Un tratamiento estético aparentemente inofensivo terminó en tragedia para al menos 28 mujeres en el noreste de Inglaterra.
Las afectadas fueron inyectadas con una sustancia tipo botox no autorizada por las autoridades sanitarias del Reino Unido.
Dos de ellas compartieron su testimonio con la BBC, revelando el impacto devastador que esta práctica tuvo en su salud.
“Pensé que me iba a morir”
Kaylie Bailey, madre de tres hijos y residente de County Durham, pagó más de 80 mil pesos chilenos por un tratamiento de toxina botulínica en tres zonas faciales.
Sin embargo, días después comenzó a perder visión y desarrolló ptosis, una caída anormal del párpado.
Pese a ser dada de alta inicialmente, su condición empeoró rápidamente. Fue reingresada al hospital donde los médicos confirmaron que sufría botulismo, una enfermedad grave causada por una toxina bacteriana.
La mujer dejó de respirar y requirió reanimación. Estuvo tres días en cuidados intensivos, conectada a monitores y recibiendo antitoxinas.
Producto ilegal sin control
El producto utilizado, Toxpia, no está autorizado por la Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos Sanitarios (MHRA) del Reino Unido.
Su venta o administración constituye un delito, especialmente si no se informa correctamente a los pacientes ni se cuenta con formación médica certificada.