Este viernes el Juzgado de Garantía de Iquique decretó la prisión preventiva para los cinco exfuncionarios de la Fuerza Aérea de Chile acusados de tráfico de droga, así como también asociación ilícita.

Durante la audiencia, además, se estableció un plazo de 180 días para la investigación y se entregaron detalles sobre cómo habrían operado estos exmiembros de la FACh.

Según relató la fiscal regional de Tarapacá, Trinidad Steinert, de momento se habla de una red de tráfico compuesta por un cabo 1° -de iniciales M.A.P.D- y dos cabos 2° -de iniciales E.N.V.M, quien sería el líder, y D.I.R.P-.

Y por lo que sabemos a la fecha, habrían sido al menos tres los envíos que realizaron, siempre utilizando los vuelos de la Fuerza Aérea. El primero, lo concretaron en enero; el segundo en mayo; y el tercero en junio, que fue el que finalmente termina siendo detectado.

A ellos tres se suman R.I.S.F, quien tendría como misión subir la droga a la aeronave, y M.F.R.D, tripulante del vuelo quien habría sido la persona que recibía esta droga y cuyo contacto sería mediante M.A.P.D.

Qué droga y hacia dónde iba

En este caso han sido detectados los presuntos encargados del traslado de la droga, que según se detalló en la audiencia, correspondía a ketamina, un potente sedante que en dosis altas puede generar efectos alucinógenos similares al LSD. Esta es utilizada en la fabricación del denominado “tusi”.

La fiscal Steinert además detalló que los involucrados habrían recibido un pago de $800 mil por entrega de un kilo de ketamina, la que posteriormente podría alcanzar el valor de $5 millones en forma de droga.

Esta venía desde Tacna vía terrestre, para luego ser trasladada vía aérea desde Iquique hasta Santiago.

Sin embargo, aún queda por determinar quién o quiénes están involucrados en la siguiente etapa del tráfico, que es la fabricación de otras drogas y su comercialización.

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Cómo se detectó el tráfico

La labor de traslado en los dos viajes anteriores dependían de uno de los cinco acusados, habiéndose concretado sin ser detectados por los controles internos de la FACh.

Pero al tercer viaje hubo un cambio de rol y fueron otros dos de los cinco acusados quienes tuvieron la misión de subirse al vuelo que volvería a Santiago con la droga en su maleta.

Cabe señalar que hasta ahora se sabe solo de tres viajes, siendo el último el que detectó la propia institución, pero la fiscal regional no descarta que hubiera otros más.

Dado que este tercer viaje tenía como objetivo trasladar armas y explosivos de la institución, los protocolos indicaban que el vuelo debía contar con un miembro de la FACh que corrobora que todo esté en orden. Esto no habría sido considerado por los acusados.

Al ver una maleta extra, sospechosa y que no había sido registrada, esta persona solicita su revisión. Allí surgió el caso que hoy es investigado.