por T13
10 de agosto de 2025


Un minero sobreviviente al derrumbe en El Teniente de Codelco y primo de uno de los seis fallecidos, recordó el día de la tragedia y confesó que está pensando en dejar la minería: “Esta no la cuento dos veces”.
Rodrigo Piñones (46) era primo de Paulo Marín (48), el primer trabajador fallecido tras el accidente. Ambos viajaban desde Illapel hasta Rancagua para sus turnos de 7x7 para la empresa Salfa en El Teniente.
Ese 31 de julio, la cuadrilla de ocho integrantes de la que Piñones y Marín eran parte estaba trabajando en perforar muros de roca para que otro equipo pudiera instalar cañerías de agua y cables de alta tensión.
En entrevista con La Tercera, el minero comentó que “esa es una zona segura. Se supone que ahí no pasa nada. El túnel estaba fortificado con barras, con pernos. También tenía cables de seguridad y una malla de seguridad. Es casi tan seguro como trabajar en una oficina. Porque ahí trabajan los Codelco”.

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Pasadas las 17:30 se produjo el derrumbe en dos partes de Andesita: el primero, donde Piñones trabajaba, y el segundo, Teniente Siete, donde quedaron atrapados cinco mineros que fueron hallados muertos días después.
“Después del ruido, yo estaba tapado en piedras. No nos dio tiempo para nada”, recordó el minero, agregando “yo no vi más a mis otros compañeros. Empezaron a caer piedras. Yo solo reaccioné y me tapé la cabeza con los brazos”.
En el momento del desastre se le salió el casco y cayó al piso, sintiendo cómo le caían rocas del tamaño de una pelota de fútbol sobre su cuerpo. Rodrigo Piñones fue rescatado por un jefe de turno y un equipo, quienes le sacaron una piedra grande que le tenía aplastada la pierna izquierda y que no le dejaba moverse, la que también le produjo un esguince.
“Sentía dolor y angustia de que me pudieran sacar antes de que cayera todo. Después de que me sacaron, el lugar donde yo estaba quedó completamente tapado”, dijo.
Respecto a la muerte de su primo Paulo, relató “me lo dijeron cuando estaba en la clínica. Les preguntaba constantemente a los paramédicos que me iban atendiendo si es que tenían noticias. Al final uno me dijo: el Paulo ya no está. Lo habían encontrado muerto”.
Además de la muerte de su primo, se enteró de que cinco empleados contratistas de la constructora Gardilcic -Moisés Pavez, Gonzalo Núñez, Alex Araya, Jean Miranda y Carlos Arancibia- se encontraban desaparecidos.
“Pensé que estaban todos muertos. Que era imposible que los encontraran con vida, por la cantidad de roca que cayó. Se hablaba de un refugio, pero ¿cómo alguien va a arrancar al área del refugio? A alguien que lo agarró la onda expansiva, quizás. Pero no a alguien que estaba en el mismo lugar de la explosión”, mencionó el minero.
Piñones, que se recupera en Illapel, señaló a La Tercera que él también pudo haber perdido la vida ese día “si estaba al lado de él (de su primo), a un par de metros. Pude haber sido yo o cualquiera de mis compañeros. El otro día, cuando miraban esas piedras inmensas, me decían que no sabían cómo me salvé”.
“Estoy pensando en si dejo la minería o no -cuenta ahora-. Es que esta no la cuento dos veces”, concluyó.