por 3DJuegos
17 de julio de 2025
Hace no mucho, después de publicar un reportaje comparando Resident Evil y Silent Hill, un lector dejó un comentario que se me quedó en la cabeza, era algo así: "Si piensas que Resident Evil es un juego de terror, es porque nunca has jugado a Forbidden Siren". Una afirmación tan tajante no podía ignorarse. Y no, no he jugado a Forbbiden Siren... pero he estado investigando, porque claro, la pregunta que se me quedó días y días en la cabeza era si se trataba simplemente de la opinión de un fan acérrimo o si había verdad en ello.
Así, esta afirmación se convirtió en una invitación para sumergirme en una de las sagas más crípticas y psicológicamente inquietantes del género: Forbidden Siren. A través de este reportaje, vamos a explorar qué es lo que hace al terror de Siren tan singular y cómo se posiciona frente a los otros dos titanes del horror.
Los tres pilares del miedo: una introducción rápida
Para contextualizar el impacto de Forbidden Siren, no estaría de más recordar brevemente las identidades de sus competidores:
- Resident Evil : El pionero del survival horror moderno. Su terror está basado en la tensión, en la gestión de recursos y el en el "gore biológico". Su evolución ha ido del horror estático al action horror, con entregas como RE4 marcando un punto entre el miedo y la adrenalina.
- Silent Hill: Más introspectivo, psicológico y simbólico. El miedo aquí es más bien existencial: el monstruo no está solo afuera, sino dentro del propio personaje. El entorno —esa neblina inquietante, esos sonidos distorsionados, el abandono— construye un terror atmosférico y emocional que nos hace encogernos en la silla.
- Forbidden Siren (Siren en Japón): Se trata de una obra profundamente japonesa, influida por el folclore, el ocultismo y el miedo a lo inexplicable. Aquí el terror no se enfrenta sino que se intenta evadir. Y lo peor no son los monstruos, sino la sensación constante de estar atrapado en un mundo incomprensible. La verdad, todo sea dicho, es que los japoneses son los dioses del terror.

Lanzado en 2004 para PlayStation 2, Forbidden Siren fue desarrollado por Project Siren y curiosamente dirigido por Keiichiro Toyama, el mismo creador del primer Silent Hill. A diferencia del terror urbano y psíquico de Silent Hill, Toyama quiso explorar un miedo más arraigado en la tradición japonesa: el de la aldea aislada, los rituales prohibidos y la transformación del ser humano en algo ajeno y monstruoso.
La historia transcurre en Hanuda, un pueblo ficticio rural que ha desaparecido tras un terremoto. Sus habitantes, convertidos en shibito —que son una especie de no-muertos conscientes— viven atrapados en un ciclo eterno de rituales sangrientos y resurrecciones fallidas. La estética bebe directamente del J-horror de la época (como Ringu, Ju-On, Uzumaki), donde la amenaza no se explica del todo, sino que se sugiere, digamos.
Ver con los ojos del monstruo
La mecánica más innovadora y perturbadora de Forbidden Siren es el sightjacking, o sea, la capacidad del jugador para "sintonizar" con la visión de los enemigos. En lugar de darnos una ventaja, como podría parecer, lo que hace esta función es generarnos una ansiedad extrema, ya que debemos espiar a los shibito para saber por dónde se mueven, pero al hacerlo vemos el mundo desde su mirada inhumana, e incluso a veces nos vemos a nosotros mismos siendo acechados... y eso da mucho mal rollo.
Este sistema refuerza la sensación de impotencia, puesto que no puedes luchar (al menos no de forma efectiva) y tu única defensa es esconderte, anticiparte y avanzar en la oscuridad. No tenemos balas ni botiquines que valgan. Solo el tiempo, el miedo y la vigilancia.
Comparado con Resident Evil, donde el jugador siempre tiene cierto control y poder de respuesta, y con Silent Hill, donde el combate es torpe pero de todas formas, posible, Forbidden Siren nos impone una dinámica totalmente radical donde el terror proviene de la vigilancia constante, de saber que no eres el cazador, sino la presa.

Otro elemento distintivo es la estructura narrativa. Siren no sigue un hilo lineal, sino que se divide en días, horas y personajes, como si el jugador estuviera reconstruyendo una historia rota. A menudo revives la misma escena desde perspectivas distintas, lo que nos genera una sensación de déjà vu totalmente desconcertante.
Este diseño narrativo, por supuesto, no es casualidad. Refuerza la idea de que estás atrapado en un bucle sin salida, donde las acciones nunca tienen un efecto duradero. A diferencia de Resident Evil, donde cada avance nos abre nuevas zonas, o de Silent Hill, donde el progreso va revelando verdades sobre el protagonista, en Siren el conocimiento solo nos lleva a más y más confusión, y el jugador es simplemente un testigo impotente de una tragedia que ya ha sucedido.
Diseño sonoro y visual: del realismo al delirio
El terror de Forbidden Siren no está solo en lo que ves, sino en cómo lo ves y cómo lo oyes. Los modelos de personajes fueron creados a partir de escaneos faciales reales, lo que da una apariencia inquietantemente humana (ya sabéis, la teoría del "uncanny valley").
El diseño sonoro está hecho para desestabilizarnos todavía más. Sirenas lejanas, cánticos rituales, murmullos, risas infantiles que para nada sabemos de dónde proceden… Todo se mezcla para crear una atmósfera de delirio y aislamiento total. A diferencia del terror cinemático de Resident Evil, con sus cuerdas tensas y sus momentos de sobresalto, o del sonido ambiental de Silent Hill, el sonido en Siren es como escuchar una radio rota desde un mundo que se ha quedado totalmente en ruinas.
El sonido en Siren es como escuchar una radio rota desde un mundo que se ha quedado totalmente en ruinas.
A pesar de su innovación —y de dar verdadero miedo, no nos vamo a engañar— Forbidden Siren nunca alcanzó el éxito comercial de Resident Evil o el estatus de culto de Silent Hill. Su elevada dificultad, su narrativa (un tanto críptica) y ese estilo decididamente japonés limitaron su accesibilidad. Sin embargo, la crítica lo reconoció como una propuesta única, y hoy en día es reverenciado por los entusiastas del terror más puro, como ese lector que os comentaba al principio.
En definitiva, Resident Evil te hace saltar de la silla de vez en cuando, Silent Hill te hace reflexionar sobre tus propios miedos y Forbidden Siren, en cambio, te paraliza. No se trata de sustos, ni de monstruos gigantes con muchas cabezas, ni de escenas sangrientas. Se trata de miradas muertas, rituales sin sentido, y la certeza de que no puedes ganarle a lo que sea a lo que te estás enfrentando.
Quizás aquel lector tenía razón. Quizás, en términos de terror puro, Forbidden Siren sea más inquietante que sus contemporáneos. No porque grite más fuerte, sino porque susurra cosas que no queremos —ni podemos— entender. Y cuando un juego te obliga a ver el mundo desde los ojos del monstruo, la pregunta ya no es si puedes sobrevivir, sino si alguna vez volverás a dormir tranquilo.
En 3DJuegos | ¿Remake o refrito? Lo que Capcom no quiere que te preguntes sobre Resident Evil
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La noticia
Un lector me dijo que si considero que Resident Evil es un juego de terror es porque no he probado este otro...
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Bárbara Gimeno
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