por elmostrador
24 de junio de 2025
La quinoa, ese pequeño grano originario de América del Sur que ha conquistado mesas de todo el mundo, acaba de sumar un nuevo respaldo científico: sus componentes bioactivos no solo nutren, sino que también pueden prevenir enfermedades crónicas al fortalecer el sistema inmunológico.
Una reciente investigación realizada por científicos del Instituto IMDEA Alimentación y la Universidad Internacional de Valencia (VIU) comprobó que los ingredientes bioactivos de la quinoa tienen la capacidad de (re)programar el sistema inmunológico, ayudando a prevenir enfermedades metabólicas crónicas, como el hígado graso no alcohólico de origen metabólico (EHGAM).
Este tipo de patologías, cada vez más comunes, afectan al 15-30% de la población mundial y se han convertido en una de las principales causas de enfermedad hepática en el mundo. El estudio abre una nueva puerta en el ámbito de la inmunonutrición, un campo que examina el impacto de nutrientes específicos sobre el sistema inmune. En otras palabras, se trata de usar ciertos alimentos no solo como fuente de energía o nutrientes básicos, sino como herramientas que modulan la respuesta inmunitaria del cuerpo.
Según el Dr. Moisés Laparra, investigador principal del estudio, “la quinoa representa un claro ejemplo de cómo los alimentos funcionales pueden actuar como herramientas inmunonutricionales. Nuestro estudio ha demostrado que ciertos compuestos presentes en esta semilla, no solo previenen desequilibrios metabólicos, sino que también pueden influenciar la expansión selectiva de efectores celulares del sistema inmune innato, lo cual es clave en la prevención de enfermedades crónicas”. Esto significa que algunos de sus compuestos pueden mejorar la respuesta del sistema inmune frente a condiciones metabólicas desfavorables.
Los ingredientes clave
El estudio identificó dos componentes de la quinoa responsables de estos beneficios:
-
PBPM (Fracción Proteica de Bajo Peso Molecular): proteínas pequeñas que tienen propiedades bioactivas.
-
qLF (Extracto Lipídico de Quinoa): compuesto graso que también interactúa con la respuesta inmune y metabólica.
Ambos compuestos mostraron la capacidad de contrarrestar los efectos negativos de una dieta alta en grasas, promoviendo un mejor equilibrio metabólico y fortaleciendo la inmunidad innata del hígado, órgano clave en la regulación energética y la desintoxicación del cuerpo.
El EHGAM o enfermedad del hígado graso no alcohólico asociada al metabolismo es una condición en la que se acumula grasa en el hígado sin que haya consumo excesivo de alcohol. Está directamente relacionada con el sobrepeso, la obesidad y la resistencia a la insulina.
Afecta entre un 15 y 30% de la población y su avance puede derivar en inflamación, fibrosis e incluso cirrosis hepática.

Crédito: El Mostrador
Cómo incorporar la quinoa a la dieta
Una de las formas más eficaces de aprovechar los beneficios de la quinoa es mediante la incorporación de su harina en productos de consumo habitual, como el pan. Los investigadores sugieren reemplazar hasta un 20% de la harina de trigo por harina de quinua, lo que ayuda a regular la relación entre el tamaño del hígado y el peso corporal, a reducir la resistencia a la insulina y los niveles de triglicéridos.
Existen muchas otras formas de integrar la quinoa en las comidas. Algunas recomendaciones incluyen:
1. Ensalada tibia de quinua con vegetales asados: Asa los vegetales con aceite y condimentos. Mezcla con la quinua cocida, agrega el jugo de limón y las hierbas. Ideal como plato principal o acompañamiento.
2. Hamburguesas de quinua y lentejas: Procesa todos los ingredientes hasta obtener una mezcla moldeable. Forma hamburguesas y cocina a la plancha. Puedes servirlas con ensalada o dentro de un pan integral.
3. Galletas saludables de quinua y plátano: Mezcla todos los ingredientes hasta obtener una masa. Forma galletas con una cuchara y hornea a 180 °C por 20 minutos. Ideales como snack o desayuno saludable.
Sin embargo, los beneficios más significativos observados en el estudio se atribuyen a fracciones específicas de la quinoa, por lo que se plantea el desarrollo de alimentos funcionales más dirigidos y personalizados, siguiendo el enfoque de la nutrición de precisión.
A diferencia de las dietas genéricas, este tipo de nutrición propone adaptar los alimentos a las necesidades inmunológicas y metabólicas de cada individuo. Este enfoque busca no solo prevenir enfermedades, sino también mejorar la calidad de vida a través de una alimentación más consciente y científica.
Para los investigadores, es esencial fortalecer la formación de profesionales de la salud en inmunonutrición. De esta forma, podrán ayudar a sus pacientes a adoptar estrategias alimentarias preventivas y reducir el riesgo de complicaciones crónicas.
En un contexto donde las enfermedades metabólicas aumentan sin freno, redescubrir el valor de alimentos tradicionales como la quinoa podría marcar una diferencia clave en la salud pública.