Crítica de Indomable, la miniserie protagonizada por Eric Bana ambientada en Yosemite

Recién llegada a la parrilla de Netflix, ya podemos hablaros de Indomable (Untamed), una miniserie de seis episodios de unos 50 minutos de duración media creada por Mark L. Smith y Elle Smith, que nos desplaza a Yosemite.

Una impresionante localización de rodaje que supone un verdadero regalo para los ojos y que es explotada con acierto gracias a una fotografía que mima la belleza de la naturaleza en todo su esplendor. Las escarpadas pendientes, el discurrir del agua, las precipitaciones, la fauna salvaje y la apacible... El parque es un personaje más en una historia que se desenvuelve con bastante pereza.

El escurridizo Eric Bana, que tan poco se prodiga últimamente, es el protagonista de una serie muy coral en la cual tendrá que resolver cómo y por qué murió una joven, lo que le llevará a sacar a la luz un buen puñado de secretos inconfesables y de delitos punibles que se desarrollan bajo la aparente calma del lugar.

También veremos en el reparto de la serie a Lily Santiago, Sam Neill (fuerte reclamo publicitario, habida cuenta de que hasta la plataforma antepone su nombre al del protagonista), Paul Souter, Rosemarie Dewitt y Wilson Bethel en roles secundarios.

Un cadáver sin identificar

Dos montañeros escalan una complicada pared cuando cae sobre ellos el cuerpo magullado de una mujer joven que no lleva consigo su documentación. A todos los efectos, no es nadie.

El tiempo apremia porque se acerca una tormenta así que los guardabosques se ponen en contacto Kyle Turner, un hosco agente especial que trabaja de investigador para el Servicio de Parques Nacionales. 

Apenas tiene un par de pistas de las que tirar: las heridas del cadáver y un curioso tatuaje en forma de cruz que luce en una de sus muñecas, rematado con hilo de oro.

En su investigación unirá fuerzas con la joven guardabosques Naya Vasquez que acaba de llegar de Los Ángeles con su hijo pequelo huyendo una relación tóxica. Al principio su relación es algo hostil, pero poco a poco aprender a colaborar el uno con el otro.

Sus indagaciones pronto apuntan en distintas direcciones, todas ellas peligrosas: se ponen de manifiesto muchos de los problemas del parque, desde las presiones de las autoridades hasta la afluencia masiva de público, los intereses cruzados con mafias locales que trafican con droga atrayendo actividades delictivas y secretos del pasado que los acechan como fantasmas.

Indomable es una miniserie con alma de película. Está demasiado alargada de tal manera que al llegar a la resolución, los giros son muy predecibles y da cierta sensación de dejadez, como si los guiones no hubieran estado tanto como debieran haciéndonos perder demasiado tiempo para lo que quiere contar.

Es más, el exceso de metraje juega en su contra porque ralentiza el ritmo y hace que la narración caiga en algunas ocasiones en lo soporífero. Habrá quien sucumba a una cabezada rápida en esos impases en los que la narración se estanca.

Tampoco es que los personajes resulten particularmente carismáticos: el propio Turner, que es quien vertebra toda la historia, es una persona de trato tan difícil que cuesta empatizar con él, por más que su propia deriva personal sea trágica y vayamos descubriendo por qué se ha convertido en un alcohólico solitario y encerrado en sí mismo.

El cliché de "veterano de vuelta de todo y principiante con talento pero inexperta" está, por otra parte, bastante manoseado. A la narración le cuesta muchísimo salirse de los raíles de lo predecible de manera tal que hay un momento en el que sabes cómo va a acabar y no hay margen de equivocación.

Indomable es mucho más atractiva por el recipiente que por el contenido: la mirada se queda colgando de los árboles y el oído del susurro del viento, que no logran ser conquistados por la trama en sí ni por la banda sonora.

No se puede negar que es propicia para un par de tardes veraniegas, pero deja la sensación de que con el presupuesto disponible podrían haber hecho algo mucho mejor. Hay una buena película dentro de esta mediocre miniserie y puede que solo con podar lo que le sobra (que es mucho), saliera a la luz. ¡Menos mal que Yosemite la arropa!