony Xperia es su botón de disparo fotográfico, al estilo de una cámara convencional y situado próximo al borde del teléfono. Una ligera pulsación y el Sony Xperia enfoca, una pulsación profunda y hace la foto. Este mecanismo intuitivo parecía idéntico en los iPhone, aunque Apple introdujo cambios que alteraron la mecánica de uso.

Un cambio en el teléfono trae más usos de los que parece

Tras convivir con el botón de cámara durante bastante tiempo, y obligarme a utilizarlo en los comienzos, terminé descubriendo que, a mi pesar, no era para mí. Está en una zona que no me resulta cómoda para el disparo (tanto en vertical como en horizontal), la combinación de botón físico y háptico me parece poco intuitiva y el intercambio de funciones no termina de hacerme el peso. Además, Apple ha complicado el uso con iOS 26, creo que lo que ese botón necesita es una mecánica lo más simple posible. Como hace Sony en sus Xperia.

Tras mi análisis del iPhone 16 Plus, y después de comprarme un iPhone 16 Pro que utilizo como uno de mis móviles personales, terminé desencantado con el Control de cámara. Tanto, que es casi como si no existiera en el teléfono, para mí no aporta ventajas. Por eso me sorprendió que un amigo no solo lo utilizara, sino que estuviera contento con él.

Mi amigo en cuestión acababa de renovar su teléfono por un iPhone 16 Pro. El cambio para él fue mayúsculo porque venía de un iPhone 11 Pro, un teléfono cinco generaciones por detrás. Entre las novedades que más apreciaba, el Control de cámara hacía podio. Me resultó realmente curioso, así que le pregunté.

La conversación transcurrió más o menos así:

―Anda, veo que utilizas el botón de cámara del iPhone.
―Sí. Antes no lo tenía, me parece muy práctico.
―Pero ¿te resulta cómodo? Yo no he conseguido hacerme a él, está en una posición que no me parece práctica porque he de forzar la postura para utilizarlo.
―Eso es porque no eres zurdo.
―¿Y eso?
―Como yo soy zurdo, el botón de cámara me va perfecto para hacer fotos: está en la zona ideal, tanto si disparo en vertical como en horizontal. Incluso en los selfies.
―¿Y no es mejor utilizar los botones de volumen?
―Esos no me parecen tan cómodos como el botón de la cámara, la posición no es tan buena.

Y me dejó pensativo. Por un lado, me demostró que los diestros solemos olvidar que el mundo está pensado casi en exclusiva para nosotros y que son los zurdos quienes tienen que sufrir para adaptarse; por el otro lado, constaté que los cambios en un producto no siempre facilitan aquello para lo que fueron diseñados, a menudo terminan creando usos paralelos que hacen más sencilla la vida de determinadas personas. Y eso es positivo.

Imagen de portada | Iván Linares

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