por La Tercera
3 de julio de 2025
“Me despertaba a las 3 de la mañana empapada en sudor. Tenía calor, me cambiaba el pijama, volvía a la cama, y a los minutos ya estaba tiritando de frío. Me costaba conciliar el sueño, me despertaba temprano y al otro día estaba super cansada”, cuenta Francisca.
Francisca recuerda que sus primeros síntomas aparecieron a los 45 años. “Taquicardias, bajón de ánimo, cambios en el cuerpo, ganas de hacer deporte que se iban desvaneciendo, y una subida de peso extraña, como por partes”, enumera. Como seguía con su menstruación –aunque con un DIU hormonal que la hacía más irregular–, nunca pensó que podía estar iniciando la transición a la menopausia. Fue recién cuando visitó a un endocrinólogo por síntomas parecidos a un problema de tiroides, que le derivaron a un ginecólogo, y ahí empezó a entender.
La experiencia de Francisca no es aislada. La mayoría de las mujeres vivirá esta etapa llamada perimenopausia, que corresponde al periodo de transición menopáusica que sucede cuando baja el estrógeno, específicamente el estradiol. “Puede durar entre cinco y siete años antes de la menopausia propiamente tal. Algunas mujeres no tienen ningún síntoma, otras notan cambios en sus ciclos o síntomas antes de que deje de llegar la regla”, explica la doctora Milena Zamboni, ginecóloga de Red Salud UC Christus.
Según la doctora, los síntomas más comunes son los vasomotores —como los bochornos y calores nocturnos—, pero también puede haber irritabilidad, cambios en el estado de ánimo, dolores articulares, sequedad vaginal y cansancio. “En esta etapa, los ovarios funcionan de manera intermitente, por lo tanto, los síntomas también pueden aparecer y desaparecer”, señala la doctora.
Los síntomas, además, no son solo los que se notan a simple vista. “Los huesos empiezan a perder densidad mineral ósea. También hay cambios en el sistema cardiovascular que elevan el riesgo de infarto”, advierte el doctor Samuel Santoyo Haro, ginecólogo mexicano y miembro de la Asociación Mexicana para el Estudio del Climaterio. La mente también cambia: “Aparecen problemas de concentración, alteraciones del ánimo, labilidad emocional”, dice el doctor.
El doctor Samuel Santoyo fue uno de los exponentes en el encuentro Women Academy realizado en Santiago, instancia médica internacional donde se abordaron diferentes temas relacionados con la salud reproductiva de las mujeres. En este encuentro, el doctor destacó que “lo relevante es que hay soluciones, tanto hormonales como no hormonales. La clave está en el diagnóstico oportuno y en que las mujeres sepan que el malestar no se debe normalizar, sino tratarlo”, expresa.
Más allá de las hormonas
Lo más importante, aseguran ambos especialistas, es entender que hay formas de manejar esta etapa y mejorar la calidad de vida. “No se trata solo de medicamentos”, dice Zamboni. “Es un enfoque integral: ejercicio, alimentación saludable, manejo del estrés, buen descanso. Las hormonas o suplementos pueden estar incluidos dentro de ese paquete, pero no todas las mujeres requieren lo mismo. Depende de su estilo de vida, enfermedades previas y necesidades específicas”, explica.
A pesar de su alta prevalencia, el tema sigue siendo un tabú. Según datos de la Organización Mundial de la Salud: “es posible que las mujeres desconozcan que los síntomas que experimentan están relacionados con la menopausia, o que existen opciones de terapia y tratamiento que pueden ayudar a aliviar las molestias”. A eso se suma un componente social: hablar de menopausia sigue teniendo una carga peyorativa. “Es común que se use como insulto: estás menopáusica”, dice Santoyo. “Hay que cambiar ese paradigma”.
Por eso, ambos especialistas coinciden en la importancia de conversar sobre el tema, informarse y normalizar los cambios del cuerpo. “La menopausia no es el final de nada. Puede ser una excelente etapa, con buena salud y energía. Pero hay que prepararse”, dice Zamboni.
“No se trata de una receta única, sino de un enfoque integral adaptado a cada mujer. Hay tratamientos, sí, pero también se trata de cambiar hábitos y promover un envejecimiento saludable”, agrega la doctora.