por T13
8 de agosto de 2025


Una neuróloga entregó un consejo que ella lleva a cabo para, según sus conocimientos, mantener su cerebro sano y seguro de daño.
Por esto, la experta revela que los médicos suelen aconsejar evitar los alimentos procesados o aquellos que contienen grandes cantidades de azúcar o grasas saturadas, lo que sería correcto ya que este tipo de alimentos con frecuencia puede aumentar el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas o incluso los ACV o demencia.

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Sin embargo, eso no sería todo: hay otra lista de alimentos que habría que evitar y que son menos conocidos.
1. Alimentos enlatados que presentan daños
Si una lata está dañada, es una bandera roja y deberías encender tus alarmas. Esto puede ser signo de una contaminación que podría causar botulismo. El resultado puede ser parálisis de las extremidades, visión borrosa y, en casos graves, insuficiencia respiratoria.
Además, se trata de una toxina peligrosa ya que no se puede detectar ni con olor, sabor ni vista.
2. Algunos peces, especialmente en zonas tropicales
"Me encanta comer pescado y animo a mis pacientes a consumir variedades como el salmón, las sardinas y la trucha, que son ricos en ácidos grasos omega-3 y bajos en mercurio", señala la profesional al sitio de CNBC.
Pero la recomendación no está exenta de precaución, ya que hay peces como barracuda, el mero (grouper), el esturión, la morena (moray eel) y el amberjack.
Esta intoxicación puede generar sensación de frío, ardor, hormigueo, mareos o incluso pesadillas vívidas.
Incluso el caso empeora cuando la neuróloga detalla que esta toxina es resistente al calor, por lo que da lo mismo cuándo cocines este pescado, la toxina no se eliminará. Y tal como la anterior, no tiene ni sabor ni olor.
3. Cerdo crudo o mal cocido
El riesgo aquí es la neurocisticercosis, una enfermedad causada por la ingestión de huevos de la tenia del cerdo. Las larvas de esta tenia pueden viajar al cerebro y provocar una variedad de síntomas, como convulsiones, aumento de la presión intracraneal e incluso síntomas similares a los de la demencia.
Las imágenes cerebrales suelen mostrar múltiples quistes en el cerebro de la persona afectada por esta intoxicación.
4. Leche no pasteurizada
Cuando la leche se pasteuriza, se trata con calor para eliminar microorganismos que pueden causar enfermedades. Este proceso sí reduce las concentraciones de ciertas vitaminas, pero su impacto es mínimo.
Por su parte, la leche cruda, según la neuróloga, produce 840 veces más enfermedades y 45 veces más hospitalizaciones que la leche pasteurizada.
Dentro de los casos graves, los cuales afectan más a niños, mujeres embarazadas, personas mayores y personas inmunodeprimidas, podrían sufrir el síndrome urémico hemolítico, aborto espontáneo e incluso la muerte.
A pesar de las recomendaciones, la neuróloga señala que es clave visitar a un especialista en alimentación para la mejor orientación.