por Publimetro
18 de julio de 2025
En una emotiva jornada vivida la noche de este jueves en Mundos Opuestos, los participantes del reality enfrentaron una actividad íntima que remeció a todos. En la dinámica, cada uno debía dibujar algo significativo en sus vidas. Cuando le tocó el turno a Joche Bibbó, presentó un dibujo compuesto por un aro de básquetbol y un anillo dorado, símbolos que resumían parte fundamental de su historia personal.
“Yo vivía en Córdoba, al frente del Club Atenas, pasaba allí, amo este deporte, en el club están mis récord de salto de distancia. Dejé el colegio como a los 15 años para dedicarme a esto”, comenzó explicando el argentino. Sin embargo, la conversación rápidamente tomó un tono más oscuro al revelar un episodio que hasta ahora había mantenido en reserva y que lo terminó por alejar del adorado deporte: su adicción a las drogas.
“En todo ese trayecto tuve un problema, un romance con la droga que me arruinó”, confesó con la voz quebrada. “Lo mantuve mucho en secreto, falta de comunicación, siempre iba solo para todos lados, y cuando quise pedir ayuda ya era muy tarde, y cuando intenté volver, entré en un pico depresivo que me fui a la mierda”, agregó.
El exchico reality detalló que llegó a un punto en el que se sentía sin retorno: “No había vuelta atrás, cada vez estaba más metido, empecé a mandarme cagadas, cosas que no quiero contar, porque no me enorgullecen”.
En medio de la emoción, relató cómo su madre fue clave para salvarlo: “Ella se daba cuenta en donde estaba. Me tenía que maquillar para salir a la calle, imagínate cómo era mi cara, demacrado, flaco, todo arruinado. Mi vieja me dijo ‘ya no te puedes quedar más acá’ y me acuerdo de que ella se cortó el anillo de casada, lo vendió y con esa plata me hizo un contacto y llegué a Chile a los 17 años”.
Finalmente, entre lágrimas, expresó su gratitud: “La MVP de todo este juego fue mi vieja. Y también se lo agradezco a toda la gente de Chile. Es difícil, no te voy a mentir, porque es algo que viene muy de chico, y el salto parece infinito, pero estoy contento de estar acá con ustedes, y me hace muy bien”.
Su relato conmovió profundamente a sus compañeros, generando lágrimas en varios de ellos, incluidos Eskarcita, Luis Jiménez y Disley, mientras Sergio Lagos lo abrazaba con emoción.