por 3DJuegos
3 de julio de 2025
¿Alguna vez has intentado hacer algo bien y cuando te has querido dar cuenta el mundo se había ido al infierno? Es lo que le pasa al protagonista de 70 Minutos para huir (Miracle Mile, 1988), una de las películas más certeras, olvidadas y escalofriantes que ha parido Hollywood sobre lo que de verdad pasaría si comenzara una guerra nuclear. No en un despacho de Washington. No en el Kremlin. No en un búnker subterráneo. Sin Tom Cruise corriendo para salvarnos a todos y sin nobles actos de heroísmo disfrazados de sensiblero patriotismo. Misiles, barras y estrellas. Un fin del mundo a pie de calle. En una ciudad como la tuya. En medio de una cita romántica. En una llamada de teléfono que, por error, te informa de que el infierno nuclear va a desatarse sobre tu cabeza en 70 minutos. Si existen las comedias románticas, ¿existe el apocalipsis romántico? Pues sí, esta peli.
Cuando una cita romántica se convierte en el último día sobre la Tierra
Harry, el protagonista, es un tipo normal. Un músico de jazz con mala suerte que cree haber encontrado por fin el amor de su vida, Julie. Se conocen una tarde en el museo de La Brea Tar Pits, en Los Ángeles. Conectan. Quedan para una cita más tarde esa misma noche. Todo apunta a una comedia romántica ochentera con música krautrock de los olvidados Tangerine Dream de fondo. Pero Harry se queda dormido y llega tarde a la cita a la salida del trabajo. Julie ya se ha ido del restaurante donde trabaja. Harry intenta llamarla desde una cabina telefónica (ah, los 80…), pero termina teniendo una conversación telefónica escalofriante, no con ella, sino un hombre desesperado que, entre sollozos, le dice que los misiles están en el aire. Que quedan 70 minutos para que las bombas nucleares arrasen el país. Que por favor le despida de su padre.
Ese es el giro. El momento en el que esta película deja de ser una historia de amor al uso y se convierte en una carrera contrarreloj apocalíptica, una sátira cruel y despiadadamente realista sobre cómo se comporta la sociedad cuando se ve enfrentada al colapso inminente.

¿Merece la pena sobrevivir para vivir en el mundo de Mad Max?
La historia se despliega en tiempo real. Desde esa llamada telefónica, Harry corre por la ciudad tratando de encontrar a Julie, intentando escapar, alertando a los demás. La gente no reacciona como en las películas de catástrofes donde todo el mundo se une y se ayuda. De hecho, uno de los momentos más devastadores de la película es cuando Julie le pregunta: "La gente se ayudará unos a otros, ¿verdad?" Yo prefiero no pensar en la respuesta, porque barrunto que no es nada positiva.
¿Existe el apocalipsis romántico? Pues sí, esta peli
Y claro, eso es incompatible con llevar una vida normal en sociedad. Saber que en el fondo todos somos egoístas, violentos y desesperados cuando las cosas se tuercen, erosiona la confianza en el tejido social. Erosiona la civilización. Ver 70 Minutos para huir es como recibir una bofetada emocional: te hace replantearte si realmente merece la pena sobrevivir al impacto inicial solo para vivir en un escenario como el de la saga Mad Max. ¿De verdad quieres ser uno de los pocos supervivientes, vagando por un erial radioactivo, peleando por gasolina y latas de comida para gatos? Quizá no sobrevivir sea una opción menos amarga.

No es ciencia ficción: es una posibilidad muy real
Lo verdaderamente aterrador de esta película es que no habla de aliens ni de meteoritos ni de pandemias zombis. Habla de algo real. Algo que ha estado a punto de suceder más veces de las que creemos. Desde errores de cálculo con satélites hasta una creciente tensión internacional sembrada de una escalada de conflictos que a los más atentos a las portadas de los periódicos nos tiene en vilo.
Steve De Jarnatt, su director, escribió el guion en 1979 y tardó una década en sacarlo adelante porque ningún estudio quería financiar un film que terminara como termina esta película. La mayoría querían cambiar el final, añadir una escena donde todo fuera un sueño, o que la guerra la empezaran los rusos para no herir sensibilidades patrióticas. Pero De Jarnatt se mantuvo firme: "La película se basa en que somos nosotros quienes lanzamos los misiles", llegó a decir. Y se aseguró de que el final fuera ese: la aniquilación total.
Ya es bastante preocupante que en los 10 años que tardó en poder hacer la película el panorama socio político cambiara tan poco, pero es más trágico todavía que más de 30 años después, 70 Minutos para huir sigue siendo totalmente plausible. Podría haberse estrenado la semana pasada y hacerse realidad la semana que viene. En tiempos de tensiones nucleares entre potencias, de amenazas a medio gas y hostilidades cada vez más enconadas, esta película no envejece: se recicla. Vuelve. Y cada vez que lo hace, da más miedo.

¿Cómo vivir sabiendo que podrías estar en tu última comida?
Mientras veía la película empecé a dividir al mundo entre dos tipos de personas: Los que creen que todavía hay tiempo de comer sin problemay los que viven asumiendo que ya han tomado su última comida. Creo que las dos son posturas muy sanas porque reflejan cierta seguridad, un acto de reafirmación personal. Por el contrario, vivir con la incertidumbre de si el mundo se va a acabar antes de la próxima comida estresa mucho y altera el apetito y el sueño.
Esta película no envejece: se recicla
70 Minutos para huir transmite esa ansiedad con una precisión quirúrgica. Según avanza el metraje la trama se descompone a medida que los rumores se vuelven hechos, y el caos se adueña de la ciudad. Nos obliga a reflexionar sobre lo poco preparados que estamos para algo así. Porque no hay búnker para todos. No hay plan de emergencia para cada familia. No hay héroes con tiempo para todos. Tu puedes tener tu mochila de preparacionista llena de pilas y píldoras potabilizadoras, ¿pero cuánto tiempo te van a durar todas esas latas que guardas en la cocina? Y recuerda, no estás solo, están los demás, y a lo mejor no son tan majos como tú y ellos también van a necesitar esas pilas y esas latas.

Una joya olvidada con corazón de clásico culto
Anthony Edwards y Mare Winningham, protagonistas de esta odisea romántica y terminal, no solo están brillantes en pantalla, sino que su química trascendió la ficción: décadas después de rodar la película, se reencontraron en la vida real y se casaron. Si eso no es el final feliz alternativo que todos necesitábamos, no sé qué lo es.
Esta película bien podría ser la precuela del universo Mad Max, o el próximo martes
La dirección de De Jarnatt, el guion afilado, el ritmo en tiempo real, la música, los secundarios tan realistas, la concatenación de catastróficas desdichas tan posibles… todo suma en una película que consigue equilibrar lo imposible: terror, romance y crítica social.
Desgraciadamente 70 Minutos para huir fue ignorada en su día, quizás porque llegó tarde a la Guerra Fría, quizás porque no queríamos ver una película que decía tan claramente que el horror era algo real que trascendía la cultura pop y la industria del celuloide. Ahora, en pleno siglo XXI y tal como está el patio, a lo mejor es buen momento para verla, porque no es solo cine: Es una advertencia. Está película bien podría ser la precuela del universo Mad Max, o el próximo martes.
Puedes ver 70 Minutos para huir ahora mismo en Filmin. Porque quizá te sirva para pensar en lo que harías tú si solo tuvieras poco más de una hora antes del fin. O quizá solo quieras ver una gran película de ciencia ficción que, más de tres décadas después, sigue teniendo la razón.
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La noticia
Si tienes miedo a una guerra nuclear, hay una peli de ciencia ficción que te cuenta qué te puede pasar mientras tratas de llegar a tu casa antes de las explosiones
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3DJuegos
por
Chema Mansilla
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