por elmostrador
24 de junio de 2025
Investigadores del Instituto Antártico, la Comisión de Energía Nuclear y la Universidad de Chile (LabTox) están uniendo sus capacidades técnicas para ampliar el estudio de microplásticos en especies antárticas, en el marco del Programa NUTEC Plastic del Organismo Internacional de Energía Atómica.
Actualmente, se estiman 51,7 millones de toneladas de desechos plásticos al año y se espera que estas cifras aumenten. La mayoría de los plásticos termina en los ríos, playas y océanos llegando hasta las profundidades abisales del mar y territorios que se consideraban prístinos como los polos.
Estos no solo son un problema a nivel macro para organismos emblemáticos como las aves y los mamíferos marinos, sino que también pueden degradarse por efecto de la luz ultravioleta o de la fricción producida por la energía del mar. Los microplásticos son partículas de polímeros de plásticos que van desde 5 milímetros hasta 1 micra y en este rango de tallas pueden ser ingeridos desde el fito y zooplancton hasta los depredadores tope de la trama alimenticia. Algunos organismos en especial como esponjas marinas y moluscos bivalvos, pueden filtrar y acumular grandes cantidades de estas partículas pudiendo afectar su metabolismo, crecimiento y reproducción.
La Antártica no ha sido una excepción a la contaminación por microplásticos, muchos de los cuales son trasportados desde otras latitudes y algunos, incluso, son generados en esta zona del planeta. Se han detectado desde la corriente circumpolar hasta el polo sur, en aguas, sedimentos, hielo marino y organismos. La mayoría ha sido descrita en la fracción de 5 milímetros a 300 micras, por lo que es necesario profundizar estos resultados estudiando rangos menores de talla con tecnología avanzada a nivel mundial.
Los microplásticos de 300 a 1 micra, en especial los menores a 20 micras, pueden entrar a través de las membranas celulares en los diferentes tejidos de los organismos que viven en la Antártica. Por lo tanto, estos generan más efectos adversos en la biología de los organismos, además que pueden ser hasta los más abundantes en los ecosistemas marinos. Por esto debemos detenernos a cuantificar, caracterizar y estudiar los efectos de las fracciones más pequeñas de estas micropartículas.
Para esto, investigadores del Instituto Antártico Chileno, en conjunto con la Comisión Chilena de Energía Nuclear y la Universidad de Chile (LabTox), estamos postulando a un proyecto de cooperación técnica del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) donde esperamos fortalecer las capacidades técnicas para amplios estudios de microplásticos. Esta cooperación técnica permitirá detectar y caracterizar hasta nivel de polímeros los microplásticos en todo su espectro, desde 5 milímetros hasta 1 micra. Asimismo, el memorándum de entendimiento firmado entre la OIEA y el Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile ya está permitiendo avanzar en el análisis de muestras antárticas para detectar desde los microplásticos de menores talla en laboratorios internacionales.
Esto será una capacidad única a nivel latinoamericano, permitiendo a programas polares de otros países procesar sus muestras en Chile para conocer mejor el estado de la Antártica en cuanto a la contaminación por microplásticos.
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