Usar el GPS para ir a todas partes puede provocar un efecto inesperado en nuestra capacidad de orientarnos sin ayuda

El móvil se ha convertido en un compañero imprescindible para prácticamente todo y una de las cosas para las que solemos utilizarlo es para averiguar cómo llegar hasta nuestro destino, ya sea a pie, en transporte público o en coche. Lo que hace unos años podría parecer cosa de ciencia ficción, a día de hoy se ha convertido en una realidad y sacar el móvil del bolsillo para saber cómo llegar a nuestro destino es un gesto de lo más habitual. Eso sí, de vez en cuando también conviene trabajar la memoria.

Según un estudio publicado en la revista Nature, un uso habitual del GPS puede contribuir al deterioro de la memoria espacial. El motivo parece estar relacionado con el hecho de que seguir instrucciones paso a paso hace que dejemos de prestar atención al entorno que nos rodea, lo que nos impide formar un mapa cognitivo del entorno. El estudio del que hablamos concluyó que un mayor uso del GPS se asocia con un peor desempeño en las tareas involucradas con la memoria espacial.

Al seguir instrucciones no prestamos tanta atención al entorno que nos rodea

La investigación en cuestión fue llevada a cabo en 2020 por un grupo de investigadores de la Universidad McGill (Canadá), que estudiaron la forma en la que el uso habitual del GPS afecta a nuestra capacidad de orientarnos sin recibir indicaciones de ningún tipo. En el estudio participaron 50 conductores de entre 19 y 35 años y trece de los participantes volvieron a someterse a evaluación tres años después de las pruebas iniciales.

Para entender cómo nos orientamos, los investigadores encargados del estudio llevaron a cabo dos pruebas distintas de navegación virtual en las que se analizaba la estrategia que cada persona emplea para recordar objetos clave en el entorno, así como el modo en el que cada participante formaba mapas internos hasta el destino. Además, se preguntó a los participantes por la frecuencia de uso de las aplicaciones de navegación y por la opinión que tenían sobre su capacidad de orientación.

Tal y como podemos leer en el estudio, los investigadores determinaron que aquellos que acostumbraban a usar el GPS con más frecuencia tenían menor capacidad para formar mapas mentales y un peor desempeño en las tareas que requieren memoria espacial, además de una mayor dificultad para reconocer y usar puntos de referencia a la hora de orientarse. Esto apunta a que un uso habitual del GPS podría provocar un cierto deterioro en la memoria espacial, lo que acabaría afectando a nuestra capacidad de orientarnos sin ayuda.

Los investigadores hacen hincapié en que los participantes que utilizaban el GPS más a menudo no lo hacían porque sintieran que su sentido de la orientación fuese malo, por lo que el estudio sugiere que, a largo plazo, el uso del GPS podría hacer que tengamos más dificultades para orientarnos sin ayuda de las aplicaciones de navegación. Esto pudo comprobarse con los 13 participantes a los que se volvió a evaluar tres años después, que reportaron que usaban el GPS más que tres años antes, aunque su impresión era que su capacidad de orientación no había empeorado.

Imagen de portada | Mladen Šćekić (Unsplash)

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La noticia Usar el GPS para ir a todas partes puede provocar un efecto inesperado en nuestra capacidad de orientarnos sin ayuda fue publicada originalmente en Xataka Móvil por Sergio Asenjo .