por 3DJuegos
23 de junio de 2025
Los desafíos del mercado laboral que han puesto contra las cuerdas a la Generación Z no se limitan a España. Países como China, donde además de la laboral se suma una exagerada competencia académica, han empujado a sus jóvenes a una tóxica mezcla de obsesión por la productividad y la perfección que, sumada al estrés y el burnout, está cerca de acabar con su paciencia. Para los que ya han llegado a ese límite, el Songchi se ha convertido en su salvación.
Desde que en 2022 se hiciese trending topic gracias a una bloguera asiática, el Songchi acumula ya más de 25 millones de resultados en Baidu, el Google por excelencia en China, y a menudo copa los hashtags más utilizados en la red social Weibo. Sin embargo, lo más impresionante de ese movimiento de la Generación Z no está en el hecho de haber arrastrado a tantos jóvenes en una misma dirección, sino el de haber nacido de la típica historia de vacaciones de una familia con muy mala suerte.
Unas vacaciones de pena convertidas en filosofía
Hace tres años la citada bloguera compartía atónita en sus redes sociales lo que acababa de vivir. Al parecer, una familia de China había empezado sus merecidas vacaciones de la peor forma posible porque, al comprobar sus billetes antes de entrar al avión, las azafatas se percataron de que la identificación de uno de sus hijos había caducado y no podía viajar.
Para intentar solucionarlo, la madre se quedó con él y el resto de familia emprendió el vuelo, pero la mala suerte quiso que todas las maletas estuviesen a nombre de ella, por lo que al cancelarse su embarque también se frenó el proceso de registro del equipaje y se devolvió a la terminal. Según relataba la bloguera, la situación era increíblemente estresante y era el típico momento en el que su familia habría perdido completamente los nervios, pero lo que le sorprendió fue hasta qué punto aquella familia se lo tomó con toda la calma del mundo.
Ni se pelearon con los oficiales de vuelo ni entraron en cólera entre ellos al percatarse del problema, simplemente se limitaron a fluir con la situación e incluso hablaban entre ellos por teléfono bromeando. En lugar de reproches y enfados, lo que se escuchaban eran frases distendidas como "Pues nos compramos unos cepillos de dientes allí".
Tras esa envidiable paz que parecía rodear a la familia al completo, había una lección de vida: "Yo, que crecí con padres que gritaban si perdía una cuchara, tenía ganas de llorar al ver tanta calma". Pronto, el término chino songchi gan, que equivale a esa "sensación de relajación" que destacaba la bloguera, empezó a convertirse en una filosofía de vida: el Songchi.
Ni drama ni indiferencia, el mantra de la Gen Z en China
En un punto post pandemia en el que los jóvenes de la Generación Z de China se habían visto obligados a elegir entre dos caminos, esa nueva filosofía de vida abrió una tercera vía. Hasta entonces todo se reducía a resignarse a tener que lidiar con otra crisis financiera mientras seguían luchando de forma encarnizada entre ellos, o se agarraban al extremo opuesto tirando la toalla por completo y abandonando la ínfima posibilidad de asomar la cabeza en un panorama cada vez más exigente. El Songchi, en cambio, buscaba un punto medio.
De la mano de stickers que empezaron a poblar WeChat, esa nueva filosofía se apoyaba en el ideal de "ni drama ni indiferencia" buscando que resolver los problemas se convirtiese en una prioridad, pero dejando de lado los sentimientos que implicaba hacerlo, incluido el de exigencia. Para una sociedad que sólo entendía de perfección, la idea de hacer algo sólo lo suficientemente bien se convirtió en dogma.
Puede que la Gen Z de China no tenga el secreto para acabar con todos los problemas que les rodean, pero la idea de apuntar a la mera satisfacción en vez de al resultado más óptimo está consiguiendo que los desafíos relativos a su salud mental sean mucho más asumibles. Siguen muy anclados a la idea de meritocracia y el esfuerzo que conlleva, pero huyen de toda narrativa que implique perseguir el éxito a toda cosa.
La idea seguir siempre hacia adelante, pero sin arrastrar una presión desmedida, ha terminado enfocándose a casi cada aspecto de la vida general: experiencia sobre marca, alquiler sobre propiedad, oportunidades de segunda mano… Si hay una posibilidad más accesible y que comporte menos dolores de cabeza, ese es el camino. Eso es Songchi.
Imagen | Christeanaa en Midjourney
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La noticia
Hace tres años una familia empezó sus vacaciones de la peor forma posible. Ahora su inusual historia se ha convertido en la salvación de la Gen Z en China
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Rubén Márquez
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